sábado, 3 de abril de 2010

“A toro pasado”, condena de Rivera a sacerdotes pederastas, señalan expertos

El cardenal apuesta a la amnesia de la sociedad; debe aclarar por qué “encubrió” al cura Aguilar


Se debe investigar y castigar a los responsables, coinciden dirigentes de ONG y académicos

Carolina Gómez y Emir Olivares

Periódico La Jornada
Sábado 3 de abril de 2010, p. 10
La condena del cardenal Norberto Rivera Carrera a los sacerdotes pederastas y la advertencia hecha a su presbiterio respecto a que no tolerará estos actos en la arquidiócesis de México no sólo es “a toro pasado”, sino que también apuesta a la “amnesia” de la sociedad, consideraron expertos en temas religiosos y defensores de derechos humanos, quienes destacaron que esto debe traducirse en acciones concretas que lleven al castigo de responsables y cómplices de esos delitos.

Manuel Canto Chac, profesor investigador de la UAM-Xochimilco, precisó que para que haya congruencia, el mensaje sea creíble y no se quede sólo en el ámbito declarativo, Rivera Carrera está obligado a explicar por qué encubrió al sacerdote pederasta Nicolás Aguilar o, en su caso, rechazar dicha acusación, pero con argumentos, porque “mientras no aclare las cosas del pasado va a ser poco creíble lo que piensa hacer en el futuro” en torno al tema. La condena es “a toro pasado”, dijo.

Édgar Cortez, director de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, y Adrián Ramírez, presidente de la Liga Mexicana de Defensa de los Derechos Humanos, coincidieron en que debe darse un cambio de actitud en la Iglesia para transparentar esos casos y denunciar a los presuntos responsables; de lo contrario se demostrará que las declaraciones de Rivera sólo tienen como fin desviar el escándalo internacional por los abusos sexuales de sacerdotes, por lo que lo llamaron a pasar del discurso a la acción.

Aparte, Elio Masferrer, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de la Religión, indicó que el discurso evidencia que a la Iglesia “el fuego le llega a los aparejos y trata de lanzar una cortina de humo, apostando a la amnesia de la sociedad”. Añadió que aunque nunca es tarde para rectificar, es difícil creer lo que dice, cuando antes descalificó las acusaciones contra el fundador de la Legión de Cristo, Marcial Maciel.
Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de las Casas, señaló a este diario que “lo expresado por Rivera no es novedad, sino una actitud permanente de la Iglesia”. Precisó que ahora se destaca lo que dijo el cardenal “por las circunstancias” en que se encuentra dicha institución.

“El Código de Derecho Canónico es muy explícito: en estos casos se hace un juicio en el tribunal eclesiástico, y después de que se hayan probado las denuncias contra sacerdotes pederastas, se les excluye del ministerio. Fui rector del seminario de Toluca, y las normas para admitir candidatos son muy explícitas; no acepta a quien tenga desequilibrios sicológicos, incluido el sexual”, afirmó.

Cortez confió en que este “cambio en el discurso” derive en acciones para sancionar a los responsables y reparar el daño a las víctimas. “El tema debe pasar por investigaciones eficaces de los casos, sanciones a quienes cometieron materialmente esos delitos y también a los posibles cómplices”.

Ramírez propuso revisar el asunto del celibato a que se obliga a los curas, ya que “la expresión de la sexualidad es parte de la condición humana, por lo que ninguna persona puede sustraerse de ella”.

David Romo, arzobispo primado de la iglesia de la Santa Muerte, precisó que lo dicho por Carrera “no es sincero; es una estrategia, una hipocresía; se quiere curar en salud”. En el marco de la procesión del silencio, que encabeza esta iglesia en Semana Santa, Romo destacó que además es una reacción “tardía”.

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