Privatizaciones generaron actores políticos poderosos
La debilitación del Estado, lección que aprender
Empresarios que adquieren bienes del Estado después se convierten en figuras relevantes que imponen condiciones a las instituciones públicas y a la propia sociedad, afirma el investigador. Considera que
desinvertir, como en el caso de la educación, es otra forma de privatizar, ya que se obliga a migrar a la IP
Roberto González Amador
Periódico La Jornada
Domingo 12 de marzo de 2017, p. 23
Domingo 12 de marzo de 2017, p. 23
La privatización de empresas públicas, una constante en las pasadas tres décadas que ahora se ha extendido al conjunto de la actividad energética, creó un nuevo orden económico en México. Y, a la par, generó un fenómeno menos obvio y poco discutido: que miembros del sector privado se hayan convertido con el paso del tiempo en actores políticos relevantes de la vida pública, asegura Francisco Ibarra Palafox, secretario académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Se trata de un tema de actualidad, porque ahora mismo las grandes petroleras del mundo ponen pie en el país al amparo de la apertura impulsada por el gobierno.
Las privatizaciones han generado actores económicos poderosos en México. Mientras, el Estado se ha debilitado significativamente. Entonces, también hay una lección política que aprender de ese proceso, dice Ibarra Palafox, autor de La privatización bancaria en México, en entrevista con La Jornada.
A través de observar a los banqueros y a los agentes privatizadores podemos ver cómo se mueve la política, cómo esos actores económicos que adquieren bienes del Estado después imponen condiciones a las instituciones públicas y a la propia sociedad. Estudiar las privatizaciones permite tener esa visión política.
¿Por qué hablar ahora de la privatización bancaria, un hecho consumado, cuyos beneficiarios fueron, en su mayoría, relegados por la banca extranjera después de la crisis de 1995?
Examinar el proceso es importante porque las privatizaciones reconfiguraron un nuevo orden económico, no sólo en México, sino a nivel mundial. Hicieron que un segmento muy importante de la riqueza pasara de manos públicas a privadas, explica. A la par, se generó otro fenómeno, expone: el sector privado, los agentes privados que participaron en esos procesos, son ahora actores muy relevantes en la vida política.
“Por eso es importante. Si no conocemos los procesos de privatización de bienes públicos no podemos explicar el ascenso político de los empresarios, que no solamente ocupan espacios legislativos –como la telebancada, que representa intereses de las empresas de telecomunicaciones en el Congreso–, sino que han llegado a la Presidencia, y el ejemplo es Vicente Fox en México, Silvio Berlusconi en Italia o Donald Trump en Estados Unidos; se ven beneficiados de la apertura de espacios públicos a los privados.”
Así que, expone, sin la comprensión de los procesos de privatización no es posible entender también una parte del mundo político y económico.
Analizar la política bajo esquemas tradicionales, donde los agentes privados no tenían un papel público relevante es un enfoque que debe ser superado en las ciencias sociales.
En México, concluidas las privatizaciones, los grupos de empresarios beneficiados con ellas adquirieron gran influencia económica y social sobre la sociedad, restando autonomía a la clase política, plantea Ibarra Palafox. Y fue la venta de la banca –que había sido estatizada en 1982– una de las más relevantes, por el valor económico y estratégico del sector. De ahí, dice, la relevancia de estudiar ese proceso.
La privatización de los bancos ejecutada por Salinas en un periodo brevísimo tenía como uno de sus objetivos conformar una nueva clase empresarial.
La privatización ayer y hoy
Es el punto en que el análisis del académico se traslada al presente. “Es importante retomar, desde este enfoque, el tema actual. Vivimos ahora un proceso de privatización en todas las actividades del sector petrolero y no parece que tengamos un agente regulador lo suficientemente fuerte –como no lo hubo en el caso de la banca después de la privatización– para el escenario que se vislumbra en México en los siguientes años”, afirma.
