Ocho años de administración republicana han dejado a Estados Unidos y al planeta una secuela negativa en todos los órdenes. Difícil será olvidarlo.
Dom, 18/01/2009 - 05:31
En Irak, alentando a sus tropas. Fotos: ReutersDespués de un par de periodos presidenciales, los malos manejos en todas las áreas políticas —exterior, doméstica y hasta extraterrestre— comienzan a tomar sentido. Cuando George W. Bush entró en la Casa Blanca, en enero de 2001, heredó paz y prosperidad. El ejército, la Constitución y Nueva Orleans estaban intactos y el país tenía un superávit presupuestal de 128 mil millones de dólares. Ahora está a punto de salir, dejando a sus sucesores una gran deuda a pagar.
Para tener una idea del balance, hablamos con expertos en siete áreas diferentes. Lo que sigue es un inventario incompleto de ocho años de malos manejos, porque un recuento completo sería mucho más largo.
Economía
Hasta hace poco, se podía escuchar a los partidarios del presidente Bush argumentando que la economía era la historia del éxito de su administración. Pero el debate se tornó dudoso el 15 de septiembre, con el colapso de Lehman Brothers. Ahora la economía podría ser el más pesado de los legados de Bush que tendrá que solucionar Barack Obama.
La actual crisis financiera y económica se ha vuelto tan masiva que uno podría olvidar que comenzó con malas hipotecas. Bueno, se podría tratar de olvidarla si uno todavía tiene casa, o no está entre los casi uno de cada cuatro cuyas casas valen menos que la deuda de sus hipotecas.
¿Cuán mal están las cosas? “En una recesión promedio perdemos alrededor de 3% del PIB, que es de aproximadamente 500 mil millones de dólares”, dijo el economista de UCLA, Lee Ohanian. “No es inconcebible que esto sea dos veces peor, lo que se acercaría al billón de dólares”.
Caída esperada del PIB por debajo del crecimiento normal en 2009: 900 mil millones de dólares.
Descenso en el Porcentaje Industrial Dow Jones de su punto más alto de la década a su valor al cierre de actividades el 7 de enero de 2009: 5,394.83 o 38.1 por ciento.
Empleos perdidos desde 2000: 3.78 millones.
Aumento de trabajadores desempleados de 2001 a 2008: cuatro millones, un ascenso de 2.7% en el porcentaje de desempleo.
Por supuesto, el gobierno no se sentó sin hacer nada mientras nuestro futuro financiero se desmoronaba. En su lugar, los federales inyectaron cientos de miles de millones de dólares de los contribuyentes, esperando impulsar los préstamos y el gasto público.
Costo de financiar el plan de rescate a la industria: 350 mil millones, con otros 350 mil millones esperando la aprobación del Congreso.
Costo de financiar el plan de rescate de la industria automotriz: 27.4 millones de dólares, hasta ahora.
Y aun cuando hay acuerdo general entre los economistas en cuanto a que el gobierno tiene que gastar una gran suma de dinero en un paquete de estímulos económicos, no se verá bien en la hoja de balance público.
Deuda nacional: 10.6 billones de dólares.
Cantidad de esa deuda poseída por China: al menos 800 mil millones de dólares.
Infraestructura
Cuando colapsó el puente en Minneapolis, matando a 23 y lesionando a 145 personas, comenzamos a recordar los detalles prosaicos del asunto de la política de la infraestructura. Los detalles prácticos pueden significar, literalmente, vida y muerte. Y el puente I-35 sobre el Mississippi no es la única vía pública que sufre de carencia de fondos y negligencia.
Puentes considerados estructuralmente deficientes: 70 mil.
Caminos y puentes importantes en condición mediocre o mala: cerca de un tercio.
Mientras tanto, las vías públicas no sólo están desgastadas, sino también abarrotadas.
La Casa Blanca de Bush propuso recortes en el financiamiento del tránsito público para el año fiscal de 2009: 202.1 millones de dólares. Aunque capituló ante las abrumadoras mayorías del Congreso a favor de Amtrak, Bush amenazó repetidamente con dejar sin fondos al sistema nacional ferroviario.
Nivel de fondos federales para Amtrak propuestos por Bush en 2005: 0.
Irak
¿Cuántas veces ha escuchado que con el dinero que se gasta en Irak en sólo una semana se podría...?
Linda Bilmes, profesora en Kennedy School of Government, en Harvard y coautora con el economista Joseph Stiglitz del libro The Three Trillion Dollar War dice: “Creo que la cifra de tres billones de dólares sigue siendo buena. Esencialmente tomamos la cantidad de dinero que hemos gastado hasta la fecha, el mínimo que necesitaremos gastar en los beneficios de incapacidad de los veteranos, las armas que se han usado, los intereses del dinero que nos han prestado. También se incluyen algunos de los costos económicos, como padres y cónyuges de los veteranos que tuvieron que dejar sus empleos cuando éstos volvieron. Y los costos de los problemas del petróleo”.
Sueldo diario de un sargento del ejército de EU casado y con hijos en Irak en 2007: 170
dólares.
