El 27 de septiembre, al día siguiente de la agresión a los normalistas de Ayotzinapa y de la desaparición forzada de compañeros suyos en Iguala, el alcalde con licencia José Luis Abarca Velázquez –quien hoy se encuentra prófugo– viajó a la Ciudad de México para entrevistarse con Jesús Zambrano, quien se preparaba para dejar la presidencia del PRD.
El encuentro se efectuó el Sanborns de Miguel Ángel de Quevedo y División del Norte, al sur de la ciudad. Acompañado por el diputado federal Sebastián Alfonso de la Rosa, Abarca intentó convencer a su interlocutor de que lo respaldara ante la sospecha de tener presuntos vínculos con el crimen organizado desde hace años.
Zambrano se negó y le pidió al alcalde separarse del cargo, comentan a Proceso fuentes que supieron de esa reunión. Dos días después, en una entrevista, Zambrano corroboró el dato. Lo hizo, dijo, para facilitar la investigación sobre los normalistas desaparecidos: “No estoy culpándolo a él, pero la policía (municipal) actuó con una enorme irresponsabilidad, con una falta de tacto absoluta ante los estudiantes”.
El sábado 4, el pleno del Noveno Consejo Nacional del PRD se pronunció de manera unánime por la expulsión de Abarca de las filas de ese partido, e incluso exigió al Congreso de Guerrero el desafuero del alcalde y su inmediata detención.
Su llegada al PRD
En 2011, durante la campaña de Ángel Aguirre a la gubernatura de Guerrero, Lázaro Mazón Alonso, de la corriente Nueva Izquierda (NI), fungió como el coordinador de su campaña. Fue él quien presentó a Abarca con Aguirre –un expriista arropado por el PRD–. Era un empresario exitoso que apoyaba la campaña, le dijo Mazón a Aguirre.
Durante todo 2011, Mazón Alonso fue el promotor de Abarca, quien no tenía experiencia política ni presencia electoral en Iguala. Luego comenzó el proceso para seleccionar candidatos a cargos de elección popular para los comicios de 2012.
En la entidad las corrientes opositoras a NI apoyaban al actual diputado Óscar Díaz Bello, entonces presidente del Comité Municipal del PRD en Iguala. Cuando llegó el proceso de selección por medio de una encuesta, Díaz Bello superó por cuatro puntos a Abarca.
Sin embargo, en 2012 las candidaturas perredistas en Guerrero se las repartieron cuatro corrientes –Los cuatro fantásticos–: NI, Grupo Guerrero, que se adhirió a Alianza Democrática Nacional (ADN), Nueva Mayoría, vinculada con NI, y otra denominada Unidad de Izquierda Guerrerense (UIG), relacionada con Izquierda Democrática Nacional (IDN).
Incluso realizaron un consejo estatal un viernes por la madrugada, refieren varios perredistas a condición de que se omitan sus nombres, en el que participó el gobernador Aguirre. Ahí, dicen, “impusieron” a Abarca como candidato a presidente municipal de Iguala.
Díaz Bello se inconformó y encabezó varias manifestaciones. Lo respaldaron las corrientes opositoras a NI y se sumaron a su protesta los otros aspirantes: Justino Carvajal Salgado, sobrino del exalcalde de Acapulco Félix Salgado Macedonio, y Antonio Jaimes Herrera, exalcalde de Iguala.
Entonces entregaron a Zambrano, así como al expresidente nacional del PRD Jesús Ortega Martínez, a la dirigencia estatal, al propio Aguirre, a René Bejarano, líder de IDN, y a los integrantes de Foro Nuevo Sol copias de un expediente armado por los militantes de Iguala en el cual documentaban las actividades ilícitas de Abarca, conocidas por los igualtecos.
También se la entregaron al entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador durante un acto de campaña en Iguala, antes de que se hiciera oficial la candidatura de Abarca a la alcaldía. Según los perredistas consultados, López Obrador les respondió que la selección de candidatos municipales no era de su competencia.
