- marzo 31, 2014
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Ésta es una de las notas más leídas del Portal de Noticias El Universal. Pulso Ciudadano la retoma de la fuente original y la comparte con sus lectores.
Durante la campaña presidencial usted apoyó abiertamente al candidato del PRI (Enrique Peña Nieto), porque dijo que era la mejor opción. ¿Qué lo motivó a hacer eso?
No fue una decisión gratuita, fue muy reflexionada y comentada con él.
Reflexionada primero, porque venía ya un desgaste importante en la capacidad del PAN de sacar adelante las reformas. Veníamos de una votación de 43%-42.5%, la mía; una votación de 36%, la de Calderón, y si bien le hubiera ido a Josefina, de 32% en su caso.¿Cómo gobiernas un país con 32% de los votos? Entonces, mi primer punto era cómo buscamos consenso, cómo logramos que la presidencia tenga mayoría en el Congreso para poder hacer cambios estructurales de fondo, y no teníamos eso, que, por cierto, no lo tuvimos en el pasado. En ese análisis se suma además que la campaña del PAN iba muy mal estratégicamente, estaba dividida, pues el presidente Calderón quería otro candidato. Por tanto nada apuntaba a que lográramos un triunfo que diera capacidad de conducir.
Por el otro lado, el PRI mostraba esa capacidad, y más que el PRI -que yo no estoy con el PRI para nada, ni seré priísta jamás, ni lo apoyaré- estoy apoyando a una persona con la cual tuve muchos tratos y negociaciones de gobernador a Presidente y de Presidente a gobernador y que todas fueron buenas. Yo tenía una magnífica impresión de él como nueva generación del PRI, nada en el cuerpo de él ni en la mente de él es el viejo PRI, como mucha gente pretende endilgarle a Enrique Peña.
Entonces a través de ese conocimiento y de la posibilidad real de dar un “lulaso”, en alusión al Presidente Lula, donde podía alcanzar una mayoría suficiente para llevar a cabo los cambios, le dije: “Enrique yo puedo apoyar aquí siempre y cuando tengas el compromiso de que vas a llevar a cabo las reformas”, y él me dijo: “por total convicción las voy a hacer, voy a hacer la reforma fiscal, voy a hacer la reforma de energía y voy a hacer la reforma educativa”.
¿Se comprometió con alguna otra reforma?
Esas son las que yo veía indispensables para el país, sin eso seguiríamos el camino al precipicio. Ahora, las reformas tampoco fueron el non plus ultra, me quedé bastante insatisfecho con la fiscal, ahí era claro que la reforma debió haber sido el IVA a todos los productos y seguir reduciendo el Impuesto Sobre la Renta. Ahí que me disculpe el presidente Peña, pero no fue la mejor. La educativa está bien apuntada aunque tiene más terreno que recorrer: se necesita infraestructura de calidad y cambiar los contenidos educativos radicalmente. Y en el caso de la energética, me parece el mejor logro, espero que la secundaria amplíe más, y que no se deje (Peña Nieto) impresionar por el PRD y por (Cuauhtémoc) Cárdenas, ya que si la secundaria no va a fondo, la inversión no va a llegar.
¿Quién buscó a quién? ¿Usted buscó al hoy Presidente? ¿Él a usted? ¿Cómo se dio el encuentro?
Las dos cosas. Él vino aquí al Centro Fox, y yo lo busqué, precisamente buscando tener información para poder evaluar de manera razonada lo que iba a ser mi voto, y más allá de mi voto lo que iba a ser mi respaldo. Sé y sabía que me iba a llevar la etiqueta de traidor del PAN, pero no pienso en un partido, pienso en mi querido México y pienso en los pobres en México, pienso en los 80 mil muertos del sexenio de Calderón, pienso en esos jóvenes que son los “ninis” y quiero soluciones para eso.
La alianza con el hoy Presidente, ¿es sólo por estas tres reformas o hay algo más a largo plazo?
Nada más, y es digamos espiritual, no hay ningún arreglo pragmático-material de ninguna especie, yo no he vuelto a hablar con él directamente desde que asumió la Presidencia.
Además de que el presidente Peña saque las reformas estructurales, ¿qué otra cualidad le ve?
Es una persona decente en el sentido de honestidad y de transparencia; quizá la cualidad más importante es formar equipo, es no sentirse el Papa ni Papá Dios.
Usted comentó que al condonar la deuda de Cuba el gobierno federal retrocedía hacia el viejo PRI.
A estos “dictadorzuelos” que no dejan en libertad a sus ciudadanos, ¿para qué les andamos dando coba o para qué los tenemos que apoyar? Al revés.
¿Este tipo de decisiones hacen pensar en el viejo PRI?
Desde luego. Es un apego a la vieja cultura priísta que ni siquiera creo que sea del propio Peña, viene de la cultura priísta. Eso cambió con el PAN, nos abrimos al mundo. Aquella Doctrina Estrada ya “chole”, ya está como el petróleo, es muy antigua; ese “te respeto pero me respetas aunque tú hagas tropelías y yo también” no funciona en una democracia.
Con información de revoluciontrespuntocero
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