–¿Qué experiencia surgida de la privatización bancaria es relevante tomar en cuenta ahora que se está dando la del sector energético?
–La primera, crear un órgano regulador autónomo del gobierno y de los intereses del sector, que fue una de las fallas en la privatización bancaria. México debe tener una memoria histórica de estos procesos que le permitan identificar los hechos políticos que no se deberían repetir. Por eso la importancia del libro. No deberíamos repetir los errores políticos de falta de supervisión, controlar el cabildeo. Las privatizaciones han generado actores económicos muy poderosos en México. También hay una lección política que aprender. En el libro, a través de observar a los banqueros y a los agentes privatizadores podemos ver también cómo se mueve la política. Normalmente olvidamos que los banqueros y los empresarios son también actores políticos que imponen condiciones a las instituciones públicas y a la propia sociedad. Estudiar las privatizaciones nos permite tener esa visión política, creo que esa es una de las lecciones más importantes.
Francisco Ibarra Palafox, secretario académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas, con su reciente publicación La privatización bancaria en MéxicoFoto José Antonio López
El estudio crítico y multidisciplinario de las privatizaciones, permite comprender la actuación de nuevos agentes políticos, los empresarios que adquieren las empresas públicas. Pero también, añade, es relevante hoy día porque el país sigue inmerso en un proceso de privatizaciones, aunque no sean denominadas como tales.
Ya hablamos del sector petrolero. Pero el de la salud también ha tenido un proceso de privatización muy silencioso, que ya dura 30 años. Nadie esperaría que el gobierno saliera a vender un hospital, eso sería rechazado por la sociedad. Sin embargo, a través de debilitar financieramente a las instituciones públicas de salud, el sector se ha ido privatizando. Ahora, lo que los mexicanos gastan de su bolsillo en salud es cada vez más, independientemente del grupo social al que pertenezcan, dice.
Algo parecido ocurre con la educación. La
desinversiónpública en esta actividad es una forma de privatizar, a partir de una decisión política y económica, que obliga a los usuarios, ya sea de servicios de salud o educativos, a migrar a instancias privadas. Y quienes no lo puedan pagar tendrán una desventaja.
El estudio de las privatizaciones, entonces, nos permite también entender cómo se distribuye la riqueza en el país, apunta.
–Sin embargo, no hay una discusión pública sobre las consecuencias de las privatizaciones.
–La discusión política se gana en terrenos no obvios. Descuidamos lo que es importante pero que los grupos de interés que compiten en los sistemas democráticos ocultan. Por ejemplo, la privatización bancaria conformó a una nueva clase empresarial, que al mismo tiempo se constituyó como una nueva clase política con ramificaciones muy importantes en los políticos actuales.
Conocer esta parte de la historia de México es conocer una parte de la política de México, no sólo de la política económica, sino de la política, que es la lucha por el poder. Lo que traté de demostrar en este libro es cómo, a través de los bancos, también existe una lucha por el poder y esto no es evidente para muchas personas, porque en los sistemas democráticos la lucha es tras bambalinas, apunta.
Los banqueros y los organismo reguladores son actores políticos. En México, tres de cada cuatro pesos de las campañas políticas vienen de fuentes privadas, licitas o ilícitas. La competencia se ha privatizado, porque los agentes privados influyen canalizando recursos a los partidos y a sus candidatos, sin que tengamos la posibilidad de controlar esto. Ese es el mensaje que quiero dar.
La privatización bancaria en México fue publicado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y Editorial Siglo XXI. El libro, que el autor define como una investigación multidisciplinaria y crítica producto de varios años de trabajo, se nutrió de consulta de documentos públicos, entrevistas y la revisión de publicaciones periódicas. Pero, dice, a diferencia de otros trabajos, incorporó la información de cerca de 12 mil páginas de documentos no públicos hasta entonces, que logró obtener mediante solicitudes de acceso a información pública. Un disco compacto con esos documentos acompaña el volumen.
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