MÉXICO, D.F., (apro).- Casi una semana después de que el desabasto de gasolina afectó al menos a nueve estados de la República, incluidas las áreas metropolitanas de Monterrey y Guadalajara, Petróleos Mexicanos (Pemex) admitió la problemática y ofreció una costosa solución: incrementar el volumen de importaciones de emergencia de combustible.
Hasta este lunes, Pemex no había informado lo que sus diagnósticos internos reflejan: que además del desabasto de gasolina en la tercera parte del país, también hay escasez de gas natural y turbosina.
Desde el pasado martes, cuando la insuficiencia empezó a afectar la zona norte del país, Pemex emitió un comunicado regional atribuyendo la problemática a la cancelación de transporte por el poliducto Brownsville-Cadereyta, inactivo para evitar el robo de combustible a través de tomas clandestinas. También anunció que había un mantenimiento mayor en una planta de la refinería de esta última ciudad. Más o menos la misma explicación del desabasto nacional.
Documentos internos de Pemex Refinación obtenidos por Apro, demuestran que la explicación pública es falsa: los ductos del norte se han mantenido en operación, pero una serie de decisiones motivaron el desabasto que ahora se deberá resolver con importaciones de emergencia.
De la revisión del documento se puede observar que el origen del problema fue la baja producción en las refinerías de Cadereyta, Salamanca y Salina Cruz, provocada por tareas de mantenimiento. También se debió a la decisión de migrar el Sistema Integral de Información Comercial (SIIC), del que depende la distribución de combustibles, a una nueva plataforma que se mantuvo inestable durante cinco días.
Y finalmente por las condiciones climáticas en el Pacífico que impidieron la descarga de combustible en la Terminal de Almacenamiento y Reparto (TAR), de Manzanillo.
Dicho documento fue elaborado por el Grupo de Integración Operativa (GIP), un cuerpo colegiado de la mencionada empresa productiva del Estado que se reúne a diario y que, para su sesión del pasado 2 de julio, documentó una serie de aspectos que hasta ahora no se han hecho públicos.
La situación de las refinerías provocó una disminución en la producción de combustibles que, según Pemex, sólo afecta a nueve entidades federativas que no tienen desabasto completo y que, a partir del 2 de julio se regularizarían.
Además, “la falta de gas natural” motivó la orden de implementar una serie de acciones a realizar el domingo 5 de julio, en las TAR de Minatitlán, Progreso, Campeche, Irapuato, Tula y Cadereyta. Ello significa que de extremo a extremo del país, esa falta de gas está afectando la operación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la generación de energía.
Respecto al SIIC, el área de Tecnologías de la Información hizo la migración a su nuevo sistema la noche del 27 de junio y ésta se prolongó hasta la noche del 29. Del 30 de junio hasta el jueves 2 de julio, día del reporte del GIP, la plataforma no se había estabilizado y los problemas para descargar combustible –porque el nuevo sistema no reconocía códigos–, mantenía varadas diferentes operaciones.
En general, llevar a mantenimiento al mismo tiempo las distintas refinerías, así como la migración del SIIC, fueron las causas más graves del desabasto.
Refinerías en suspenso
Desde el pasado lunes por la noche, las gasolineras de las ciudades del noreste, especialmente en Coahuila y Nuevo León, registraron una afluencia inusual. La versión de que habría desabasto de combustible cundió a través de las redes sociales, motivó cargas de pánico y para la mañana siguiente, los medios locales de comunicación registraron el malestar de automovilistas y choferes de transporte de carga.
De acuerdo con el documento citado, la reunión del GIP el pasado 1 de julio, decidió enviar 21 carros de ferrocarril de Gómez Palacio a Durango, pues las vías de comunicación estaban inundadas. Por lo que tocaba a Cadereyta, la baja producción motivó que se ordenara abastecer la zona metropolitana de Monterrey con gasolina Magna, pues no habría Premium “hasta nuevo aviso”.
