MÉXICO, D.F. (apro).- Apenas ayer, tanto el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, como José Angel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dijeron –en París– que la economía mexicana va viento en popa.
Que las exportaciones están repuntando, que la inversión recupera el terreno perdido, que las reformas estructurales están impulsando el crecimiento económico, que el gasto en inversión repunta con fuerza, que la construcción se está recuperando y que la actividad manufacturera crece rápidamente.
Pero hoy el Banco de México los desmintió.
En su “Anuncio de política monetaria” –decidió mantener en 3% la tasa de interés de referencia, es decir, el objetivo para la tasa de interés interbancaria a un día–, ofrece datos que son un mentís al panorama optimista esbozado por Videgaray y Gurría.
Dice el documento, producto de las deliberaciones de la Junta de Gobierno del banco central mexicano:
“La actividad económica en México continuó mostrando un ritmo de crecimiento moderado”.
Y explica: “La caída de la construcción, el debilitamiento del sector de la minería petrolera, junto con una pérdida de dinamismo de las manufacturas, dieron lugar a que la producción industrial se contrajera ligeramente en el primer trimestre.”
También: “La recuperación que se había observado en la inversión ha perdido vigor.”
Es decir, que las cosas no han cambiado prácticamente nada en el último mes.
“El balance de riesgos para el crecimiento se mantiene sin cambio respecto de la anterior decisión de política monetaria”, dice el documento.
Y remata: “Actualmente, las condiciones cíclicas de la economía muestran debilidad”.
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