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Es inevitable la masiva expresión de dolor e indignación por la muerte de Paulette, que quedó grabada en la mente de los mexicanos como una niña sonriente con ricitos de oro de cuatro años, y cuya desaparición hace 10 días provocó una búsqueda infatigable en las redes sociales. Apareció muerta en su casa, lo que generó una oleada de comentarios en contra de la familia –en particular su madre, que se encuentra en calidad de indiciada-, y a favor de las autoridades del estado de México por haber dado lo que suponen, un golpe contundente hacia la solución de lo que anticipan como un homicidio. Claro está, si la Procuraduría de Justicia del estado de México deja de cometer los inexplicables errores que han hecho de este caso el borrador de una novela macabra, y por momentos delirante.
El protagonista de este desastre en principio de investigación es el procurador mexiquense Alberto Bazbaz, quien ya estableció que fue homicidio –no se ha aventurado a decir si culposo o imprudencial-, le bajó el pulgar –como los césares ordenaban las ejecuciones en el Coliseo romano- a la madre de Paulette, Lisette Farah, y habló de una conspiración –sin utilizar el término- en lo que él determinó como asesinato de la pequeña. No quiere decir que nada de esto termine en verdad jurídica, al mismo tiempo que, hasta este momento, nada de lo que ha dicho está legalmente probado. Es decir, Bazbaz está en el proceso ominoso de las adivinanzas.
La investigación comenzó el 22 de marzo, cuando los padres de Paulette reportaron que no aparecía. Los interrogaron, así como también hicieron al personal de servicio. Lo que sus trabajadoras domésticas les declararon le pareció inconsistente y contradictorio, por lo cual las arraigaron –sin auto de formal prisión porque no tiene nada aún para acusarlas de nada-, pero no hicieron nada con los padres. Pero a Bazbaz, como él mismo admitió, le llamó la atención una entrevista de Lisette Farah en Milenio TV el sábado pasado, sobretodo, que haya recibido a la reportera y a su camarógrafo en la misma habitación donde dormía Paulette. Es que, como dijo el procurador, la madre es astuta, con tendencia a mentir, fría y con una inteligencia superior a la media. Por tanto, volvió a enfocar la investigación sobre de ella y le cambió su situación jurídica a indiciada, que no significa que esté detenida, o acusada de nada, sino que forma parte de una línea de investigación.
Bazbaz dijo que Lisette Farah tiene todo el perfil sicológico para haber cometido un asesinato, ¿o no procurador? ¿Alguna prueba? Que había tenido la sangre fría para dar una entrevista sentada sobre la cama donde descubrirían el cuerpo de su hija. Lo que no sabía Bazbaz, y se lo acaba de regalar Adriana Esthela Flores, la reportera de Milenio TV que la entrevistó el sábado pasado, es que recibirla en esa habitación no fue idea de la madre de Paulette, sino petición de la periodista. Ahí va la perspicacia de Bazbaz directo a la basura. La mujer fría, astuta, no fue la de la iniciativa. Inclusive, como revela la reportera en un recuento este jueves del contexto de la entrevista, la señora le iba a dar la entrevista, aparentemente sin darse cuenta, en la pijama que traía puesta desde hacía cuatro días.
Para ese entonces, la procuraduría mexiquense había dedicado a más de 30 agentes a la búsqueda de Paulette. En cuatro ocasiones los agentes ministeriales estuvieron su domicilio, en una zona de alto ingreso en los suburbios de la ciudad de México, y el propio Bazbaz, revisó la habitación de Paulette, sin encontrar nada extraño. Familiares de la pequeña durmieron en esa habitación para apoyar a los padres con los medios y la logística desbordante que se da en casos como el que vivieron, y tampoco notaron nada. El 31 de marzo, en una nueva inspección, apareció en su cama la pequeña Paulette.
¿Cómo regresó Paulette a su cama? Es cierto que la casa no estaba resguardada por la policía, porque no era una escena de crimen. Pero al ser un caso de alto impacto, un protocolo de seguridad que se sigue es tener bajo vigilancia ese domicilio para poder reportar todo lo que suceda en el entorno. No se sabe si la policía vigiló o no la casa de Paulette. Si no lo hizo, la autoridad incurrió en un error de consecuencias. Pero si la vigiló y no notó nada, entonces el error no es de diseño o de operación, sino humano. En cualquier caso, Bazbaz no tiene una idea clara de lo que sucede, porque no tiene formalmente detenido a nadie. Lo que sí ha venido probando de manera fehaciente, es que se está manejando por instinto. Esto habla muy bien de las cualidades perceptivas del procurador, pero muy mal de su trabajo profesional.
Bazbaz, quien debe actuar con todo rigor científico, con una lógica cartesiana y un apego puntual a la Ley, está optando, a juzgar por sus declaraciones públicas, por el camino de la subjetividad. Lo que le extrañó, y lo que le llamó la atención, son frases que ha utilizado en los últimos días. Uno esperaría de un procurador más seriedad y fundamentar su dicho en las investigaciones y los datos que ha podido corroborar. Parecería que a procuraduría mexiquense está jugando más en el campo mediático que en el jurídico, tirando elementos a la arena de la especulación.
El procurador, que primero colocó a Lisette Farah en el patíbulo, abrió luego el terreno a la conspiración. “Es probable –dijo-, que el cuerpo (de Paulette) haya sido colocado por terceras personas”. De manera tan sorpresiva como intempestiva, Bazbaz abrió ante la prensa una nueva línea de investigación. ¿Quién plantó el cuerpo? La procuraduría mexiquense solicitó la ayuda de la procuraduría del Distrito Federal para encontrar a una persona, presuntamente amiga de la madre de Paulette, que estaría involucrada en la muerte de la pequeña. El caso se complica y se extiende. La imaginación se estimula.
La procuraduría mexiquense no parece estar más en los tiempos de la ley que en las ansiedades de los medios de comunicación. Pero así no se resuelven las cosas. Así se construyen chivos expiatorios. Bazbaz empezó mal, con adivinanzas y subjetividades. Un ciudadano esperaría que a través de los instrumentos legales descubra lo que sucedió con Paulette, y los responsables de su muerte. Si fue su madre y su buscado amigo, que lo demuestre. Si no, habrá arruinado una reputación y desvirtuado un caso donde la verdad, cualquiera que sea, podrá no ser creíble.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
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