11 DE JULIO DE 2014
PRISMA INTERNACIONAL
Una menor de edad navega en Facebook. Foto: Hugo Cruz |
LONDRES (apro).- Facebook, el sitio de red social que cuenta con más de 900 millones de miembros en todo el mundo, enfrenta una investigación en Gran Bretaña por la supuesta violación de la ley de protección de información, debido a que expuso a 689 mil usuarios a la manipulación de sus emociones sin el consentimiento de éstos.
La poderosa Oficina del Comisionado para la Información del Reino Unido (ICO, en sus siglas en inglés) determinará si la multimillonaria empresa de Mark Zuckerberg “manipuló” información personal de esos usuarios para determinar qué expresiones emocionales mostraban.
El ente regulador confirmó además que, como parte de su investigación, entrevistará a directivos de Facebook, incluido al propio Zuckerberg.
Los investigadores del ICO contactarán al ente regulador de Irlanda para la protección de información privada sobre el caso, ya que la sede central de Facebook en Europa se encuentra en Dublín.
ICO busca esclarecer un experimento que encargó Facebook a la Universidad Cornell y a la Universidad de California, en San Francisco, para estudiar los casos de usuarios de la red social durante un período de una semana en 2012.
Según el ICO, “el experimento manipuló la amplitud por la cual cientos de miles de usuarios fueron expuestos a expresiones emocionales en su sección de canales de noticias o news feeds“, el flujo de comentarios, vídeos, fotos y enlaces a otras páginas de Internet posteadas por otros usuarios de la red social.
El estudio, que fue realizado por el especialista Adam Kramer, en conjunto con los expertos Jamie E. Guillory y Jeffrey T. Hancock, concluyó que los usuarios que leían menos información negativa en su página de Facebook tenían menos probabilidades de escribir mensajes negativos, y viceversa.
El estudio concluyó además que las emociones expresadas por amigos, a través de redes sociales por Internet, “influencian nuestros propios estados de ánimo, constituyendo la primera evidencia experimental de contagio emocional a escala masiva vía las redes sociales”.
Los experimentos de Facebook fueron realizados con el fin de determinarse “si la exposición a ciertas emociones (a través de los canales de noticias) llevaba a las personas a cambiar su propio comportamiento”.
Ese estudio, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), fue de inmediato muy criticado por abogados, activistas de Internet, políticos y defensores de la libertad individual, quienes calificaron la manipulación secreta de emociones como “escandalosa”, “preocupante” y “aterradora”.
Las críticas también estuvieron dirigidas a las autoridades de Facebook por no haber pedido el consentimiento previo a sus usuarios para que se utilizara información personal de estos últimos con fines de investigación psicológica a gran escala.
El parlamentario laborista Jim Sheridan, integrante del influyente Comité Selecto de Medios de Gran Bretaña, se mostró a favor de realizar una investigación sobre el asunto con el propósito de que se elabore una ley contra el abuso de la privacidad por parte de compañías de Internet.
“Este es un asunto muy grave y poderoso, y si no contamos con una legislación en el Reino Unido que proteja adecuadamente a la población, es necesario crear una lo antes posible”, afirmó Sheridan.
“Ellos están manipulando material personal de los usuarios y me preocupa la habilidad de Facebook y de otras empresas para manipular las emociones de las personas en la política y otras áreas”, subrayó el legislador opositor.
Según Sheridan, si la población ha sido “controlada por emociones”, las autoridades “deben establecer normas de protección y la gente por lo menos debe saber qué es lo que está pasando”.
Tras la polémica, la poderosa compañía de red social dijo que ha tomado “medidas apropiadas para la protección de información de usuarios”.
“Estamos dispuestos a responder cualquier pregunta que los reguladores tengan para hacernos”, afirmó en un comunicado Richard Allen, portavoz de Facebook en Europa.
Según Allen, “ninguna de la información estudiada estaba asociada con una cuenta personal (…) Quedó claro que muchas personas se enojaron por este estudio y nosotros nos hacemos responsables de ello”, dijo Allen en el comunicado, al reiterar que la firma “quiere mejorar en el futuro y está mejorando los procesos a partir de los comentarios recibidos”.
Por su parte, Kramer, el co-autor del reporte para Facebook, admitió que la firma de red social “no dejó en claro sus motivaciones en el estudio”.
“Puedo entender por qué muchas personas expresaron preocupación al respecto, y yo junto a mis co-autores lamentamos la forma en que el estudio fue realizado y las ansiedades que generó”, dijo el investigador.
Para Katherine Sledge Moore, profesora de psicología del Elmhurst College de Illinois, Estados Unidos, teniendo en cuenta cómo funciona Facebook y el hecho de que sus usuarios aceptan participar de las condiciones que impone esa red social, “no es sorprendente lo ocurrido”.
“Los resultados del estudio no son ni alarmantes ni demasiado importantes”, consideró.
Clay Johnson, co-fundador de Blue State Digital, la firma que creó y manejó la campaña online para la presidencia de Barack Obama en 2008, sostuvo por su parte que el experimento conducido para Facebook “es aterrador”.
“¿Podría la CIA incitar una revolución en Sudán al presionar a Facebook para que promueva un descontento social? ¿Sería esto legal? ¿Podría Mark Zuckerberg influenciar una elección al promover posteos de Upworthy (un sitio para compartir contenidos) dos semanas antes de los comicios? ¿Sería eso legal?”, se preguntó.
De todos modos y a pesar de las críticas, no es nuevo que firmas de Internet utilicen algoritmos para seleccionar y manipular emociones de usuarios.
Jacob Silverman, autor del libro Condiciones de servicio: Medios sociales, vigilancia y el precio de una conexión constante, afirmó a la revista especializada británica Wire que el Internet ya es “una vasta colección de estudios de mercadeo, y nosotros somos sus blancos”.
“Aunque es preocupante cómo obró Facebook al respecto, lo más grave es cómo manipuló los sentimientos de cientos de miles de sus usuarios sin pedir permiso previo”, explicó el especialista,
“A Facebook le importan dos cosas principalmente: la interacción y la publicidad. Supongamos que si Facebook decide que filtrar posteos negativos ayuda a mantener feliz a la gente frente a la computadora, hay pocas razones para pensar que no harán justamente eso. Mientras la plataforma siga siendo un guardián importante de información, y sus algoritmos permanezcan oscuros, deberíamos estar alertas acerca de la cantidad de poder y confianza que delegamos en el sitio”, agregó.
En ese sentido, Robert Blackie, director del área digital de la agencia de mercadeo Ogilvy One, sostuvo que la forma en que funcionan las compañías de Internet filtrando información a la que exponen a sus usuarios “es fundamental para sus modelos de negocio”.
“Para garantizar una continua aceptación pública esas compañías tendrán que discutir más abiertamente estos temas en el futuro”, afirmó Blackie.
“Tendrá que haber más revisiones independientes acerca de lo que hacen o mayor regulación de los gobiernos. Y si no logran un balance adecuado en cuanto al valor de cambio que obtienen, entones la gente será cada vez más reacia a utilizar sus servicios, convirtiéndose potencialmente en un gran problema de negocios”, concluyó.
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