El empresario consentido de Enrique Peña Nieto, Juan Armando Hinojosa Cantú, no sólo ha ganado millones de pesos gracias a generosos contratos de obra pública. En lo que va del sexenio también quintuplicó los ingresos (hasta llegar a 67 millones de pesos) de su compañía de aerotaxis Eolo Plus, gracias a adjudicaciones directas firmadas sobre todo con organismos controlados por las secretarías de Hacienda y de Comunicaciones y Transportes.
En apenas dos años, Eolo Plus, la empresa de taxis aéreos de Juan Armando Hinojosa Cantú, quintuplicó sus ingresos gracias a contratos con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y diferentes dependencias y entidades gubernamentales coordinadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Durante los dos últimos años de gobierno de Felipe Calderón, Eolo Plus obtuvo cinco contratos, de los cuales cuatro fueron con Pemex Exploración y Producción y uno con el IMSS. Esos convenios le reportaron menos de 13 millones de pesos.
Todo cambió a partir de diciembre de 2012. Aun cuando en el país hay al menos 137 empresas de taxis aéreos autorizadas por la Dirección General de Aeronáutica Civil (según el programa de verificación de permisionarios para 2015) y que la mitad de esas empresas tienen operaciones en el aeropuerto de Toluca, como Eolo Plus, los contratos asignados a ésta fueron mayoritariamente por adjudicación directa, es decir, sin someter a concurso la oferta de servicios con las numerosas empresas del sector que podría prestarlos.
Mediante un cruzamiento de datos obtenidos a través de solicitudes de acceso a la información, consultas al Portal de Obligaciones de Transparencia y a la base de datos de compras gubernamentales Compranet, se observa que en los dos primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto el consorcio del empresario ya acumula ingresos por 67 millones de pesos.
No es la primera vez que los actuales titulares de la SCT y de la SHCP –Gerardo Ruiz Esparza y Luis Videgaray Caso, respectivamente– son relacionados con Hinojosa Cantú y sus empresas, particularmente con el Grupo Higa.
A Ruiz Esparza se le señala por las numerosas y multimillonarias adjudicaciones de obra pública en favor de Hinojosa Cantú, mientras que Videgaray se vio forzado a admitir que el empresario le había vendido y financiado una residencia en el exclusivo club de golf de Malinalco, mediante un procedimiento idéntico al que permitió a Angélica Rivera –esposa de Peña Nieto– adquirir la llamada Casa Blanca en las Lomas de Chapultepec.
La información sobre la casa de Malinalco fue publicada en diciembre último por el diario estadunidense The Wall Street Journal, que el miércoles 18 de marzo avivó el escándalo por presunto conflicto de intereses al documentar que Hinojosa Cantú no tuvo ganancias cuando vendió la propiedad en 2012. De hecho registró pérdidas.
Sin embargo, los dividendos llegaron meses después para Eolo Plus, una de las empresas más conocidas del contratista originario de Reynosa, Tamaulipas, y avecindado en el Estado de México. La compañía fue ampliamente identificada luego de que, en el reportaje titulado La Casa Blanca de Peña Nieto, el equipo de investigación de Carmen Aristegui documentara que Eolo fue contratada durante la campaña presidencial de Peña Nieto.
Para entonces, la relación de Hinojosa Cantú con Peña Nieto y su círculo cercano era ampliamente conocida, en especial luego de que el 28 de julio de 2012 se desplomó un helicóptero Augusta, propiedad de Eolo Plus, en el que murió el hijo homónimo del contratista, quien regresaba de la Hacienda Cantalagua, donde Peña Nieto celebraba su cumpleaños (Proceso 1866).
Por esos meses hubo señalamientos sobre la presunta participación de los Hinojosa en el financiamiento de la campaña presidencial mediante la trama de las tarjetas Monex, sin que las indagatorias hayan arrojado consecuencias jurídicas hasta ahora.
El vuelo de Eolo
En los dos primeros años de gobierno de Peña Nieto, dependencias y entidades gubernamentales coordinadas o dependientes del secretario Videgaray adjudicaron cinco contratos a Eolo Plus, que significan un total de 37.4 millones de pesos.
De acuerdo con los datos obtenidos por Proceso, los montos que se exhiben en las diferentes plataformas de acceso público son antes de impuestos.
El primer contrato fue asignado por Banobras, dirigida entonces por Alfredo del Mazo Maza, primo de Peña Nieto y el más joven de una dinastía con siete décadas de poder. Por medio de una adjudicación directa, la banca de desarrollo otorgó un contrato a Eolo Plus por 10.7 millones de pesos, con vigencia del 1 de abril de 2013 al 31 de diciembre de 2014.
Luego vino otro convenio con Nacional Financiera, dirigida por Jacques Rogozinski, tecnócrata salinista a quien se atribuye la política de privatizaciones de los años noventa. Fue un contrato por 2.6 millones, vigente del 30 de agosto de 2013 al 8 de abril de 2014.
El 19 de septiembre de 2013, en tanto, la Sociedad Hipotecaria Federal, dirigida por Jesús Alberto Cano Vélez, le asignó un contrato por 6 millones de pesos. El titular de esa dependencia también responde a Videgaray, con quien se relacionó en la Comisión de Hacienda y Crédito Público en la LXI Legislatura.
Siguió el Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros, que le asignó 15.6 millones de pesos por servicios prestados entre el 30 de septiembre de 2013 y el 31 de diciembre de 2016. Esa institución era dirigida por el priista poblano Jorge Estefan Chidiac, designado por Videgaray.
Finalmente, y merced a un convenio válido del 2 de enero de 2014 al 31 de diciembre de 2016, el Banco Nacional de Comercio Exterior, dirigido por el hijo del expresidente Miguel de la Madrid, Ernesto de la Madrid Cordero, le asignó a Eolo Plus 2.5 millones de pesos.
