Cumple hoy El Chamizal 42 años de ser devuelto a Juárez
El Diario
Aunque todos los juarenses han disfrutado de sus áreas verdes, pocos recuerdan que hace 42 años el Chamizal fue devuelto a México por los Estados Unidos después de una disputa que duró un siglo luego de que el Río Bravo cambió su cauce a la zona aledaña al actual malecón dejando del lado de El Paso, Texas al actual territorio donde hoy se ubica el parque.
El Chamizal era un predio ubicado al noroeste de la misión de Guadalupe que estuvo ocupado por rancherías que se establecieron al sur del Río Bravo que fue tomado como limite fronterizo por el tratado de Guadalupe-Hidalgo firmados tras perder México la guerra contra Estados Unidos en 1848 y con ello una parte de su territorio, indican datos históricos difundidos por la Comisión Internacional de Limites y Aguas (Cila) e historiadores.
Después de esos acuerdos, entre 1852 y 1864 el desplazamiento hacia el sur ocurrió lenta y gradualmente a causa de la erosión de su margen derecha pero en 1864 y 1868 ocurrieron fuertes avenidas del río por lo cual estos terrenos sufrieron inundaciones y cambios repentinos muy considerables, provocando que El Chamizal pasara de la margen derecha bajo la jurisdicción de México, a la margen izquierda del río, quedando bajo la jurisdicción de facto de los Estados Unidos.
Sin embargo, el presidente Benito Juárez que en esa época estuvo en esta frontera encabezando la lucha contra la invasión francesa, decidió reclamar los terrenos perdidos y por la vía diplomática, instruyó al secretario de Relaciones Exteriores, Sebastián Lerdo de Tejada para formalizar la reclamación ante Washington.
La reclamación no tuvo respuesta pero el gobierno mexicano siguió manteniendo firma la reclamación durante el gobierno de Lerdo de Tejada hasta que dos décadas después de registrado el movimiento del cause, se estableció un una convención binacional para resolver la disputa de ese territorio, la cual resolvió que la frontera se encontraba en el cause original del río.
La resolución no fue ejecutada pero fue retomada por la Comisión Internacional de Limites y Aguas creada en 1889 y de ahí negociada constantemente hasta que un siglo después se llego a un acuerdo final.
En 1963 el gobierno de Estados Unidos y México acordaron realizar un intercambio de terrenos para canalizar el río de manera definitiva. Ese año se calculó la extensión que sería regresada a los mexicanos que fue de 333 hectáreas, contabilizando 156 hectáreas del antiguo corte de Córdoba y 177 del antiguo predio El Chamizal.
Tras finalizar las negociaciones diplomáticas, el presidente de Estados Unidos Lyndon B. Johnson acudió un día como hoy a entregar simbólicamente a su homologo Gustavo Díaz Ordaz las tierras que comprendían 333 hectáreas, 177 de ellas sobre las cuales se construyó el parque El Chamizal y 156 del corte de Córdoba. Ambos mandatarios develaron una placa en la esquina del parque ubicada en la avenida Heroico Colegio Militar y calle Costa Rica para recordar el acto.
Las crónicas de la época señalan que después de la demarcación de la nueva línea divisoria y de la transferencia formal de los terrenos, se procedió a la construcción del nuevo cauce revestido de concreto así como los puentes internacionales.
El municipio de Juárez aprovechó los terrenos para construir ahí el principal parque de la ciudad, así como instalaciones deportivas, museos e integrar obras al recién creado Programa Nacional Fronterizo (Pronaf) con fines turísticos.
Sobre el nombre El Chamizal, el antecedente documental histórico más remoto con que cuenta el Cila, es la solicitud de título que sobre la tierra así llamada presentó el colono Ricardo Bruselas en junio de 1818 al gobierno de México. El nombre lo tomó de la planta llamada chamizo, de gran valor como forraje y abundante en los terrenos en disputa.
A partir de ahí, se tienen registros en el Cila de que en octubre de 1866 el terreno de El Chamizal fue adquirido por Pedro Ignacio García y del Barrio pero a su muerte pasó por herencia a ser propiedad de su viuda, Beatriz Azcarate de García y al fallecimiento de ésta en 1925 pasó a sus hijos, uno de los cuales, Raymundo S. García, compró de sus hermanos sus derechos de propiedad. Finalmente la propiedad pasó a Pedro N. García hijo de don Raymundo.
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