jueves, 22 de julio de 2010

Astillero

Astillero
Presidente Calderón
Jefe público de campañas
Las revanchas del PRI
Cordero y los pobres
Julio Hernández López

Grave daño ha causado Felipe Calderón a la figura presidencial que a tumbos ha ejercido hasta ahora con ciertas pretensiones de institucionalidad. No se habla ahora del origen electoral del falso mandato que ostenta, ni del pésimo cumplimiento de funciones y responsabilidades en el tramo de facto que ha ocupado sino, a partir de las pasadas elecciones en 14 estados, del carácter expresamente faccioso que ha adjudicado a ese cargo precario, de la contaminación electorera que ha decidido lucir como distintivo principal del resto que le pudiera quedar del sexenio tambaleante, del arribo irónico a una denominación buscada en lo constitucional pero ahora asumida en lo partidista: presidente, sí, pero del comité panista de campañas electorales; activista en jefe de la mapachería pinolera, ejecutante tardío del priísmo clásico, el del uso de los recursos públicos y el aparato de gobierno para favorecer a los candidatos y las banderías.

Presidente, pues, que ha renunciado al cumplimiento básico de ciertas formalidades de interés colectivo para exhibirse como militante partidista que, por tanto, comienza a recibir disparos políticos sin protección: ya ayer el priísmo vengativo se alió con el PRD para cobrarse una mínima parte de las traiciones felipistas que devinieron en alianzas perreánicas, al aprobar en la Permanente un exhorto al sordo, ciego y mudo de Los Pinos para que escuche, vea y hable con los miembros del SME que mantienen una resistencia extrema al acto autoritario que desapareció su fuente de trabajo. Ya está el bipolar tribunal electoral federal (dominado unas veces por la amistad de su presidenta con Margarita Zavala; otras, por la relación política con el beltronismo) exigiendo al IFE que pida al activista Calderón que explique las razones por las cuales emitió en vísperas de elecciones ciertos mensajes con cargo al erario que sin duda alentaban el voto a favor del panismo gobernante (esa resolución del tribunal electoral coloca al ocupante de Los Pinos en condición de funcionario sujeto a llamados del IFE para explicar comportamientos relacionados con comicios). Ya están los legisladores priístas empujando para corregir, por revanchismo más que por genuino espíritu justiciero, los dislates que en la Cofetel ordenó cometer el militante panista Felipe. Ya alistan también los priístas la estrategia de presión que buscará redefinir el curso de la sangrienta batalla contra el narcotráfico, mientras sucesos cada vez más violentos relanzan a las calles a los soldados y "justifican" el mantenimiento de la mano dura en las calles del país.

Los priístas tienen en la mira política al activista Felipe, al presidente del comité nacional de campañas panistas que provisionalmente se alberga en algún lugar de las montañas blanquiazules rebautizadas como Los PANes. En tanto, el precandidato presidencial felipista, Ernesto Cordero, quien tácticamente se hace pasar como secretario de hacienda, para despistar al enemigo, ha arrancado sus faenas en pos del voto popular al dar a conocer que la crisis económica sufrida durante el calderonismo ha significado la aparición de casi seis millones de nuevos pobres. ¡Un primer logro de la presente administración, que bien podría ser aprovechado para lema de campaña del ternasco hacendario: Vote por Cordero para presidente (productor) de los pobres!

Astillas

Para que la cuña apriete, ha de ser del mismo palo futurista: a Alonso Lujambio le ha tocado recoger la maltrecha estafeta de los festejos del bicentenario que su promotora fallida, Patricia Flores Elizondo, dejó cargados de sospechas sobre malos manejos económicos. Lujambio, derrotado en estas primeras batallas por la facción pinolera que empuja al grisáceo Ernesto Cordero como aspirante presidencial por el PAN, tuvo que asegurar que habrá rendición de cuentas y transparencia en el uso de los casi tres mil millones de pesos destinados a unos festejos hoy en entredicho, lo que es una forma de dar legitimidad a las acusaciones contra quien fue poderosa jefa de la oficina autodenominada presidencial y que desde esa instancia impulsaba al titular de la SEP. Por cierto, es lamentable el manoseo a que se ha sometido a esa comisión de festejos históricos de la que, al parecer, lo único que interesa a los derechistas funcionarios, prohispanos en la actualidad, y neoporfiristas prácticos, son los recursos económicos disponibles. Ayer, de Gobernación pasó a la SEP el "control" de esas celebraciones que el felipismo repele en lo íntimo en cuanto van en contra de sus verdaderas consideraciones políticas e ideológicas… El PRI ha anunciado que antes de que concluya el presente mes tendrá candidato a la gubernatura de Guerrero, donde el mal papel del panista disfrazado de perredista, Zeferino Torreblanca, pone en peligro el juego de siglas de alquiler pintadas de negro y amarillo. Recuérdese, además, que el principal aspirante a la candidatura perredista de aquella entidad, Armando Chavarría, quien era presidente de la comisión de gobierno del congreso local, fue oportunamente asesinado 11 meses atrás… En http://twitter.com/julioastillero se dio cuenta ayer del pésimo servicio de "atención a clientes" que ofrecen compañías como Hellmex. Sistemas y equipos deficientes hacen cómodo el producir hombres riquísimos a escala mundial mediante pésimos servicios. Que los mexicanos sufran para que uno de ellos gane… Y, mientras las lluvias ponen a prueba la consistencia de los sistemas de protección civil que, como el resto de la estructura gubernamental, ha sido materia propicia para saqueos, simulaciones y debilidad defensiva, ¡hasta mañana, con torreonenses inconformes con el "apoyo" policiaco federal enviado luego de la matanza de 17 personas, lo que les hace suponer que en el ánimo central siguen rigiendo los criterios de pleito con las instancias locales priístas!

Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx

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