El PRI del DF se ha convertido en el instrumento para evitar golpeteos políticos, arremeter contra los detractores del gobierno mancerista y minar el camino de René Bejarano
Las necesidades del gobierno son las ambiciones de los priistas: restar fuerza a la corriente Izquierda Democrática Nacional, de René Bejarano, en delegaciones estratégicas
La dirigencia del PRI-DF intervino en el conflicto del Metro apoyando al gobierno de la ciudad en contra de Fernando Espino, uno de los miembros de su partido
Territorialmente, los liderazgos políticos de Álvaro Obregón, Tlalpan, Magdalena Contreras y Cuauhtémoc afirman que ya hay presencia territorial del PRI y el GDF, a menos de un mes de la elección de Comités Vecinales
En el Gobierno del Distrito Federal no hay colores. Tan así que la administración mancerista concretó una alianza con el Partido Revolucionario Institucional capitalino de cara al 2015.
Se trata de un pacto en el que tanto los tricolores como los afines al mandatario capitalino Miguel Ángel Mancera saldrán beneficiados política y territorialmente.
Y es que las necesidades del gobierno son las ambiciones de los priistas: restar fuerza a la corriente más poderosa de la capital del país: Izquierda Democrática Nacional.
De acuerdo con fuentes consultadas por Reporte Indigo, los artífices de este acuerdo son el dirigente tricolor del DF, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, y el titular de la Secretaría de Gobierno, Héctor Serrano Cortés.
Por un lado, los priistas se comprometieron a no golpear mediáticamente a la administración mancerista. Es más, la idea es legitimar sus causas, a cambio de operación territorial en algunas delegaciones.
Mientras que el GDF les otorgará apoyo político para que le disputen el territorio a los jefes delegacionales cercanos a René Bejarano, a partir de la elección de Comités Vecinales y hasta el 2015.
El acuerdo es simple y da dividendos a ambos grupos. A la administración capitalina les favorece porque la tarea central es minar al bloque bejaranista y evitar golpeteos.
Y a los priistas les resulta conveniente contrarrestar el fuego amigo de Izquierda Democrática Nacional (IDN) al interior de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) a cambio de crecer como partido en la ciudad.
El asunto no es menor, pues la administración de Miguel Ángel Mancera abrió un frente de batalla con el grupo de René Bejarano y su antecesor Marcelo Ebrard.
Y la primera prueba de fuego de ese acuerdo se da en dos pistas:
1.- El conflicto del Sistema de Transporte Colectivo Metro, que protagonizan el líder del sindicato Fernando Espino y el director general Joel Ortega.
2.- La elección de Comités Vecinales que se llevará a cabo el 1 de septiembre próximo y el cúmulo de denuncias por presuntos actos de corrupción en las delegaciones bejaranistas.
El caso Metro
El conflicto comenzó con el amago de una huelga organizada por los trabajadores del Metro para obligar al director general, Joel Ortega, a entregar 2 mil 300 plazas labores de nueva creación.
Reporte Indigo documentó que detrás de ese conflicto estaba en disputa el jugoso negocio de los Permisos Administrativos Temporales Revocables (PATR) que otorgan las autoridades del Metro a particulares para la prestación de servicios.
Tan así que el GDF, en respuesta a las movilizaciones del priista Fernando Espino, dio a conocer a los medios de comunicación la serie de privilegios que tenía el líder sindical.
Decenas de familiares en la nómina del Metro, contratos como el servicio de comedores y demás canonjías salieron a la luz; pero Espino, también diputado por el PRI en la ALDF, no bajó la guardia.
Por eso tuvo que intervenir la dirigencia del PRI-DF apoyando al gobierno de la ciudad en contra de uno de los miembros de su partido.
En días pasados, el tricolor capitalino emitió un extrañamiento en contra de Fernando Espino, a quien calificó de corrupto y un ejemplo de lo que no se debe hacer.
El pretexto que esperaba Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre para abrir fuego contra Espino llegó con las notas periodísticas que se han publicado durante las dos últimas semanas.
Mediante un escueto documento, la Comisión de Justicia Partidaria del PRI notificó al legislador de su bancada que “la Comisión Política Permanente (…) determinó en su segunda sesión celebrada el 2 de agosto del 2013, hacerle un serio extrañamiento por sostener conductas contrarias al grupo parlamentario, así como de su agenda legislativa de la Asamblea Legislativa”.
De acuerdo con las declaraciones oficiales de este instituto político, el diputado local no ha atendido sus labores parlamentarias ni mostrado una conducta ejemplar.
El documento fue firmado por el dirigente del PRI en el Distrito Federal, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, por la secretaria general, Laura Elena Arellano Gilmore, y por el secretario técnico del Consejo Político de la Comisión Política Permanente, César Cruz Pérez.
Ahí anunciaron que promoverían su expulsión del tricolor, pero la realidad es que este tema solo es mediático, ya que la instancia facultada para quitarle sus derechos político-partidarios es la Comisión de Justicia Partidaria del Comité Ejecutivo Nacional, donde Gutiérrez de la Torre no tiene alcance.
Otra de los anuncios señalaba la posibilidad de excluirlo de la fracción parlamentaria, pero esa posibilidad reduciría el margen de acción del PRI dentro de la ALDF.
Por esa razón y porque le afectaría a las prerrogativas que administra el líder parlamentario, no han procedido a separarlo de la bancada tricolor, pero sí contribuido a disminuirlo mediáticamente.
La ruta mancerista
Desde el gobierno capitalino hay un ánimo de acotar a René Bejarano. Y la ruta principal que tienen es avalar al PRI para que le reste fuerza en las delegaciones que controla.
Estas son, de acuerdo con los propios priistas: Álvaro Obregón, Magdalena Contreras, Tlalpan y Cuauhtémoc.
En cuanto a Magdalena Contreras y Tlalpan, los tricolores han abierto un frente de batalla al denunciar una serie de presuntos actos de corrupción, que seguirán siendo parte de la agenda del PRI.
El tono de las denuncias no se compara con otros casos. El ejemplo más claro es el de la delegación Coyoacán donde, a pesar de que existen las mismas quejas, no es tema para los tricolores ya que este es un bastión que no le pertenece a IDN.
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