Padres de normalistas protestan cerca de Los Pinos. Foto: Xinhua |
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa dejaron claro el mensaje al gobierno de Enrique Peña Nieto: “Continuaremos con movilizaciones más fuertes en el 2015 ante la inacción del gobierno”.
A unas horas de finalizar el 2014, los padres provenientes de Guerrero, caminaron junto con más de 500 personas desde las instalaciones de la Procuraduría General de la República (PGR), hasta las inmediaciones de la Residencia Oficial de Los Pinos.
No llegaron al lugar donde despacha el presidente, se toparon con decenas de granaderos quienes bloquearon la avenida Constituyentes a la altura de la Universidad del Valle de México (UVM).
Ahí improvisaron un mitin, con megáfono en mano no cesaron en pedir justicia y acusaron a la clase política de “insensibles”, “asesinos” y “criminales”. Una clase política, “inservible”, que sólo se dedica a formar criminales y mata a los movimientos sociales.
Hubo representantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), además de diversas organizaciones estudiantiles. Todos, en una misma voz coreaban “no están solos”, dando el espaldarazo al reclamo de los padres, quienes sentenciaron “no hay nada que celebrar”.
El contingente partió desde las siete de la tarde, sobre Paseo de la Reforma, dobló por la calle Niza, a la altura del Ángel de la Independencia, y a su paso los comercios, restaurantes y hoteles cerraban cortinas, ventanas y puertas. Los empleados corrían como si vieran las huestes revolucionarias.
Pero no, no hubo desmanes, en las calles con su tráfico ligero, sólo se escucharon consignas que hicieron ecos entre los edificios de la avenida Chapultepec y luego de Constituyentes. La noche cayó por completo.
Ya en la atmósfera nocturna quedó el conteo “1,2,3,4,5,6,7…10…20…30…40…43. ¡Justiciaaa!”, “¡porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, “¡no hay celebración, sí hay indignación!”, “por qué, por qué los asesinan, si son la esperanza de América Latina”, “¡soldado mexicano si tienes dignidad, ya no te hagas pendejo y dinos la verdad!”.
También tuvieron para Peña Nieto con la consigna “¡fuera Peña… fue el Estado!” No hubo la misma concentración de personas que la marcha del pasado 26 de diciembre, en la que se conmemoraron los tres meses de la desaparición de los normalistas, donde se contabilizaban cientos de voces. Sin embargo, el reclamo también llegó a la clase empresarial de Guerrero:
“Los empresarios y todas sus confederaciones son hipócritas porque gritan a los cuatro vientos que por nuestra culpa han tenido pérdidas en sus negocios. La clase empresarial se debe preocupar por las instituciones asesinas, esas pérdidas en sus ventas es culpa del narcotráfico, que no nos echen la culpa”.
Al filo de las 10 de la noche, el frío y el fresco que da el bosque de Chapultepec empezó a sentirse. El calor de la marcha bajó, pero no los reclamos y mucho menos el sentimiento de los padres que aguantaron con foto en mano de sus hijos… Eso sí, dejaron claro “que no hay nada que celebrar” y como siempre el grito de “si vivos se los llevaron, vivos los queremos”.
Ya pasadas las 10.30 de la noche, a hora y media del nuevo año, fueron quemadas las figuras de cartón de Peña Nieto, de su esposa, Angélica Rivera y del procurador Jesús Murillo Karam.
Colgadas en las rejas del Bosque de Chapultepec, sobre Constituyentes se consumieron en fuego, mientras el grito ardiente de los padres de los desaparecidos soltaba “Fuera Peña, no sirves, esto es una muestra de lo que te espera”.
Las decenas de granaderos permanecieron inmóviles.
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