13 DE NOVIEMBRE DE 2014
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El sitio donde supuestamente quemaron a los normalistas en Cocula, Guerrero. Foto: AP / Alejandrino González |
MÉXICO, D.F. (apro).- Durante la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre, Cocula e Iguala registraron una pertinaz lluvia, hecho que pone en duda la versión de Jesús Murillo Karam, titular de la PGR, de que los estudiantes normalistas fueron incinerados en una gran fogata al aire libre.
Esta y otras interrogantes surgieron entre la comisión especial de legisladores encargada de investigar la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, luego de un encuentro de tres horas que tuvieron con el secretario de la Defensa Nacional, el general Salvador Cienfuegos Zepeda.
Lizbeth Rosas, diputada por el PRD, cuestionó al titular de la Sedena luego de que éste mostrara a los legisladores fotografías de lo ocurrido ese sábado de septiembre; por ello, advirtió, todo apunta a que se realizó “un montaje” de las autoridades.
Momentos posteriores a la agresión contra los normalistas, diversos medios de comunicación, entre ellos Milenio y Cadena 3, entrevistaron en el lugar de los hechos a algunos de los sobrevivientes, y en las imágenes se observa un escenario lluvioso, por lo que sería imposible generar una hoguera de las dimensiones que Murillo Karam describió para apuntalar su versión de que fueron incinerados los cuerpos de “una cuarentena de personas”, alertó la diputada.
Durante el encuentro con legisladores, el secretario de la Defensa señaló que, según los reportes remitidos por el 27 Batallón, los militares hablaron con el secretario de Seguridad Pública de Iguala, y éste les dijo que “era mentira, que no había sucedido nada, que no había habido enfrentamientos y que todo estaba en paz. Incluso que el titular de Seguridad comentó: ‘Yo no sé nada y solamente voy a intervenir cuando así me lo pidan”, narró la diputada del PT, Lilia Aguilar.
Respecto del auxilio negado a los jóvenes, el general Cienfuegos aseguró a los legisladores que los elementos de la Sedena sí dieron el apoyo, e incluso fueron ellos los que llamaron a las ambulancias, pero que ello ocurrió posterior al encuentro con los estudiantes en los hospitales. Los que sí acudieron al cuartel por ayuda fueron los integrantes del equipo de futbol, aclaró.
El titular de la Sedena inició su encuentro con los diputados federales mostrándoles una bitácora de lo sucedido esa noche; puntualizó que en el cuartel, que está a tres kilómetros de Iguala, están asignados 130 elementos, pero que esa noche la mayoría estaba “franco” y, quienes no, habían acudido a atender una volcadura, razón por la que regresaron muy noche a las instalaciones militares. Además, aseguró Cienfuegos, los militares nunca escucharon disparos ni supieron de enfrentamiento alguno.
“Ellos no oyeron detonaciones ni balazos, no se tiene registrado que les pidieran auxilio, como nos había dicho el procurador; el secretario dijo que no tienen registrado en ningún momento que les pidieran auxilio”, relató Ricardo Mejía Berdeja, vicecoordinador del MC.
Además, puso en duda que el 27 Batallón cuente con “inteligencia militar”, como lo sostuvo en todo momento el general Cienfuegos, “pues resulta extraño que con tanta inteligencia que dicen tener no oyeron disparos, no vieron nada extraño, no se percataron de la humareda de una supuesta quemazón de jóvenes, no vieron nada”.
Ricardo Mejía, Lilia Aguilar y Lizbeth Rosas preguntaron al secretario de la Defensa si durante el trayecto de la volcadura a los hospitales escucharon o no disparos, “y nos aseguró que no”.
Además, el general Cienfuegos detalló a los legisladores que el 27 Batallón está compuesto por 564 elementos, de los que cinco son jefes y 43 oficiales, todos ellos distribuidos en 10 municipios, y al menos 130 para Iguala.
“Pero ese día estaban francos la mayoría, y sólo había una fuerza de reacción de 21 elementos que fue la que se constituyó en los hospitales y más tarde se integraron 12 más”, dijo Mejía que informó el general secretario.
También aclaró a los diputados que cuando llegaron al hospital privado “sí les tomaron los nombres” a los estudiantes, pero que en ningún momento los torturaron, agredieron o violentaron sus derechos humanos.
Otra de las revelaciones que hizo el secretario de la Defensa fue que “la PGR no les ha requerido información” sobre qué hicieron, vieron o escucharon los militares durante la noche del 26 y la madrugada y tarde del 27 de septiembre.
Al valorar la reunión con la Sedena, Mejía Berdeja dijo que por los dichos del titular, “el Ejército no tiene elementos de inteligencia, pues no visualizaron, no se percataron, no oyeron e incluso intervinieron tardíamente”.
La diputada Aguilar comentó que también se le inquirió al secretario de la Defensa una probable cercanía de los militares del batallón con el entonces presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca.
“Negó cualquier relación cercana más allá de la oficial, y que lo que se sabía de Abarca Velázquez era lo que vox populi se decía”, resaltó la petista Lilia Aguilar.
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