"Por suerte y para decepción de mis detractores, no conozco a José Luis Abarca y, lo que es mas importante, nunca en mi larga vida como dirigente social y político he establecido relaciones de complicidad con nadie.
Sin embargo, en el afán de desprestigiarme, con la máxima del hampa de la política y del periodismo deshonesto de que "la calumnia cuando no mancha tizna", han llegado a decir que me he visto obligado a guardar silencio ante los lamentables hechos de Iguala y, como suele pasar en estos casos, hasta amigos y simpatizantes llegan a dudar.
Por eso les agrego la cronología de mis escritos en Tuiter y en Face sobre la tragedia de Guerrero y de México, que es donde tengo posibilidad de expresarme, porque los medios convencionales nos niegan el derecho a informar y a disentir."
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