Hasta en las calles defenderá PRI reforma energética: Camacho
César Camacho Quiroz, dirigente nacional del PRI.
Foto: Miguel Dimayuga.
Foto: Miguel Dimayuga.
MÉXICO, D.F. (apro).- A unos días de que el presidente Enrique Peña Nieto envíe al Congreso de la Unión la iniciativa de reforma energética, el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, planteó un diagnóstico crítico en la materia que, dijo, se agravará en un par de años si no se aprueba la reforma.
Durante su participación en el encuentro de legisladores de la Confederación Nacional Campesina (CNC), el exdirigente nacional del PRI aseguró que, de continuar las tendencias, México podría convertirse en un importador neto en el año 2016.
La producción de crudo, dijo, se encuentra “en declive” y el déficit en materia de gas es tan grave que incluso se ha tenido que recurrir a “alertas críticas” para racionar el uso del gas en el centro y norte del país.
El secretario de Energía afirmó que esas decisiones han afectado a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que se ha visto obligada a utilizar combustóleo en sus plantas, lo que ha causado un impacto ecológico.
En cuanto a la gasolina, el funcionario federal refirió que mientras en 1997 México sólo importaba 25% del combustible, para 2012, la cifra alcanzó 49% del total.
A ese problema se suman los que enfrenta la red de ductos y sus cuellos de botella, abundó.
Por si fuera poco, destacó que las mil 620 tomas clandestinas detectadas en el país, han dejado pérdidas por 4.4 millones de barriles en 2012, sólo para Pemex Refinación y en el caso de la energía eléctrica, abundó, las pérdidas por robo alcanzan el 50%.
Coldwell rechazó adelantar el contenido de la reforma energética que enviará el Ejecutivo en próximos días al Congreso pero aseguró que mantendrá a los hidrocarburos como propiedad de la nación y a Pemex como una empresa pública, “de carácter productivo”.
Asimismo, sostuvo que deberán transformarse las reglas de la paraestatal para “mejorar su gobierno corporativo” y garantizar la transparencia que exige cualquier empresa de ese nivel.
La idea, afirmó el funcionario, es “maximizar la renta petrolera” a través de acciones que permitan multiplicar la exploración y producción de hidrocarburos.
También, fortalecer la Comisión Nacional de Hidrocarburos, convertir a Pemex en un promotor de cadenas para proveedores nacionales y consolidar las acciones contra el cambio climático, entre otros.
En suma, dijo, la propuesta del presidente representa una “transformación” a fondo en el sector que frenará la caída en la producción de energéticos y la dependencia de las importaciones.
“Esperamos que la propuesta que haga el gobierno, como las otras que han hecho las fuerzas políticas del país, sirvan para un debate y para una discusión muy rica que le permita al país una transformación energética de fondo.
“Es muy importante tenerla, no podemos dejar que las cosas sigan como están yendo porque estamos decayendo en nuestra producción de energía y podemos llegar a ser un país deficitario en energía. Es muy importante hacer esta reforma”, insistió.
El secretario de Energía aprovechó el espacio para recordar a las fuerzas políticas de oposición los compromisos adquiridos en el Pacto por México como parte de la ruta a seguir en la aprobación de la reforma e hizo un llamado para que la discusión en torno a ésta se pueda realizar de manera “transparente”, con información “objetiva” y “sin dogmas”.
Un Pemex de “clase mundial”
El dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, refrendó la intención del gobierno de aprobar una reforma energética “a fondo” que convierta a Pemex en una entidad “de clase mundial” pero supeditada a las decisiones del gobierno mexicano.
“Para hacer de Pemex una empresa de clase mundial pero tan mexicana como lo ha sido desde su creación, para hacer que cualquier capital a pesar del capital público, ingrese, tiene que estar sometido a las reglas del gobierno y, siendo un área estratégica de la economía, nadie puede tomar las grandes decisiones sino es el gobierno de México.
“Hay que decirlo recio: vienen tiempos retadores en los que tenemos que dar la cara”, vaticinó. “Tenemos que ir a los medios y, si se necesita, ir a las calles para que nos escuchen fuerte y quedito”.
El dirigente nacional priista añadió que todos los mexicanos quieren a Pemex como a México “y todos los queremos mejor (…) por eso, a grandes males grandes remedios, por eso reformas transformadoras de gran calado, no reformas cosméticas que tan rápido como llegan se van”, sostuvo.
Sobre las declaraciones de la dirigencia del PAN en el sentido de que condicionaría la discusión de la reforma energética a una reforma política y electoral, Camacho Quiroz respondió que primero se atenderá el interés de la gente y después el de los partidos.
Asimismo rechazó el surgimiento del “México Bronco” durante la discusión y análisis de la reforma energética, al señalar que el México del siglo XXI es un país de instituciones, donde prevalece el acuerdo y la civilidad política.
“Creo que un país de instituciones, un país de leyes, un país en el que la civilización y el espíritu democrático, el apego a la ley es lo que ha de prevalecer”, confió.2
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