Astillero
El sexenio de las casas
Elba Esther y Sandra
Michoacán: aureola negociada
Julio Hernández López
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, conversa con el titular de la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chuayffett Chemor, durante el funeral del empresario y presidente de la Organización Deportiva Panamericana, Mario Vázquez Raña. Al centro de la imagen Luis Videgaray Caso, titular de Hacienda y Crédito PúblicoFoto Xinhua
P
arece inagotable la vena de escándalo de los políticos mexicanos respecto a enriquecimientos luego traducidos en propiedades inmobiliarias. Ni siquiera se frenó esa tendencia a la barahúnda con el remedo virgiliano de humorismo negro (que ha de suponerse involuntario) del discurso reciente de Enrique Peña Nieto respecto a honestidades en el ejercicio de cargos públicos y la futura regulación de eventuales conflictos de intereses. Al entredicho residencial de EPN, su esposa y su secretario de Hacienda fue sumado ahora José Murat Casab (JMC), ex gobernador de uno de los estados con más pobreza e injusticia, padre del actual director del Infonavit (Alejandro Murat Hinojosa, actualmente en campaña de posicionamiento con la esperanza de ser el sucesor de Gabino Cué) y creador (aunque el perredista Jesús Ortega también se asume como proponente de la idea) y orquestador inicial del más preciado instrumento político del sexenio en curso, el Pacto por México, marca ésta de la cual José Murat llegó a ser significativo coordinador ejecutivo.
La colocación del oaxaqueño en el dinamitado foro del Sexenio de Las Casas ha sido por cortesía de The New York Times, diario que publicó ayer como nota principal de su portada la primera parte de un reportaje seriado sobre el flujo de dinero oscuro de extranjeros en la compra de condominios de élite en la urbe conocida como la Gran Manzana. En la primera entrega, el trabajo, bajo la firma de Louise Story y Stephanie Saul (quienes habrían investigado el tema durante más de un año), apenas se refiere de pasada a México como uno de los países aportantes de multimillonarios compradores con referencias oscuras, pero incluye con viñeta a JMC entre 16 personajes representativos del reportaje que este miércoles dedicará su entrega completa a los intermediarios y el poder mexicano.
The New York Times asegura, más allá del entorno citadino que le da título, que en Estados Unidos casi la mitad de las compras de propiedades inmobiliarias de élite son realizadas por extranjeros que utilizan empresas fantasmas para disimular ingresos cuyo origen no es transparente. Tal vez en esa lista ampliada sea posible encontrar a políticos mexicanos que son o han sido presidentes municipales, gobernadores, legisladores federales, secretarios de Estado, directores de paraestatales, presidentes de la República, caciques sindicales y demás miembros del escaparate nacional de la corrupción extrema.
A su mansión de San Diego no podrá regresar en lo inmediato Elba Esther Gordillo, pues deberá ser en suelo mexicano donde prosiga (en caso de que le sea autorizado, conforme a las leyes vigentes) con las restricciones de libertad que le fueron impuestas al entrar en choque con la actual administración federal. La destituida cacica del SNTE tendrá suficiente riqueza para habilitar en México una jaula dorada en la que desahogue su judicial incidente sexenal, acogida a los beneficios procesales adquiribles al llegar a los 70 años de edad. Otra mujer de fama y controversia, Sandra Ávila Beltrán, también podrá retomar el control de su fortuna, que tiene un abultado segmento de propiedades inmobiliarias. Llamada La Reina del Pacífico, relacionada sentimentalmente en diversos momentos con jefes policiacos y del crimen organizado, ha sido beneficiada judicialmente con una resolución que la puso en libertad la noche del sábado pasado. Mucho antes que ella (agosto de 2013), Rafael Caro Quintero había salido de la cárcel por una decisión judicial (fallas procesales) que más adelante fue revocada aunque, obviamente, el emblemático sinaloense no ha vuelto a ser aprehendido. A Guadalajara, a Puente Grande, y por razones de salud mermada, también ha sido enviado desde un penal de alta seguridad el pionero Miguel Félix Gallardo, de quien se dice que es tío de La Reina del Pacífico.
Los casilleros partidistas de Michoacán ya fueron oficialmente ocupados ayer por contendientes que participan bajo la aureola de negociación que desde hace más de un año se veía venir (en esta columna se ha escrito oportunamente sobre el asunto) como especie de silbido anunciado. Gustavo Madero extendió un certificado dominical de apoyo absoluto a la hermana de su principal adversario por el control del PAN. Según eso, el chihuahuense está muy dispuesto a que triunfe Luisa María Calderón, a quien llaman Cocoa, con lo cual estaría regalando una ficha muy importante al hermano Felipe, quien está amenazando con cancelar su membresía de blanco y azul. Tampoco prende con visos de veracidad la candidatura priísta entregada a José Ascensión Orihuela, llamado Chon, político de fama regional mellada que siempre estará disponible para declararse derrotado si así se lo ordena Los Pinos.
En todo caso, el candidato real de Los Pinos y el PRI es el perredista Silvano Aureoles, muy bien visto por el peñismo y pieza ideal para que la administración federal priísta siga presumiendo de pluralidad política en México y de excelente entendimiento con la
oposición de izquierda. Ayer Aureoles fue declarado formalmente abanderado del sol azteca, con la presencia de Carlos Navarrete, en el inicio de la recolección de tanques de oxígeno del agradecido peñismo a sus aliados pactistas en riesgo electoral en otras latitudes. El partido Morena, por su parte, sostuvo a María de la Luz Núñez, esposa de Arturo Martínez Nateras y hermana del dirigente de Morena en Guerrero, entidad ésta donde María de la Luz ha hecho amplia carrera política, pero no en Michoacán.
Ayer murió Mario Vázquez Raña, dueño de la Organización Editorial Mexicana, que edita los diarios denominados El Sol, La Prensa yEsto. Ligada al poder político desde que se le conocía como la Cadena García Valseca (por el nombre de su dueño de entonces, José García Valseca), fue adquirida con huellas de interés de Luis Echeverría por el empresario Vázquez Raña, quien además fue directivo de organizaciones deportivas nacionales y a escala mundial. ¡Hasta mañana!
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