lunes, 11 de enero de 2010

No hubo que esperar mucho

Periodistas de EL UNIVERSAL
Bajo reserva
11 de enero de 2010


No hubo que esperar mucho. El 5 de enero, el general Felipe de Jesús Espitia, cabeza del Operativo Conjunto Chihuahua, anunció que 2010 será un año más violento que el anterior. Dicho y hecho: el sábado 9 de enero sumaron 69 las muertes por el narco, 26 sólo en Ciudad Juárez. Fue el día más violento desde el inicio de la guerra al narco. “Los años anteriores han sido difíciles para combatir la ola de violencia, sobre todo en Juárez”, dijo Espitia ese martes 5. “Para este año se espera que aumente más [la violencia], puesto que está por entrar un periodo electoral”. Ahora lea lo que dijo el gobernador José Reyes Baeza el sábado 9, con decenas de cadáveres tendidos en las banquetas: “Hasta que no haya disminuido esta guerra criminal y este aniquilamiento de un grupo a otro por ocupar el territorio, los militares permanecerán en Chihuahua”. En otras palabras, que ningún ciudadano aspire a que regrese la paz, mientras que un grupo no extermine al otro. Entendido, pero, ¿de cuántos miles de “exterminados” más estamos hablando? ¿Cinco mil, 10 mil, 50 mil? Y en esa cifra de “exterminados”, ¿se cuenta a los civiles, a los periodistas, o esas cifras se suman aparte? Y, bueno, sólo por preguntar: ¿De verdad esa es la estrategia: que se exterminen unos a otros?

La queja del gobernador Leonel Godoy es muy concreta: van secretarios a su estado, a Michoacán, y reparten promesas y dinero, pero ni siquiera le avisan. Se brincan al jefe del Ejecutivo estatal. Ah, pero quien sí aparece en primera fila en estos actos públicos del gobierno federal es la hermana del presidente Felipe Calderón, Luisa María Calderón, así como Germán Peña, secretario estatal del PAN. Eso dice Godoy. Eso piensa su gobierno, que ayer por la tarde hizo oficial la queja: envió una carta a Los Pinos en la que se detalla la molestia.

El diputado federal con licencia Héctor Murguía no llegó al desayuno. Allí estuvieron otros precandidatos como Óscar Villalobos, o empresarios como Eloy Vallina o Jaime Bermúdez. Pero no Teto Murguía. Más tarde, el ex alcalde que llamó a una revuelta contra la nominación del ex presidente de la Cámara de Diputados César Duarte para la gubernatura de Chihuahua por el PRI, apareció en un acto público. Cabeza gacha, corazón aplastado. Así terminó su rabieta pública contra Beatriz Paredes y el CEN del PRI. Pero cuidado, no terminó su rebelión: se dice que busca apoyar al que resulte candidato del PAN. Que será su venganza. Eso se dice.

Apunte final: El alcalde de León, Ricardo Sheffield Padilla, vacacionó cuatro días de fin de año en Las Vegas. El 28 de diciembre salió de San Luis Potosí en el avión privado Dassault Falcon 200 con matrícula N501-K. Se hospedó en el Hotel Mandalay hasta el 31 de diciembre, según reseña el periódico Correo hoy, lunes. Y todo estaría muy bien, si no fuera porque su viaje fue pagado por el empresario Luis García Padilla, quien quiere abrir un parque industrial de 300 hectáreas pero no tiene (o no tenía) aprobación municipal. Como vemos, la urgencia de transparentar la actividad pública es real.

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