CIUDAD DE MÉXICO (proceso.com.mx).- Prominentes empresarios, contratistas, políticos, narcotraficantes, celebridades relacionadas con la política y prestanombres mexicanos han creado complejas estructuras en paraísos fiscales para esconder millones de dólares fuera del alcance del fisco y otras autoridades de México.
De la mano de prestigiados despachos y discretas firmas de servicios financieros nacionales hicieron tratos en Panamá con el Grupo Mossack Fonseca, uno de los principales proveedores en el mundo de compañías offshore.
Abogados y especialistas en finanzas mexicanos y extranjeros les han ayudado a crear compañías de papel, fideicomisos, sociedades, fundaciones y otras entidades en un laberinto de estructuras internacionales en las que se perdía la pista del dinero y la identidad de los dueños. Hasta ahora.
Una filtración de los archivos internos de Mossack Fonseca puso al descubierto quiénes y cómo han refugiado sus riquezas en paraísos fiscales. La revelación es la más grande de la que se haya tenido cuenta. Es 46 veces mayor que la de Wikileaks.
La información fue obtenida por el periódico alemán Süddeutsche Zeitung y compartida por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), con Proceso y más de cien medios asociados en el mundo.
Proceso fue el único medio impreso de México convocado por el ICIJ en la investigación global de 11.5 millones de archivos internos de Mossack Fonseca que duró casi un año. Se realizó bajo estrictas medidas de seguridad del ICIJ por 376 reporteros alrededor del mundo, en el proyecto de colaboración periodística más grande del que se haya tenido registro.
En septiembre pasado, Proceso participó en la reunión internacional en la que se definieron pautas de trabajo. El encuentro tuvo lugar en las instalaciones del Süddeutsche Zeitung, en Münich.
Entre los mexicanos que sacan dinero del país, los empresarios son los más activos en la firma panameña. En especial uno, el favorecido contratista del presidente Enrique Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa Cantú. La estrecha relación del contratista con Peña Nieto fue revelada en noviembre pasado por Aristegui Noticias, el otro medio mexicano convocado por el ICIJ a la investigación.
El dueño del Grupo Higa aparece hasta ahora como uno de los clientes más importantes de México para la firma, de acuerdo con los archivos.
El proveedor de la llamada Casa Blanca de Peña Nieto, en las Lomas de Chapultepec, y de la residencia en Malinalco, Estado de México del secretario de Hacienda, Luis Videgaray –el responsable de la recaudación fiscal en el país–, ha tenido prisa por mandar dinero fuera de México.
En plena tormenta por la revelación de su estrecha relación con Peña Nieto, Hinojosa Cantú buscó en julio del año pasado movilizar más de cien millones de dólares en una compleja red financiera que pasó por varios países.
Esa cifra, que Hinojosa Cantú manifestó como “parte de sus ahorros”, era una muestra de la riqueza que ofreció gestionar a través del despacho panameño que en casi 40 años de existencia está considerado entre los cinco más grandes vendedores en el mundo del secreto de los paraísos fiscales.
Proceso buscó al departamento de Comunicación del Grupo Higa para esta investigación para saber sobre sus ingresos y lo que ha reportado al fisco, sin obtener respuesta. La presidencia de la República también se negó a comentar sobre el tema. Aseguró que se trataba de “un asunto un poco añejo” y remitió a la investigación de la Secretaría de la Función Pública que negó la existencia de conflicto de interés, en agosto pasado, justo cuando Hinojosa ya tenía un esquema financiero para mover su dinero.
El dueño del Grupo Higa destaca junto con otro empresario que la propia firma panameña describe como “una de las personas más poderosas de México gracias a sus empresas”: Ramiro García Cantú, quien ha hecho su fortuna como contratista por más de 30 años al amparo de Pemex.
Tamaulipeco como Hinojosa, Garza Cantú tiene una relación más antigua con Mossack Fonseca, que le ha ayudado a crear una compleja estructura de dispersión de recursos con ramificaciones que van desde Panamá hasta Holanda, Nueva Zelanda y la República de Seychelles, ubicada en las islas del Oceánico Índico, al noreste de Madagascar. La oficina de Garza Cantú tampoco se reportó a la llamada de Proceso.
Algunas de sus principales operaciones de offshore se concentran en el principado de Andorra, un pequeño país al suroeste de Europa, con la ayuda de la empresa IGMASA Managment, implicada en evasión de impuestos en el futbol europeo.
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