sábado, 18 de octubre de 2008

Cambalache : Salustio en el Universal

Cinco frases para leer mientras la exitante devaluación hace más rico al Banco de México

¡CÁLENMEN, ÉCHENMEN UNA CRISIS!

‘‘A mí esto del escenario preocupante del 2008, realmente hasta me emociona un poquito”


Felipe Calderón, en enero, muy echado pa’ lante y seguro, con traje de marinerito, de llevar el navío de gran calado a buen puerto. Un peso vapuleado, una historia confusa de saqueo, desempleo al alza, carestía y remesas a la baja son mero detalle. Eso sí, el ocupante de Los Pinos ha de estar ahora dando brincos emocionadísimo… ojalá y no se resbale.

¡QUE LOS CANONICEN!

“Lo importante es que ésta (la debacle del peso) no es una operación perdedora para el país, al revés, pues el Banco de México aquí ganó, dio los dólares mucho más caros”


Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México, al explicar que aunque no lo parezca, vamos ganando la guerra a los especuladores, y que quienes se chupan las reservas y devalúan el peso lo hacen por el bien del país. Yo sí le creo. Lo que no comprendo es ¿por qué entonces el ‘viernes negro’ transpiraban tanto él y el secretario del Catarrito? ¿Y por qué investigan a esos mártires que inmolan sus millones en el altar a la patria, cuando habría que beatificarlos? ¿Quién entiende a los economistas?

VIEJOS LADRONES

‘‘ No soy ratero, soy ladrón”

Aclara el decadente ladrón viejo Efraín Alcaraz Montes de Oca, “El Carrizos”, con la fatuidad de un niño héroe. Quien atracó la casa de Luis Echeverría —“ladrón que roba a ladrón”— se ufana de ser el mejor en ese arte. Malo que lo diga quien es residente carcelario frecuente. Buenos, lo que se dice buenos, los hampones de cuello blanco. A esos ni quién los apañe.

HÁGASE LA TRANSPARENCIA EN LOS MINISTROS DE MI COMPADRE

“Pueden llegar a confundir a la población”

Argumento de la Corte para no hacer públicos los recibos de nómina de los ministros. Esto espanta; si ya se sabe que cada uno de ellos tiene un salario anual de casi 4 millones de pesos, qué otros “datos sensibles” y que pueden “confundir” se protegen en esos recibos puestos bajo la llave de la opacidad, privilegio que el supremo cancerbero sí canceló a otros de sus funcionarios.

LA REINA DE LAS HUMMER

‘‘A veces pienso que la gente va a entender de buena fe, que uno quiere actuar de buena fe; insisto, si (las Hummer) fueran para la(s) secciones no es mala (idea)”


La caritativa y carismática sor Elba Esther Gordillo, que reclama por qué se duda de su palabra. Si para aplacar el escándalo de las Hummer, dice que éstas eran para otra de sus caridades —ayudar a escuelas en la miseria—, por qué desconfiar de quien siempre ha dado muestras de transparencia y cuentas claras. Qué importa que primero haya admitido que eran para sus delegados y, retadora, dijera que hubiese elegido blindadas, pues sus fieles suelen meterse en lugares peligrosísimos. Con eso de que la inseguridad tiene “niveles patéticos”. Mentes retorcidas y perversas, ¿por qué no le creen? Hasta parecen caciques del SNTE.

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