Jesusa Cervantes
MÉXICO, DF, 8 de febrero (apro).- El Partido Acción Nacional (PAN) en la Cámara de Diputados aceptó abordar en tribuna el despido de la periodista Carmen Aristegui de la empresa radiofónica MVS y enmarcarlo como parte de la “problemática nacional", y cerrar con ello el debate sobre el presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón.
En el arranque de la sesión, el vicecoordinador de la bancada panista, Alberto Pérez Cuevas, pidió la palabra y desde su curul solicitó que en el tema denominado “problemática nacional” “se aborde lo sucedido con una periodista y que cada quien (diputado o grupo parlamentario) comente su postura… a la bancada del PAN le interesa que esto se debata”.
Los oradores de este partido, al igual que su vicecoordinador, jamás pronunciaron el nombre de Carmen Aristegui y aunque se manifestaron a favor de la libertad de expresión, en ningún momento hicieron referencia al despido.
Incluso, a diferencia de la vocera presidencial, Alejandra Sota, que negó cualquier intervención de Los Pinos en caso Aristegui, los panistas evitaron durante el debate relacionar al gobierno federal en el tema.
En contraste, PRI, PRD y Partido del Trabajo salieron en defensa de Aristegui, al grado de que los dos últimos partidos demandaron a la empresa MVS la reinstalación de la periodista en el noticiero radiofónico.
Los primeros en intervenir fueron los panistas, siguieron los petistas y perredistas, y finalmente la priista Beatriz Paredes cerró el debate con frases demoledoras al parecer enderezadas al gobierno calderonista.
“El derecho a la crítica, en regímenes políticos en transición, es indispensable porque en los proceso de transición siempre hay riesgo de posiciones regresivas, y en esas etapas --que se caracterizan por la confusión, la diatriba y en muchos casos por las acusaciones infundadas-- la crítica es una práctica que oxigena y obliga a todos a mirar con mayor objetividad y humildad que percepciones diversas existen”, acotó Paredes Rangel.
Y cerró al sostener que “en el país necesitamos que exista la crítica, la crítica objetiva, la crítica veraz, la crítica que no confunda al poder en su propio espejo”.
“Alcohólico no, dipsómano”
Durante el debate, los panistas se limitaron a decir que su partido está a favor de “la libertad de expresión” y a sostener que ésta se practica en el país, pero nunca vincularon el tema con el despido de Aristegui.
Peor aún, evitaron llamar a la periodista por su nombre.
“…la libertad de expresión tan existe, que aquí mismo en esta tribuna puede venir a manifestarse, aun y cuando sea únicamente para darle rienda suelta a lenguas viperinas, a actitudes incontinentes, a desplazamientos que no proponen ni construyen para venir a vomitar aquí frustraciones de los propios errores políticos del pasado”, dijo el panista Arturo García Portillo para antes aclarar que “sí, el tema es la libertad de expresión”.
Los panistas intentaron así desvincular el despido de la periodista o como una consecuencia por haber demandado a la Presidencia una aclaración sobre el presunto alcoholismo de Calderón, y al cual se hizo referencia en una manta que el PT desplegó el jueves pasado en la tribuna de la Cámara de Diputados.
Por el contrario, PRD, PRI y PT dejaron en claro que ambos temas formaban parte de un mismo asunto: el actuar del Ejecutivo federal y la limitación de la libertad de expresión.
Por ejemplo, Gerardo Fernández Noroña, autor de la “manta de la discordia”, sostuvo que Calderón Hinojosa ya no aguanta “ni que lo toquen con el pétalo de una pregunta”.
Calificó de “espeluznante y terrible” que una pregunta haya generado de parte de la Presidencia ordenar el despido de la conductora radiofónica.
“Que se muera de hambre el pueblo no es lo importante; que se viole la libertad de expresión no es lo importante; lo importante para los panistas es que no se le diga borracho” al Ejecutivo, sostuvo para luego advertir:
“El despido es peligrosísimo, es uno de los ataques más brutales a la libertad de expresión”.
Enseguida y para no irritar más a los panistas, Fernández Noroña concedió en no llamar más “borracho” a Calderón, sino “dipsómano”, término con que el diccionario define a un “alcohólico, ebrio, bebedor o borracho”.
Luego exigió “que se le regrese su espacio a Carmen Aristegui”.