Sueldo diario de un contratista militar de Blackwater: 600 dólares.
Cifra de militares estadunidenses muertos hasta el 7 de enero de 2009: 4 mil 222.
Costo promedio de un vehículo de combate Bradley: 3 mil 166 millones de dólares.
Costo de la nueva embajada de EU en Bagdad: 592 millones de dólares.
Costo de la guerra al mes: 12 mil millones de dólares.
Costo total de la guerra, de principio a fin, calculado por la administración Bush: 60 mil millones de dólares.
Derechos Humanos
Una de las primeras tareas importantes del presidente Obama será desmantelar la cultura de Abu Ghraib y Guantánamo, la red de papeles y órdenes ejecutivas que pusieron en riesgo el habeas corpus y permitieron —alentaron— la tortura.
El daño a la imagen de EU podría ser largo. Karen Greenberg, directora ejecutiva del Centro para la Ley y la Seguridad de la Universidad de Nueva York dice que la mancha en la reputación de EU entre los extranjeros y, para el caso, los estadunidenses, no se quitará jamás.
Nuestros métodos en la guerra contra el terrorismo, dice Greenberg, expusieron una falla fundamental en la habilidad de la democracia para lograr éxitos políticos. “El costo más grande de la tortura fue que erosionó la confianza del pueblo estadunidense”.
Pero también hay costos cuantificables en detener a combatientes enemigos indefinidamente y crear comisiones militares para juzgarlos.
Cifra de detenidos que han muerto bajo la custodia de EU: Derechos Humanos primero afirmó que hasta febrero de 2006 habían muerto casi 100, una cifra que el Pentágono cuestiona. Además, Amnistía Internacional dice que más de tres docenas de individuos que se creía que estaban en custodia de EU han, esencialmente, desaparecido.
Costo en construcción y personal de las instalaciones de Guantánamo: más de 400 millones de dólares hasta diciembre de 2008. Aún se debe determinar el precio de juzgar a los 250 detenidos que permanecen allí, o de cualquier demanda civil que surja.
Huracán Katrina
Cuando los vientos del Katrina finalmente se tranquilizaron, habían dejado tras de sí una montaña de testimonios estadísticos sobre el poder de un huracán y la incompetencia de los funcionarios del gobierno que debían manejar el problema. Quince millones de personas de la Costa del Golfo fueron afectadas y se perdieron 400 mil empleos y 275 mil casas. La estadística más importante de todas es la de la cifra de muertes. Los estimados varían mucho, pero las muertes causadas directamente por el huracán de agosto de 2005 exceden, en general, las mil 100, tal vez la cifra se acerque a mil 500, con un total de muertes directas e indirectas de más de mil 800. Otras 700 personas siguen desaparecidas. Sin embargo, miles más que escaparon a Lousiana para huir de la tormenta nunca regresaron. La población de la ciudad sigue siendo de sólo 72% de su nivel anterior a Katrina.
Costo para el gobierno federal: hasta mediados de 2006, el Congreso había aprobado 122 mil millones de dólares en fondos para la región. FEMA había pagado 19 mil millones de dólares.
Costo para las aseguradoras: un mes después de la tormenta, la industria aseguradora había dado la cifra preliminar de 34 mil millones de dólares. Un año después, la cifra era de 40 mil 600 millones.
Harry Richardson, profesor de políticas públicas en la Universidad de California del Sur y editor de una colección de artículos titulada Natural Disaster Analysis After Katrinam, señala que cualquier evaluación del impacto de la tormenta debería incluir las pérdidas financieras causadas por ésta.
También ha tenido un impacto financiero en gente que no sufrió la ira de Katrina, que nunca escuchó hablar de un dique y que vive lejos de Louisiana y Mississippi. Los seguros de vivienda se han vuelto más costosos y/o más difíciles de conseguir. Después de la tormenta, muchas aseguradoras nacionales simplemente dejaron de otorgar pólizas a casas que están demasiado cerca de las líneas costeras.
Costo de reparar los diques en Nueva Orleáns: mil millones de dólares, sin garantía, si los niveles del mar suben y los huracanes aumentan en intensidad, de que resistan.
Asistencia médica
Los estadunidenses son ambivalentes sobre la reforma a la asistencia médica. La citan constantemente como un asunto importante en las encuestas, y la promesa de actuar en la mejora de ésta ayudó a ganar las elecciones a Bill Clinton en 1992 y a Barack Obama 16 años después. Victor Fuchs, un economista emérito de Stanford, dice que “el público no ha mostrado la disposición de apoyar ninguna reforma significativa”.
La preocupación pública sobre el creciente costo de la atención a la salud impulsó a la administración Bush a promover una ley en 2003 que incluía un programa para medicamentos por prescripción llamado Medicare Part D que entró en vigor el 1 de enero de 2006. Fue una idea compasiva, dado que ayudaba a los ancianos a pagar medicamentos necesarios, pero no fue exactamente conservadora. Seguro, protegía las ganancias de los laboratorios de medicamentos, pero sólo al forzar al gobierno a pagar los altos precios que habían estado pagando los consumidores. Para el disgusto de los republicanos que ayudaron a aprobarla, el plan de medicamentos de Bush resultó ser uno de los programas de ayuda social nuevos más grandes de los últimos 40 años (sólo obtuvo el suficiente apoyo republicano para su aprobación en el Congreso porque la administración Bush redujo el precio real del mismo).