Al rechazo contra Abarca se sumaron IDN y FNS, pero NI lo cobijó. Díaz Bello tuvo que conformarse con una candidatura a diputado local por el distrito 22; Carvajal Salgado fue incluido en la planilla municipal de Iguala como primer síndico, mientras que Jaimes Herrera optó por romper con el PRD y buscó la alcaldía bajo el emblema del Partido Verde Ecologista de México.
El crimen de Carvajal Salgado
El 22 de febrero de 2013 el síndico Carvajal Salgado fue asesinado a balazos en las escaleras de la casa de su madre Naborina, hermana de Félix Salgado Macedonio, excandidato del PRD a la gubernatura del estado.
Los lugareños, según los perredistas consultados, señalaban a Abarca, aunque nunca comprobaron su supuesta culpabilidad. La dirigencia del PRD se enteró del caso pero no actuó.
En Iguala fue NI la que cobijó a Abarca. Sebastián de la Rosa incluso lo anduvo paseando, se los presentó a los dirigentes estatales y nacionales, así como al gobernador Aguirre, dice uno de los perredistas. Luego se formó la Unidad Popular, en la cual jugó un papel importante Arturo Hernández Cardona, quien fue asesinado en mayo de 2013 junto con otros dirigentes. De acuerdo con uno de los testigos de los atentados, Abarca fue quien le disparó a Hernández Cardona en el rostro y en el cuerpo.
El sábado 4 por la noche, durante el Primer Pleno Ordinario del IX Consejo Nacional del PRD, el líder de IDN, René Bejarano, trajo a colación el asesinato de Hernández Cardona. Horas antes comenzó a hablarse del hallazgo de las fosas clandestinas donde supuestamente fueron enterrados los 43 normalistas desaparecidos.
Bejarano habló de su amistad con Hernández Cardona e hizo todo lo posible por esclarecer el homicidio (el gobernador Aguirre lo ayudó incluso): “Se creó la fiscalía, se hizo la coadyuvancia, se hicieron las indagatorias, las periciales, se envió el desglose a la PGR, se tomaron muchas declaraciones, se dio protección a las hijas y los hijos sobrevivientes de las dos parejas que tuvo en vida Arturo y se procuró conocer y dar con los responsables”.
El jueves 9, con la anuencia del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD, encabezado ya por Carlos Navarrete, Aguirre manifestó su intención de renunciar a su cargo por los hechos violentos en Iguala.
Acompañado por Navarrete, el secretario general del PRD, Héctor Bautista, los integrantes del CEN, así como de los legisladores Silvano Aureoles Conejo y Sofío Ramírez Hernández, Aguirre expuso:
“Como es de su conocimiento, hay voces que, en el uso de sus derechos y libertades, han planteado mi separación del encargo de gobernador. Sin agravio alguno, respeto su opinión. Si eso sirviera para aliviar el dolor de los familiares de las víctimas y fuese útil para que no haya impunidad, sin duda alguna lo haría, pero como gobernador debo obedecer a quienes democráticamente me eligieron; es decir, las y los ciudadanos del estado de Guerrero.
“En consideración a lo anterior, y en acuerdo con la dirigencia nacional de mi partido, me permito informarles que al amparo y espíritu de los artículos primero, 35 y 39 y otras disposiciones de la Constitución, el próximo lunes presentaré al Congreso local una propuesta para que el domingo 16 de noviembre se realice en todo el estado de Guerrero un referéndum para la revocación de mandato, y que el pueblo decida democráticamente si debo o no continuar en el cargo de gobernador.”
Lo anterior, indicó, fue su “respuesta democrática” ante la masacre en Iguala. Antes, lamentó profundamente la muerte violenta “de varias personas y otras que se encuentran desaparecidas”.
Dos días antes, el martes 7, en un viaje relámpago a Iguala, Navarrete pidió un disculpa pública a los guerrerenses por no tener cuidado al elegir a sus candidatos y postular en ese municipio a un personaje ligado al crimen organizado. “Los perredistas –dijo– asumimos nuestro error y ofrecemos al pueblo de Guerrero nuestras disculpas y pedimos su perdón”.
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