domingo, 12 de julio de 2015

“El Chapo” tuvo dos horas para escapar; sobrevoló la zona un “helicóptero pequeño”

ALMOLOYA DE JUÁREZ, Edomex. (proceso.com.mx) Un promedio de dos horas, entre su desaparición de las imágenes del sistema de video vigilancia del penal y el inicio de la búsqueda exterior por parte de las corporaciones policiacas, tuvo Joaquín Guzmán Loera para huir del Altiplano I.
Reportes policiacos internos revelan que la última ocasión en que El Chapo apareció a cuadro, el reloj marcaba las 20:22 horas de este sábado, después de que le fue suministrado un medicamento.
“Se observó que Joaquín Guzmán Loera se aproximó al área de regadera dentro de la estancia 20 del pasillo 2, donde habitualmente, además de su aseo personal, lavan sus enseres”, refirió la Comisión de Seguridad Nacional en su comunicado.
La dependencia reconoce que hasta las 20:52 horas se pudo identificar la ausencia del narcotraficante, y fue hasta las 22:55 cuando se reportó su evasión y se activó la alarma interna para proceder a su búsqueda dentro de Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso).
El apoyo a las corporaciones del Ejército, La Marina, la Policía Federal, la Estatal y las municipales se solicitó hasta las 22:15 horas, sin la instrucción precisa de lo que se buscaba, pues se les refirió que el objetivo era un convoy integrado por tres camionetas negras tipo Suburban.
Fue alrededor de las 03:00 horas de este domingo cuando arribaron al Centro de Readaptación, Monte Alejandro Rubido, comisionado de Seguridad Nacional, y su homólogo estatal, Eduardo Valiente.
El comisionado de Seguridad Nacional anunció que el túnel por el que escapó Joaquín Guzmán, inicia en la zona de regadera de su celda y desemboca en un inmueble de la comunidad Santa Juanita, segunda sección, zona ubicada al norte del Altiplano.
Al interior del penal, mientras se concretó la fuga, alrededor de 120 custodios se encontraban en turno. No obstante, apenas 18, los que integran el sector o crujía, fueron detenidos y trasladados a instalaciones de la Seido. Ni el director del penal, Librado Carmona García, ni el supervisor de custodios han sido requeridos.
El túnel, en su primera etapa, es cercano a las obras de introducción de tubería del Sistema Cutzamala, que a su vez son paralelas al penal de máxima seguridad.
Apenas del 3 al 7 de julio pasado hubo un recorte en el suministro de agua potable, producto de labores en las que se renovaron los tubos que tienen un diámetro aproximado de 4 metros, a través de los que con facilidad caben seres humanos o vehículos automotores pequeños, como la motocicleta que asegura Monte Alejandro Rubido fue localizada en el túnel.
Para arribar al inmueble de salida del túnel no existen vías de acceso formales; vía vehículo, incluso es más sencillo arribar desde la carretera Toluca-Atlacomulco, sobre la que continúa el operativo de revisión policiaca.
La casa, de reciente construcción y aún en obra negra, es de un nivel, tiene una extensión de alrededor de 200 metros cuadrados; se encuentra rodeada por vegetación silvestre que, dada la época de lluvias, se ha expandido libremente.
Alrededor del inmueble aún hay bloques de construcción sin usar, lonas que comunican piezas independientes y un tanque de gas que revela el uso al menos provisional de las instalaciones.
Elementos de las citadas corporaciones resguardan la casa, mientras se realizan los peritajes.
Francisco N., vecino de la comunidad, refiere que el sonido de un helicóptero, al parecer pequeño, pues apenas parecía el zumbido de un mosco, fue el único indicio insólito que percibieron ayer durante la noche, previo a la implementación del dispositivo policiaco.
Don Francisco indicó que los pobladores se han acostumbrado al sobrevuelo de algunas aeronaves, pero todas grandes, tipo black hawk, del Ejército o La Marina, por lo que la presencia de un helicóptero común o pequeño llama la atención porque se trata de un área restringida.
También aseguró que durante el periodo en que presuntamente se edificó el túnel de 1.5 kilómetros no se percibió ninguna anomalía porque todo era parte de las obras del Sistema Cutzamala, que dota de agua potable a municipios del Estado de México y el Distrito Federal.
“Sólo vimos que hace unos dos o tres meses empezaron a construir una casa, pero nos pareció normal”, dijo. Por tanto, refirió que la entrada o salida de material de construcción no resultó extraño, ni tampoco la edificación de la casa.

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