viernes, 10 de septiembre de 2010

Hay que ir todas que nos maten; a ver si así nos hacen caso, Mujeres de San Juan Copala

Día 27 pensábamos que todo estaba tranquilo, el dolor fue, que no fue así, hoy hirieron, violaron a una de ellas
Veronica Villalvazo | Para Kaos en la Red | Hoy a las 19:50 | 28 lecturas

Oaxaca de Juárez 7 de septiembre 2010; 27 días de plantón, soportando todo tipo de climas, las mujeres desplazadas y en resistencia de San Juan Copala, todos los días despiertan con la esperanza de que algún funcionario se acerque a ellas para mostrar algo de voluntad, y tratar de darle respuesta a sus demandas, los pequeños ya se han habituado a la situación, por lo menos están libres dicen ellas, no tienen que esconderse de las balas como allá en San Juan Copala.


Hoy luego de que el día de ayer realizarán una marcha exigiendo justicia, por la muerte de Pedro Santos, agente municipal de Agua Fría y que era uno de los que ayudaba a proteger a las 50 familias que aún se mantienen dentro de San Juan Copala. Había pasado prácticamente la mañana tranquila, Mariana Flores la representante de las mujeres en resistencia tuvo que salir de pronto, el resto de las mujeres se quedaron en el campamento, pensado, sintiendo que hasta el momento todo estaba bien, tanto con la amenaza de desalojo que está latente, y sin tener noticias de que algo hubiera pasado en el municipio autónomo.


Una llamada les hizo entender que no, hablando en su lengua materna les hicieron saber que Natalia Cruz Bautista había sido violada alrededor de las doce con treinta minutos, “seguro iba a comprar su maíz”, expresan, la cara de la hija de Natalia quien se mantiene en el zócalo apoyando a sus compañeras, no tenía expresión alguna, solo de pronto sus ojos se llenaron de lagrimas y en triqui empezó a expresar lo que sentía. Otra mujer Francisca de Jesús García fue herida de bala, cuando escapó de la misma suerte de Natalia, las dos hasta el momento están en Copala, sin poder salir para ser atendidas.


La conferencia de prensa apresurada que dieron, distaba mucho de lo que se veía y sentía cuando las cámaras y las grabadoras se alejaron, enojo, impotencia, “hay que ir nosotras a verlas”, “que nos maten a todas si eso se necesita para que nos hagan caso”, “mejor la hubieran matado, luego de eso que le hicieron, le cortaron el pelo, la mataron en vida”, expresaban con los ojos llenos de lagrimas.


Las adolescentes que ya entienden lo que sucede, solo se limitaron a llorar, a dejarse llevar por el dolor de no saber a quién recurrir, con quién refugiarse, los niños más pequeños, en su poco entender y sin que nadie les explique nada, saben que algo muy malo paso, en Copala, no saben qué, pero de sus gargantas vuelve a salir el grito, “Copala, vive, la Luchaaa, sigue”.


Día 27 pensábamos que todo estaba tranquilo, el dolor fue, que no fue así, hoy hirieron, violaron a una de ellas, el poder de unas tierras, el miedo gubernamental para hacerse cargo de lo que pasa en Copala, la impotencia colectiva otra vez, el dolor de verse solas, presente como cada día, como cada noche que desde que llegaron a Oaxaca, las mantiene muertas en vida.


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