A esos acuerdos se sumaría luego, sin ser dependencia controlada por Videgaray, un contrato de la Secretaría de Economía por “apenas” 156 mil pesos.
Caro para el gobierno
Los contratos públicos asignados a Eolo Plus se limitan a especificar los montos por concepto de transportación aérea. Contrastando el precio de cada hora de vuelo con el que ofrecen otras empresas de aerotaxis, se percibe un probable caso de sobreprecios.
A través de una solicitud de información a la SCT (folio 0000900324714) sobre los contratos con la empresa de Hinojosa Cantú, fue posible observar, en las cláusulas contractuales y en sus especificaciones en documentos anexos, que Eolo Plus no se hace cargo de diferentes gastos relacionados con la transportación.
En el contrato ADN-712-DGRM- 01/2014-61 –el único que la SCT remitió con anexos– se ve que Eolo Plus no se hace responsable del pago de tarifa por uso de aeropuerto, es decir la “renta” por permitir el aterrizaje y media hora de estacionamiento. Ese importe –que debe solventar la dependencia– varía en función del horario, tonelaje del avión y tiempo de maniobras.
Eolo Plus tampoco abona la cuota de derecho de uso de aeropuerto, de manera que los gastos por estacionamiento en plataforma, con tarifa por hora y pernocta, corren a cargo del erario, lo mismo que el servicio de “comisariato”, esto es, alimentos y bebidas que adicionalmente ofrece el consorcio.
En el anexo II del mencionado contrato se establece que los servicios se realizarán en cuatro tipos de aeronaves: Hawker 800, para ocho pasajeros, a 3 mil 300 dólares la hora de vuelo (h/v); Bombardier Challenger 601, para 12 pasajeros, a 5 mil 500 dólares h/v; Koala A 119 MKII, para seis pasajeros, a un costo de 3 mil dólares h/v; y Augusta A109S, para seis pasajeros, a 3 mil 800 dólares h/v.
Una serie de consultas con diferentes compañías de taxis aéreos demostró que Eolo Plus cobra caro. Por ejemplo Aerobahía –empresa con sede en Huatulco, Oaxaca– ofrece un Hawker 400 para ocho pasajeros en 3 mil 100 dólares h/v. Con otra empresa con sede en Toluca, que pidió evitar su identificación, un Augusta A109S se ofrece en 3 mil dólares h/v, en tanto que otras aeronaves equivalentes al Koala, para seis pasajeros, se ofrecen en 3 mil dólares h/v.
El lugar de despegue es relevante para el contrato, pues el anexo I establece que cuando sea desde un aeropuerto distinto al de Toluca se cobrará por las horas efectivas de vuelo para ir al lugar donde se solicite el servicio.
La sombra de Ruiz Esparza
En los primeros dos años de la actual administración, la SCT, a cargo de Ruiz Esparza, le asignó a Eolo Plus casi 30 millones de pesos en contratos.
El mencionado convenio ADN-712-DGRM-01/2014-61 (válido del 1 de abril al 31 de mayo de 2014) adjudicó a Eolo Plus 5.4 millones de pesos.
La SCT, a través de su dirección de Recursos Materiales, firmó con Eolo Plus otro contrato por 5.5 millones de pesos. Bajo la clave ADN-712-DGRM-01/2014-79, este acuerdo fue signado el 6 de junio de 2014 y formaliza la continuación del firmado en abril hasta el 31 de julio de 2014.
Posteriormente, mediante un convenio modificatorio, la SCT amplió el periodo del contrato por un mes e incrementó el monto a pagar en 1.1 millones de pesos. La cifra final, así, quedó en 6.6 millones.
Al concluir este convenio, se pactó uno más (ADN-712-DGRM-01/2014-87) por 17.2 millones, con vigencia del 1 de septiembre al 31 de diciembre de 2014.
Con esto, la suma obtenida por Eolo Plus durante 2013 y 2014 gracias a contratos con SCT y organismos sectorizados de la SHCP es de casi 67 millones de pesos.
La cifra es relativamente modesta, pues representa apenas 1% de todo lo ingresado por las distintas empresas de Hinojosa Cantú: 60 mil millones de pesos sólo en contratos de obra pública, según la estimación más reciente, difundida por la reportera Jesusa Cervantes (Proceso 2002).
Entre esos contratos de obra pública destaca la adjudicación directa para construir el hangar presidencial en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México por un monto cercano a mil millones de pesos, una inversión temporal pues dicho aeropuerto desaparecerá con el nuevo proyecto aeroportuario.
Para el nuevo aeropuerto se había previsto que Grupo Higa formara parte de un consorcio integrado por CICSA, una constructora de Carlos Slim; ICA, de Bernardo Quintana; Prodemex, de Olegario Vázquez Raña; Coconal, de Héctor Ovalle; La Peninsular, de Carlos Hank Rohn; Grupo GIA, de Hipólito Gerard (cuñado de Carlos Salinas de Gortari); Tradeco, la consentida del calderonismo, y Marhnos, dirigida por Nicolás Mariscal Servitje.
La experiencia de las empresas de Grupo Higa en construcción aeroportuaria se limitaba a diferentes obras realizadas en el Aeropuerto Internacional de Toluca, asignadas a dicha empresa durante la administración de Peña Nieto como gobernador del Estado de México.
Sin embargo, el consorcio para edificar el nuevo aeropuerto, según informó ICA, se desintegró a finales de enero pasado (Proceso 2001) sin mayores explicaciones, en el contexto del escándalo de las casas construidas y financiadas por Hinojosa Cantú.
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