La refinería de Cadereyta está en mantenimiento desde mayo. Hasta ahora no se ha hecho público el motivo de la prolongación de los trabajos ni se ha identificado a los contratistas que ejecutan las obras.
La redacción del informe es peculiar, pues considera un “logro” la baja producción:
“Correctivos en las plantas Coquizadora y la de Hidrógeno, que logró que la producción de diésel cayera de un total de 52 a 30 millones de barriles diarios (mbd) a partir del 22 de mayo”, se lee en la sección “Menor oferta de Magna y Diésel en Cadereyta para junio y julio”.
Entre los “aspectos relevantes” del documento se menciona que la situación del norte del país tiene que ver con una menor oferta de combustible. Además, obedece a un mantenimiento de la planta catalítica 1, que se prolonga desde el 16 de mayo y permanecerá así hasta el 16 de julio; ello provoca una producción inferior a 16.6 mbd de Magna y de 3.7 mbd de Diésel.
También menciona que hubo una venta superior al pronóstico en mayo y que la importación regular por Ciudad Juárez estuvo “por debajo del programa”, es decir, les quedó mal el proveedor. Por esto último, solicitaron a la refinería de Ciudad Madero Tamaulipas el envío de 100 mbd extra en lugar de un pedido de Magna, por el poliducto Madero-Cadereyta.
La carga principal la tiene la refinería de Madero, pues de ahí intentan también hacer el abasto para San Luis Potosí y se programó al arribo de 14 pipas de ferrocarril con gasolina Magna, que se esperaba llegaran la tarde del 2 de julio.
Cadereyta provocó el desabasto de turbosina en Reynosa, por lo que una vez más la refinería de Madero debería salir al quite. También resintió la necesidad de gas demandado por CFE en Altamira que devino en el adelanto de lo programado para todo julio antes el 30 de junio.
La refinería de Minatitlán no registraba baja producción, pero la migración del SIIC impactó su sistema provocando el desabasto de turbosina en Villahermosa, Minatitlán, Oaxaca, Poza Rica, y Ciudad del Carmen.
Respecto a la refinería de Salina Cruz, el mantenimiento de plantas y la falta de hidrógeno provocaron la disminución de 25 mbd en las gasolinas y 40 mbd de diésel desde el 15 de junio y por 21 días más.
Salamanca también se fue a mantenimiento en cuatro plantas. Esta situación, aunada a la migración del SIIC, provocó el desabasto en Guadalajara y una zona de Michoacán. Al prever la falta de combustible, el GIP recomendó incrementar el envío de turbosina a Monterrey desde la TAR de Irapuato.
La misma migración del SIIC complicó el envío de gasolina Magna a Guerrero, de manera que el 2 de julio se decidió enviar combustible desde Azcapotzalco. El nuevo sistema impactó la refinería de Tula.
La situación de la refinería y su salida de operación para mantenimiento coincidieron con dos anuncios relacionados con la refinación:
El 14 de junio se informó que el consorcio internacional denominado Refinerías Unidas de México, con capital extranjero y algún contenido nacional, pediría permiso a Pemex para invertir unos 6 mil millones de dólares en seis nuevas refinerías.
El mismo día, Pemex difundió que en la primera parte del año, el incremento de las importaciones de combustible fue superior a 8% en comparación con 2014, debido a la baja producción de las refinerías mexicanas.
Aunque no fue público, un día después, una reunión de gerentes formalizó importaciones y otras acciones millonarias relacionadas con el previsible desabasto en la zona metropolitana de Guadalajara.
La mentira de los ductos
El pasado 18 de febrero, Pemex informó que ya no utilizaría los poliductos para transportar combustibles terminados debido al robo que, a través de tomas clandestinas, opera la delincuencia organizada. Con el paso de los meses informaría que detrás de la llamada “ordeña” estaba el grupo criminal de Los Zetas y que la mezcla final se realizaría en las TAR, previo a la distribución para comercialización.
