viernes, 8 de agosto de 2014

El petróleo era un proyecto nacional, ahora ya no sé cuál es el proyecto: Meyer en CNN


“México está dando marcha atrás en lo poco que le quedaba de nacionalismo pero ¿quién es el que hace que se dé marcha atrás?, ¿es una presión extranjera?, yo temo que no...", señaló el historiador.
CNN 1


Con la reciente aprobación de la reforma energética “lo que se cierra es un capítulo de la historia mexicana y no tengo idea de qué es lo que venga después, el petróleo era un proyecto, detrás del petróleo había un proyecto nacional, yo ahora no sé cuál es el proyecto de México como nación”, dijo el historiador Lorenzo Meyer.
En entrevista para Aristegui CNN, Meyer explicó cómo se ha manejado el tema del petróleo a lo largo de la historia de nuestro país. Consideró México necesita de su nacionalismo, no es el nacionalismo mexicano agresivo, y el petróleo era una parte central en eso.
Antes de la reforma energética, “¿por qué no se intentó cambiar a Pemex primero?”,preguntó, pues ahora se tiene que abrir a la participación externa en un ambiente y un medio en donde la estructura institucional del Estado es muy débil y es facilísimo de penetrarla con la corrupción.
“En un Estado tan corrupto tu abres eso, pones esa riqueza en el mercado internacional de la manera que se va hacer, ¡bueno!, está pidiendo a gritos que se expanda el área de la corrupción. Se hace (la apertura) porque la sociedad lo pide o porque como en el pasado, las decisiones del petróleo las toman unos cuantos”, abundó.
Explicó que “la parte importante del porfiriato son los ferrocarriles, México tiene una de las estructuras ferrocarrileras en ese momento más importantes de América Latina, entonces quién va a explotar ese petróleo, que se sabe que está ahí bien, más o menos, es el capital externo son los que tienen las posibilidades pero no lo van a explotar si se mantiene en el estatus jurídico original que era propiedad de la nación. Entonces el Congreso porfirista que era casi como el de ahora, obedece a las órdenes del presidente y lo cambia”.
Sobre la etapa de Lázaro Cárdenas dijo que con él “logra, en este país tan débil, imponer sus intereses sobre los de las grandes potencias, ese es el corazón del nacionalismo petrolero, que después se dice ‘pero es que el sindicato’, fue una fuerza finalmente negativa, al principio  no, si no es por el sindicato no pudiera haberse echado a andar Pemex”.
Sin embargo “desde el principio se mostraron muy dispuestos a servirse con la cuchara grande”.
Meyer comentó que con Miguel Alemán “fue un ensayo”, y Carlos Salinas “no se atrevió, a pesar de que introduce de lleno el neoliberalismo, la privatización en todo menos ahí, se contuvo, esto que estamos viendo ahora es el final de ese ciclo, ahora sí se atrevieron, ahora tienen el apoyo del mundo externo, no hay guerra mundial que se nos venga encima y han decidido, han logrado cerrar un capítulo, el capítulo del petróleo también cierra el capítulo del nacionalismo mexicano, uno que ha sido atacado un montón, por cierto.  Se habla del nacionalismo como algo que huele a rancio, a viejo”.
Destacó que “en este momento cuando se abre el petróleo va a servir para traer grandes actores económicos aquí, que van a ser grandes actores políticos, fueron grandes actores políticos en el pasado, cuando sospecharon que Cárdenas empezaban a tomar actitudes muy nacionalistas en relación al petróleo intentaron que un ex embajador se pusiera en contacto con (Plutarco Elías) Calles para detener a Cárdenas, son actores que penetran el sistema político mexicano”.
Pero “Cárdenas se deshizo de Calles y entonces ya no pudieron hacer mayor cosa pero el intento estaba ahí y va a volver. El quitar el nacionalismo cuando los norteamericanos lo siguen teniendo… ellos exigen a todos, pero que nadie les exija”.
El historiador comentó que “México está dando marcha atrás en lo poco que le quedaba de nacionalismo pero ¿quién es el que hace que se dé marcha atrás?, ¿es una presión extranjera?, yo temo que no, supongo que quien desarmó esto fueron los propios mexicanos, yo lo vería como una especie de quinta columna, fue desde aquí adentro que se desarmó el último bastión del nacionalismo mexicano porque quienes tienen el poder necesitan de aliados poderosos dentro y fuera de México, y el petróleo es un recurso que se puede volver un recurso político
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