martes, 28 de septiembre de 2010

¿Concluyó Calderón su desgobierno para ingresar a la campaña de su partido, supliéndolo el ejército?


Pedro Echeverría
(especial para ARGENPRESS.info)

1. El panista Fox lo dijo con franqueza y cinismo: dejé de gobernar para dedicarme de lleno a la campaña en todos sus niveles, si no estuviera gobernando López Obrador; o sea, en primer lugar hay que asegurar la sucesión y luego atender a los gobernados que siempre están dispuestos a esperar.

Calderón no ha dejado de hacer campaña: desde el primer día de su gobierno todas sus acciones y discursos demuestran que sólo vive en campaña y que el gigantesco desempleo, los salarios de hambre de los trabajadores, el acelerado crecimiento de la miseria, la desatención de los servicios de salud y educación, le valen un soberano carajo. Calderón en estos años ha estado firmando acuerdos políticos-electorales con el PRI y el PRD -de acuerdo al momento y las circunstancias- aunque esos acuerdos sean contra los intereses del pueblo. El PAN aumentó el IVA con el PRI a cambio de no aliarse al PRD, pero luego firmó con el PRD otro acuerdo parecido.

2. Es gravísimo que golpeando la economía familiar de la población se intercambien acomodamientos políticos con el IVA, impuestos, carestías, obras públicas y nombramiento de funcionarios. Dicen por ejemplo: “Qué te parece: te doy gubernaturas, diputaciones y las alcaldías que quieras y una lana en subsidios y obras, a cambio de que tus legisladores voten la reforma de la Ley del Trabajo”. Si para ellos esto es de todos los días también se les hace fácil negociar a la mamá, a las hermanas y a las hijas. La moral para los políticos y negociantes tiene forma de dinero, privilegios y ascensos, quizá por eso conforman la misma familia. Siendo presidente Salinas, allí por 1993, citó a los 50 empresarios más ricos de México y le pidió a cada uno unos 25 millones de pesos para la campaña política del candidato del PRI. Antes que termine de hablar se paró uno de ellos y dijo: señores hemos ganado los millones que hemos querido, por eso yo ofrezco el doble”.

3. Solamente los idiotas creen que los gobernantes del PRI, el PAN, el PRD y otros partidos no intervienen en campañas políticas. Y también sólo los tontos, los retontos, creen que votan libres de toda influencia. ¿Quién hace a los candidatos, los selecciona, los da a conocer al público y luego repite cada minuto que va en primero, segundo o tercer lugar para que los votantes vean? El pobre votante acude a las urnas como un robot repitiendo que votará por el que le dio despensas, le ofreció un trabajo y le pareció más bonito en la televisión. ¿Cómo podrá votar a favor del candidato “violento” que le dijo la TV, del candidato “no religioso” que le dijo la iglesia, por quien “no le llevó” una despensa o materiales de construcción, por el candidato que es “un peligro” según los empresarios? Los empresarios invierten mucho miles de millones de pesos en campañas políticas porque saben que les redituará mucho más. Ellos nunca pierden.

4. En México la política es un negocio redondo y se puede demostrar, con sobra de datos probatorios, que todos los presidentes de la República, sus secretarios de Estado y jefes de empresas públicas, desde el Porfiriato, pasando por los gobiernos del PRI y del PAN, salieron del gobierno inmensamente ricos. Hay una gran cantidad de ejemplos de negocios presidenciales -desde Miguel Alemán y Ciudad Satélite, Echeverría Álvarez y Cancún, López Portillo y el petróleo, los Salinas y los negocios de TV Azteca y las inversiones bancarias, hasta los Zedillo, Fox y Calderón implicados en terribles negocios de terrenos, playas, negocios familiares- que a mi me fastidian repetir así como seguir hablando de ellos. Además que se roban descaradamente millonadas de pesos del presupuesto como denunció De la Madrid a Salinas, lo más importante es que se convierten en socios poseedores de acciones de grandes negocios.

5. Calderón ha desgobernado el país y en la práctica se ha puesto a la cabeza de su partido (PAN) dejando a la nación bajo el mando del ejército que ocupa las calles e invade escuelas, oficinas o los domicilios que quiera sin necesidad de alguna orden judicial. Pero también parece haber creado grupos paramilitares fascistas ilegales que se encargarán de ajusticiar a luchadores sociales. Calderón lleva cuatro años diciendo que gobierna cuando sólo se ha dedicado a defenderse del narcotráfico, de la llamada delincuencia, de centenares de protestas de la población que sufre pobreza, miseria y hambre. Si Calderón sigue en la Presidencia es por el apoyo empresarial, de los EEUU y de la misma clase política. Nunca en la historia de México, ni en los tiempos de Calles o Díaz Ordaz, habíamos estado tan cerca del gobierno militar. ¿Quién iba a imaginar que la derecha tan religiosa, tan católica, tan “respetuosa de las leyes”, nos impondría un estado persecutorio y despótico?

6. La próxima batalla por la Presidencia, hasta hoy por estar muy adelantados, parece que se dará entre el priísta Peña Nieto y el más o menos socialdemócrata López Obrador. Los panistas podrían usar otra vez a su jefe Fernández de Cevallos (hoy escondido), al secretario de Educación, del Trabajo o Hacienda; sin embargo -ha sido tan funesto el desgobierno de Calderón y su ejército- que sólo servirán para golpear a Obrador y para fortalecer a Peña Nieto. Éste tiene todas las posibilidades de ganar porque tiene todo el apoyo de la clase política, de los empresarios, del clero, de los medios de información y del mismo gobierno de los EEUU. López Obrador tendría que decidirse a radicalizar su campaña, a encabezar una lucha de clases radical, llamar a los indígenas y campesinos a rebelarse contra el capital. Esto es lo que parece que AMLO no podrá hacer porque tiene llena la cabeza de “legalidades”, “pacifismos” y esperanzas. Así no podrá obtener ni un 20 por ciento.

7. Si bien parece que Beltrones es más inteligente y hábil que Peña, y que Ebrard posee el apoyo de los chuchos, de la clase política y los empresarios para eliminar a AMLO, ninguno de los dos -sobre todo Ebrard- es una competencia real, es más, debería darle vergüenza seguir haciéndole al cínico. ¿Pero qué tal si a éste lo hacen candidato del PRD y de un sector de panistas y Obrador sólo es candidato del PT? Entonces el ridículo de los socialdemócratas (PRD y PT) sería total, absoluto. Por ese motivo Calderón ha decidido meterse directamente a la campaña y a las negociaciones políticas pensando exclusivamente en la sucesión presidencial que para el PAN se presenta como un desalojo de Los Pinos y una posible revisión de los despojos presupuestales de los últimos dos sexenios panistas. Si bien Fox logró imponer a Calderón para que le cuiden las espaldas éste no podrá hacer lo mismo y quizá salgan a relucir desfalcos panistas.

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