Adán Cortés Salas es mexicano, tiene 21 años y hoy acaparó la atención mundial al irrumpir laceremonia de entrega del premio Nobel de la Paz, robándole protagonismo a la joven paquistaní Malala Yousafzai y al activista indio Satyarthi Kailash. "Por favor, no te olvides de México", llegó a deslizarle a Malala mientras desplegaba la bandera de su país, manchada con sangre falsa, y antes de que los efectivos de seguridad se lo llevaran del lugar.
Su mensaje quedó por la mitad. La versión que circula es que Cortés Salas quería denunciar la desaparición y asesinato de los 43 estudiantes, un caso que sacude a México y que traspasó las fronteras nacionales para convertirse en un asunto internacional. Él todavía no pudo dar su testimonio oficial. Se encuentra detenido por las autoridades noruegas y es interrogado. No se sabe si será deportado; en todo caso, el Consulado ya le ofreció su asistencia.
De acuerdo con los medios mexicanos, Cortés Salas es estudiante de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y es oriundo de la capital. Había viajado a Noruega tras pasar unos días en Dinamarca. Toda esta información fue recabada de su cuenta de Facebook, que ya fue dada de baja.
En la plataforma social, Cortés Salas había dado cuenta de su indignación por la masacre de los normalistas de Ayotzinapa. Los jóvenes fueron atacados por policías corruptos en Iguala durante la noche del 26 de septiembre y luego entregados a sicarios del cártel Guerreros Unidos por orden del entonces alcalde José Luis Abarca, que los ejecutaron e hicieron desaparecer sus restos.
EN MÉXICO, UN PAÍS EN DONDE EN LOS ÚLTIMOS OCHO AÑOS HUBO 22.322 DESAPARECIDOS, NO HAY PAZ
Un día después de que la Fiscalía confirmara que parte de los restos encontrados en el basurero de Cocula pertenecían a Alexander Mora, uno de los 43, Cortés Sala manifestó su pesar:"Sinceramente cuando leí esto lo hice con lágrimas. Un joven mexicano de 19 años, su delito ser estudiante y alzar la voz inconforme ante un gobierno corrupto".
Ahora, quizás conforme por haber llevado el caso a las principales portadas del mundo, espera a ver qué sucederá con su futuro. Por lo pronto, mientras todos los ojos estaban puestos en los ganadores del Nobel, Adán envió un claro mensaje a la comunidad internacional: en México, un país en donde en los últimos ocho años hubo 22.322 desaparecidos, no hay paz.
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