E
l PAN no ofrece una verdadera alternativa al electorado para 2018. Llamarle fallido parece contradecir los progresos que ha tenido en los 30 años recientes: diputaciones, alcaldías, gubernaturas, dos periodos en la Presidencia. Basta con comparar el enorme edificio donde hoy está la sede con las penurias que vivieron los panistas románticos en los primeros 50 años. Su poderío actual no deriva del cumplimiento de su proyecto original, sino de su alianza con el PRI y con los grupos de interés que gobiernan a México.
Para entender esta descomposición les recomiendo El PAN: análisis histórico y testimonial”, de Francisco Paoli, recién publicado. El PAN surgió en 1939 para impugnar el autoritarismo y la corrupción del partido oficial y, por supuesto, las reformas sociales del cardenismo. Esta crítica dio sentido a su vida y se mantuvo hasta 1989, en que celebró un pacto con Salinas que aún está vigente. Paoli describe cómo el poder corrompió a los panistas. Vicente Fox
manda de vacacionesa la doctrina y se apoya en los factores reales de poder. Incurre en las mismas corruptelas que sus antecesores priístas.
La descomposición se acelera con Felipe Calderón, quien alcanza la Presidencia gracias al ataque faccioso de Fox contra AMLO y al fraude electoral (que Paoli no admite). Calderón llega al extremo de traicionar a la candidata de su partido para favorecer a EPN. En aras de pragmatismo se abandonan los principios, pero la ética devuelve el golpe. El PAN pierde su identidad. Se convierte en todo lo que combatió y se fusiona en el PRIAN. Gana el poder pero pierde su alma, como dirían los católicos.
El PAN será un contrincante en las urnas de 2018. Pero no planteará un programa diferente y una propuesta para acabar con la corrupción, que es el reclamo de todos. Será más de lo mismo con una retórica ligeramente distinta. La misma línea impulsada por Salinas y seguida por todos los presidentes hasta hoy, que significa: renuncia a la soberanía, concentración del ingreso, el fortalecimiento de los grupos de interés y la impunidad. Simulación democrática. El resultado es el lastimoso estado que guarda la nación. Para poder competir y ganar, el PAN tendría, como reclaman algunos panistas con mayor conciencia, que demostrar que no es cómplice del PRI, sino un partido con su propio proyecto demócrata-cristiano, como alguna vez se propuso. Ya no hay tiempo para eso.
Twitter: @ortizpinchetti
Mail: joseaorpin@gmail.com
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