jueves, 14 de enero de 2010

México ¿intrascendente?



14 de enero de 2010

2010-01-14


En el pasado México fue referente político y económico en América Latina, pero más que eso, de solidaridad. Para nuestro país hubiera sido sencillo apoyar, como lo hizo Estados Unidos, a las dictaduras en Argentina, Cuba o Chile en lugar de acoger a los ciudadanos disidentes de aquellas naciones. Sin embargo, se decidió actuar de forma humana y congruente. Debemos el aprecio de muchas naciones a ese gesto.

Haití debe motivar también una reacción solidaria de nuestra parte, particularmente del gobierno federal, porque las circunstancias del país, el más pobre del continente, lo ameritan hoy más que nunca. La isla caribeña carece de la capacidad para resarcir los daños humanos y materiales ocasionados por el reciente terremoto. Su limitada infraestructura quedó devastada y le será imposible reconstruirse sin ayuda internacional. México puede demostrar frente a la tragedia que sin importar el gobierno que lo encabece no ha perdido su desinteresada voluntad.

Hay además otro factor que debe motivar a actuar de manera ejemplar en este asunto: la recuperación del liderazgo perdido. El último conflicto en Honduras mostró cuan simple e intrascendente resulta México en los asuntos regionales. Haití debería ser parte de una estrategia para que México vuelva a esa posición de referencia que alguna vez tuvo entre las naciones al sur del río Bravo.

En el inicio de este sexenio parecía que el rumbo sería distinto al de los últimos gobiernos priístas, un alejamiento acentuado hasta el extremo por Vicente Fox. El presidente Felipe Calderón viajó primero a Sudamérica antes de hacerlo hacia Estados Unidos, señal de que las peleas con Hugo Chávez y Fidel Castro quedarían atrás. Sin embargo, con el tiempo el gobierno federal demostró que limar asperezas implicaba también mantener un bajo perfil en el plano internacional, que más allá de las cálidas palabras de los mandatarios sudamericanos, en realidad los vínculos con el sur sólo serían discursivos.

Ayudar a la empobrecida isla y ser pieza clave en su reconstrucción sería importante no sólo en el ámbito moral, sino en el mejoramiento de los vínculos con la región.

México no puede seguir esperando que sean sólo las glorias del pasado las que nos mantengan unidos al resto del continente.

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