Los panistas acusaron a Fernández Noroña de obstaculizar el debate y recurrir a “espectáculos mediáticos” como una medida de llamar la atención, pues lo que pretende es ser candidato al Gobierno del Distrito Federal (GDF).
Incluso, el panista García Portillo pidió la lectura de una nota publicada en el diario Reforma, en que se da cuenta de una reunión que Fernández Noroña sostuvo el sábado pasado en las oficinas del PT en la Cámara de Diputados con varios de sus seguidores para promoverse como candidato al gobierno capitalino.
La respuesta de Fernández Noroña fue de burla, pues les dijo que al no tener argumentos para debatir sobre el caso Aristegui, los panistas pretendían dar a entender que él utilizaba las instalaciones del Poder Legislativo para promover sus intereses políticos.
Sin embargo, el petista les respondió que eso no va a poder ser, y para ello mostró un oficio de recibido de la Cámara de Diputados, en donde pide permiso para utilizar las instalaciones con fines proselitistas.
Los panistas también recurrieron al señalamiento de Alma Velásquez, la diputada suplente de Fernández Noroña, quien un par de horas antes había acudido a la sala de prensa para demandar la renuncia de su compañero de partido y revelar un supuesto incumplimiento de apoyo monetario de 800 mil pesos de parte del legislador.
Gobierno chantajea a MVS: PRD
Por su parte, el PRD a través del guerrerense Armando Ríos Piter acusó al gobierno de Felipe Calderón de someter a chantaje a MVS, al no renovarle la concesión, si la empresa no despedía a Aristegui, y por ello el sol azteca exigió la recontratación de la comunicadora.
“Da pena que MVS, que ha sido una empresa adalid en la lucha contra el duopolio televisivo, hoy esté cayendo en la trampa; en la trampa de que sea el gobierno quien con chantajes le pida que, para renovarle la concesión, acalle una voz que es importante que sea escuchada”, dijo.
Sostuvo que hablar de cómo reconstruir una nación es hablar también de la libertad de expresión.
“La libertad de expresión es también defender que si alguien en los medios, de los amigos periodistas, de ésos que deben ser aliados en la construcción de un México democrático y un México de libertades, pues también que ese derecho les sea, precisamente, garantizado”, destacó el PRD.
Para hablar de la solución del país, agregó, se tiene que hablar de Carmen Aristegui; puntualizó que no sólo se trata de ser solidario con la periodista, sino el dejar claro que, cuando se coarta la libertad de expresión por presiones de carácter económico, da pena.
Tener a Carmen Aristegui en los medios, puntualizó, puede gustar o no a mucha gente, porque ella representa “ese gran México que somos” y “no podemos regresar a ese México ideologizado, autoritario, en el que sólo una voz cuenta”.
Los medios, añadió, son parte importante en la construcción de un país democrático.
“Hoy ser solidarios con Carmen Aristegui y exigirle, exhortar desde esta tribuna a MVS, a que la reinstale en ese cargo, es pensar que no es solamente un tema entre particulares y privados, es un tema de interés social y refleja también la construcción del país que desde esta tribuna tenemos que estar haciendo”, sostuvo.
Reflexión de Voltaire
La priista y presidenta nacional del PRI, Beatriz Paredes Rangel, coincidió en que Aristegui forma parte del pluralismo en México y sostuvo:
“¿Por qué la circunstancia de Carmen Aristegui provocó una reacción tan amplia en comunicadores y en la opinión pública? Independientemente de que es una comunicadora que no es obsecuente con el poder, cualquiera que sea el signo de éste, lo que proyecta, lo que evidencia la reacción de tantas y diversas voces es la convicción de que la libertad de expresión es un valor irrenunciable y, sobre todo, lo que se aprecia es el derecho a la crítica”, sostuvo.
El pluralismo, aclaró, no es sólo un asunto electoral, sino tiene que ver con la visión del mundo “en donde se reconoce que hay distintos, diferentes, que hay otros que no tienen que ser como tú, ni profesar los mismos valores o dogmas o convicciones que tú profesas”.
No hacerlo, dijo, es hablar de fascismo, de uniformidades.
“El desarrollo democrático del país demanda convicciones democráticas, desde luego, y requiere tolerancia; y Paredes cerró citando a Voltaire y refiriéndose a Aristegui:
“Voltarire, un destacado filósofo perseguido y encarcelado por sus principios, expresó: ‘Detesto lo que escribes, pero daría mi vida para que pudieras seguir escribiéndolo’”.
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