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| La sospecha que se cierne sobre el gobierno de Felipe Calderón podría, o ya está afectando, las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala. Foto: Cuartoscuro |
El affaire Odebrecht podría hacer carambola en los comicios presidenciales de Brasil y México en 2018.
Luis Inácio Lula da Silva y Margarita Zavala, en las antípodas ideológicas y políticas, podrían verse afectados por las pesquisas que viene realizando Sergio Moro, el fiscal anticorrupción del caso Lava Jato (Lavado Rápido), que tiene en sus manos la investigación sobre la corrupción de Petrobras y que está revelando información valiosa para otros países de la región.
Sus indagatorias presentan a Lula como una suerte de embajador de la empresa brasileña de construcción, y en ellas ha aparecido el nombre de Felipe Calderón, luego de que los empresarios boricuas habrían favorecido un encuentro en el marco de un cónclave latinoamericano de los entonces mandatarios en la Riviera Maya.
A decir por la información hasta hora visible de esa entrevista entre presidentes, se pactó la construcción del proyecto Etileno XXI en Coatzacoalcos incluso fue dada a conocer una declaración al final de ese encuentro que hoy es foco de atención en los medios internacionales.
Ese, sería un acto rutinario entre presidentes, sino fuera porque detrás esta una trama de corrupción que pasa por el reparto de dinero en otros niveles y facilidades para la operación de la empresa brasileña que se calcula solo en el caso de funcionarios calderonistas en unos cuatro millones y medio dólares –Claro, un “alto” funcionario peñista se llevaría otros seis al bolsillo y eso también podría provocar un mayor deterioro de la imagen del PRI.
Y ahí podría estar involucrado Juan José Suárez Coppel (2009-2012), entonces director general de Pemex, como después Emilio Lozoya (2012-2016), sin embargo, los nombres definitivos de los funcionarios corruptos habrán de conocerse en mayo de acuerdo a los tiempos procesales de las diligencias judiciales brasileñas.
Hoy, Lula, tiene seis procesos penales abiertos por presuntos actos de corrupción y de confirmarse cualquiera de ellos podría no solo inhabilitarlo como candidato sino terminar preso como otros de sus compañeros de partido.
En efecto, desde el llamado “mensalão”, las mensualidades ilegales que se entregaban a los legisladores de la oposición para que votaran a favor de las iniciativas del Presidente hasta los más de once mil millones de dólares que dejaron prácticamente en bancarrota a Petrobras que ha provocado un terremoto político que en su momento más álgido terminó el impeachment que le costó el cargo de Presidenta a Dilma Rousseff a finales del año pasado.
No obstante, Lula ha dicho que se postulara en las elecciones presidenciales de 2018 pero antes tiene que superar las acusaciones que lo incriminan y que él las considera una persecución política y claro, sus enemigos buscaran evitar que este en la papeleta electoral, pues su capital político sigue siendo alto.
Si bien, en México el tema no se ha disparado como ha sucedido Brasil o en Perú, donde el ex Presidente Alejandro Toledo tiene orden de aprehensión preventiva; en Colombia podría estar involucrado el mismo Presidente José Manuel Santos al qué se le acusa de haber recibido dinero para sus campaña electoral o en República Dominicana donde los ciudadanos han recolectado firmas en el llamado Libro Verde para que el Poder legislativo intervenga en la investigación sobre los “moches” recibidos, en nuestro país la investigación ha sido lenta, maniquea no obstante podría cambiar el escenario de alianzas frente a las elecciones generales de 2018.
La sospecha que se cierne sobre el gobierno de Felipe Calderón podría, o ya está afectando, las aspiraciones presidenciales de Margarita Zavala, que dicho de paso se encuentra en el peor momento de su precampaña.
La agrupación de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, ha presentado el informe “La conexión Odebrecht-Los Pinos, en tiempos de Calderón”, con base en las pesquisas del juez brasileño coincidiendo con la estrategia del ex Presidente panista de posicionarse con un cambio de look político para apoyar las aspiraciones presidenciales de su esposa y quizá evitarse ajustes futuros con la justicia que hasta ahora ha podido evadir por la indiferencia gubernamental.
En ese afán decide entregar su pensión a una ONG y sale de su bunker para ir de compras de mandado a un supermercado lo que es evidentemente un “engañabobos”, ahora ese destape de corrupción exhibe a su gobierno lo que significa un golpe indirecto a la precampaña de Margarita Zavala que puede hacerse más potente en la medida en que se den a conocer más evidencias y hasta podría significar la perdida de la nominación en su partido y dar aire fresco a los otros aspirantes.
Pero no adelantemos vísperas. La ventilación del poder corruptor de los ejecutivos Oderbrecht ha mostrado las dos caras de una misma moneda: Una, la manera como muchas de las grandes corporaciones empresariales operan para obtener contratos multimillonarios a cambio de “moches” a funcionarios venales y financiamiento a partidos; y dos, la gran debilidad institucional y la escasa voluntad política para combatir la corrupción, no es casual que el asunto se esté ventilando en Brasil, Suiza, Estados Unidos antes que en nuestro país donde las instituciones judiciales parecieran esperar una orden superior.
Afortunadamente, los medios alternativos y agrupaciones como la de “mexicanos unidos contra la corrupción e impunidad”, están haciendo una valiosa tarea y ofrecen información importante sobre este nuevo escándalo de corrupción. Más aun, la supranacionalidad de los delitos es lo que finalmente provocó que la cloaca de los sobornos se conociera y todas aquellas empresas que tienen negocios en Suiza y Estados Unidos de Norteamérica, deban rendir cuentas en sus tribunales.
En definitiva, estamos en precampañas electorales que tarde que temprano se cruzaran con las redes de Odenbrecht lo pudiera significar mala percepción que terminara maniatando aspiraciones en México y Brasil.
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