El martes 30 de junio, al emitir el comunicado regional, Pemex informó que, debido a que los poliductos estaban en desuso, tenía que usar auto/tanques, es decir pipas, para transportar el combustible, para evitar el robo.
No obstante, las soluciones para el norte del país, por la redacción y el contenido, comprueban una vez más que los ductos están en operación en los estados fronterizos, pues a manera de solución, el GIP recomendó incrementar transporte en pipas porque los poliductos estaban a máxima capacidad, en algunos casos por Magna u otros productos.
También pidió disponer de la totalidad del parque vehicular para transportar combustible, pues el ducto Ciudad Juárez-Chihuahua y Madero-Cadereyta están a máxima capacidad. Además demandó evitar las suspensiones por variaciones de presión en este último ducto.
La reunión del 2 de julio en el GIP registró la realidad de los polidcutos, particularmente en la zona de influencia de Los Zetas. Por ejemplo, el Brownsville-Cadereyta operaba con 30.6 mbd de gasolina Magna y viernes 3 de julio se incrementaría a 50 mbd.
En general, la mayoría de los poliductos están en operación, nueve de ellos a capacidad normal. Sin embargo, se tiene programada la suspensión de operaciones en 14 poliductos a partir del 1 de julio.
Como ocurre con las refinerías y la migración del SIIC, los poliductos entrarán a mantenimiento, reparación y pruebas, en plena crisis por desabasto.
La importación de emergencia
Hasta este lunes, Pemex no había informado el monto que debería pagar por las importaciones de emergencia para solventar la crisis por desabasto ni el caos en el Sistema Nacional de Refinación.
Más o menos en las mismas fechas, entre mayo y agosto de 2011, hubo una serie de paros por mantenimiento correctivo en Cadereyta, Tula, Ciudad Madero, Salina Cruz y Salamanca. Sumado a las condiciones climáticas, una vez más forzaron importaciones de emergencia. Entonces, en sólo mes y medio implicaron la importación de 1 millón 645 mil barriles de gasolinas con un valor estimado en 380 millones de dólares. (Proceso 1810).
Con los informes del documento citado aun no es posible cuantificar el gasto de importación que, por no estar programada con los proveedores, así como por el traslado a México, incrementa su valor de manera tan discrecional como la misma forma de contratación, por adjudicación directa, sobre la cual ya hay casos de corrupción documentados.
Sin embargo, el GIP acordó el pasado 2 de julio, solicitar a Pemex Comercio Internacional una serie de importaciones: 4 mbd adicional por el ducto Frontera-Juárez, así como importaciones adicionales para Ciudad Juárez y Nuevo Laredo a lo largo del mes, sin especificar cantidades.
Además, demandó 10% adicional de gasolina Premium por el poliducto Brownsville-Cadereyta y 75 mbd adicional de diésel.
Incluso, ordenó el envío de 5 mbd de Premium por pipas y ferrocarril a Santa Catarina Nuevo León, durante todo julio, para no distraer el poliducto Brownsville-Cadereyta de la importación.
Otras importaciones se habían concretado el 15 de junio y de acuerdo con el documento, “se formalizó el comercio exterior”. En una reunión más, realizada el día 17 siguiente, las autoridades acordaron “dejar fondeados importaciones en Manzanillo y Mazatlán, para garantizar el abasto a Guadalajara”. Esa decisión implica estacionar los buques-tanque sin descargar, con un costo adicional para Pemex.
No es el único caso: el buque “El Tapatío”, está fondeado en Pajaritos Veracruz desde el 1 de julio, lo mismo que “El Cenito” lo está en Lázaro Cárdenas, donde permaneció inactivo también el buque “Inlaya” entre el 25 y el 27 de junio. En esas mismas fechas el buque “BOW Trumph” estuvo fondeado en Puerto Progreso.
La proclividad a incrementar los volúmenes de importación se mantiene. El apartado de Guadalajara, concluye al añadir que en la reunión del día 17 “se señaló que en caso de requerir cargamentos adicionales, se gestione ante PMI, a fin de garantizar el abasto”.
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