Costo de implementar Medicare Part D: 534 mil millones de dólares.
Diferencia en precio de medicamentos de marca entre EU y Canadá en 2004: 70% más caros en EU.
Aumento en el precio de un medicamento promedio entre 1997 y 2007: de 35.72 a 69.91 dólares.
Mientras que compraba medicamentos para los ancianos, Bush les negó atención médica a los niños. En 2007 vetó la expansión del Programa de Seguro Social Estatal de los Niños (SCHIP), que da dinero federal a los estados para ayudar a proveer de seguro social a las familias con hijos.
Cifra de niños fuera del Programa SCHIP por el veto de Bush: 4 millones.
Mientras, los problemas de atención médica del país siguen sin solucionarse. La atención médica se sigue encareciendo y la cifra de estadunidenses sin seguro médico no ha disminuido en porcentaje.
Cifra de estadunidenses sin seguro médico: 46 millones, o 18% de la población menor a 65 años.
Aumento en el monto que paga el empleado promedio por el seguro médico provisto por el empleador desde 2000: 120%.
De acuerdo a Roger Hickey, fundador y codirector de la organización política progresista Campaña para el Futuro de América, la cifra de no asegurados ha fluctuado durante los últimos ocho años, pero ésta es engañosa. “No puedo decir que la cifra haya empeorado dramáticamente, pero hubo un análisis cuando salieron las últimas cifras hace alrededor de tres meses que mostraron que lo único que evitaba que empeoraran es que son cada vez más las personas que se inscriben en programas públicos como Medicaid”.
Hickey espera que la cifra suba muy pronto, y caracteriza la expansión de Medicaid realizada por Bush como “una oportunidad desperdiciada” debido a la influencia corporativa en los precios de los medicamentos.
Costo de la atención médica como porcentaje del PIB: 16%.
Proporción del costo de la atención a la salud y el costo de la defensa nacional: 4.3-1.
“Como economista —dice Regina E. Herzlinger, profesora de la Escuela Empresarial de Harvard y autora del libro Who Killed Health Care?—, me preocupa mucho la fracción siempre en ascenso de nuestro PIB que es abarcada por la atención a la salud. La mayoría de los países con los que competimos promedian entre 9 y 10% de su PIB en atención médica. Nosotros gastamos cerca de 70% más y no puedo decir honestamente que estemos obteniendo una atención médica 70% mejor en Estados Unidos.”
Clima
Cifra de los nueve años más calurosos en los registros que se han presentado desde 2000: siete.
¿Cuánto se ha reducido la capa de hielo del Ártico?: 50% desde el inicio del siglo.
Las historias sobre la negación del calentamiento global y la censura abierta a los científicos del gobierno perpetradas por la administración Bush son bien conocidas. La administración entrante de Obama admite la existencia del cambio de clima, pero se ha perdido una década.
Mientras tanto se ha generado un impacto financiero tremendo y creciente proveniente de la crisis climática, y el espectro del enorme compromiso económico que se requeriría sólo para regresar las temperaturas globales al statu quo.
“Es difícil ponerle un costo al ascenso de los niveles del mar de 12 metros, o a que el sudoeste se desertifique”, dice el físico y analista Joseph Romm. “Pero si se adscribiera a Bush una fracción significativa del costo del cambio de clima catastrófico, entonces se trataría de una cifra que superaría por mucho a todas las existentes.”
El Stern Review, un reporte comisionado por el gobierno británico, dice que el costo potencial del cambio climático sin solucionar sería de 20% del PIB mundial. Y si bien se trata de una cifra inmensa, no refleja adecuadamente el Armagedón al que nos estamos enfrentando, dice Romm.
“Pienso que habrá que comenzar a hablar, en algún momento de la segunda mitad del siglo, de priorizar a todas las ciudades costeras. Galveston probablemente podría esperar, pero ciertamente querremos salvar a Houston. No será tan importante salvar los Cayos de Florida, pero salvaríamos Miami y, ciertamente, Nueva York, la isla de Manhattan. Pero una cosa es intentar salvarlas de unos pocos metros de ascenso en el nivel del mar y otra cuando hablamos de 20 o 30 metros.”
Entonces, ¿qué va a impulsarnos a salvar a Manhattan del mar? Eso significa el reemplazo, durante las próximas tres o cuatro décadas, de toda la infraestructura del mundo desarrollado, seguido de un esfuerzo similar en el resto del mundo durante la segunda mitad del siglo.
Costo de la solución: 2 o 3% del PIB mundial, un par de billones de dólares al año.
La buena noticia: “Dado que somos tan ricos”, dice Romm, “evitar la catástrofe significa una inmensa cantidad de dinero en términos absolutos, pero no es tanto en relación con nuestra riqueza”.
Nueva York. Vincent Rossmeier y Gabriel Winant
lunes, 19 de enero de 2009
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