POR: Martín Moreno
Andrés Manuel López Obrador cumplió su advertencia revelada en esta columna desde octubre de 2011: “El PRD no tiene remedio; el futuro es Morena”. Hoy, el Movimiento de Regeneración Nacional ya es partido político, con derechos y obligaciones. AMLO ha lanzado un misil en la línea de flotación del PRD cuya viabilidad política está, hoy más que nunca, en riesgo.
¿Por qué en riesgo?
Primero: porque el ungimiento del partido político Morena llega en el peor momento del PRD y de Los Chuchos —Zambrano, Ortega, Barbosa, Navarrete y compañía—, hundidos en el descrédito político y el desprestigio personal, ante su desafortunada y fallida operación política durante la discusión legislativa de la Ley de Telecomunicaciones. Los Chuchos quedaron como antidemocráticos y han llevado al partido a un callejón sin salida.
¿Quién cree hoy en Los Chuchos y en el PRD?
Segundo: ante la debacle del PRD, Morena surge en la coyuntura más favorable para AMLO y su nuevo partido. Las escisiones internas en las filas del perredismo se darán —ya lo veremos—, con perredistas decepcionados por Los Chuchos y dispuestos a enrolarse en Morena, con los riesgos que ello conlleva: estar en un partido cuya única línea será la dictada por López Obrador.
Tercero: la irrupción de Morena y de AMLO parte en dos al PRD, lo fractura y lo divide. La fuerza política y financiera del partido amarillo está en el DF, precisamente donde López Obrador aún mantiene una fuerza innegable. Allí están las cifras: en la elección presidencial de 2012, AMLOderrotó a Peña Nieto al dos por uno en la votación, con 2.5 millones de sufragios, mientras el priista tan sólo recibió un millón 240 mil. AMLO aún domina a la capital. Y eso lo saben Los Chuchos.
¿Cuál es la hoja de ruta de Morena-AMLO?
1) Después de haber seguido en campaña durante 2013, AMLO se enfocará en el DF para participar, dentro de un año, en las elecciones federales, teniendo como prioridad arrebatarle al PRD el mayor número de delegaciones. Las prioridades de López Obrador son Iztapalapa y Gustavo A. Madero, donde se concentra casi 25% de la votación capitalina. Otros bastiones como Coyoacán, Xochimilco e Iztacalco, estarían en vías de ser gobernados por la fuerza de Morena.
2) De 2015 a 2017, AMLO —ya financiado con los recursos oficiales que la ley electoral le otorgará— recorrerá una y otra vez al país —sin descuidar al DF—, para intentar reposicionarse a nivel nacional y desde esa plataforma lanzarse como candidato presidencial para 2018. SiSalvador Allende fue presidente hasta el cuarto intento y Lula lo logró en el tercero, la tercera sería la vencida, es el cálculo de López Obrador.
3) En 2018 —con AMLO como candidato presidencial—, otra de las prioridades de Morena sería ganar la jefatura de Gobierno del DF, dándole, así, el tiro de gracia al PRD.
Y electoralmente, ¿cuánto pierde el PRD?
Algunas consideraciones:
–Cálculos del propio PRD señalan que, en promedio, siete de cada diez votos para el partido han sido gracias a AMLO.
–En la elección federal de 2012, de los 16 millones de votos emitidos en favor de la izquierda para la Presidencia, alrededor de 11 millones fueron directamente por la figura de AMLO.
–Las preferencias internas en el PRD siguen muy favorables a AMLO. Basta ver que ocho de cada diez lo eligieron, por encima de Marcelo Ebrard, como candidato presidencial.
Y más allá de odios enfermizos o adoraciones fanatizadas, el PRD no se equivocó hace dos años: AMLO se quedó a sólo siete puntos de Peña Nieto, haciendo pedazos las encuestas que le daban al priista hasta 20 y 30 puntos de diferencia. “López Obrador es quien provoca mayor rechazo en las encuestas, pero es el que mayor número de votos garantiza al PRD”, diagnosticaRoy Campos, número uno de Consulta Mitofsky.
¿Qué opera en contra de López Obrador?
Su radicalismo bajo el lema absolutista de “están conmigo o están contra mí”. Sus excesos en 2006 —el secuestro de Paseo de la Reforma y haberse cruzado la banda presidencial en el Zócalo erigiéndose en Presidente legítimo— le costaron alrededor de cinco millones de votos de simpatizantes decepcionados del tabasqueño. Sí: los mismos que le hubieran dado el triunfo en 2012 con una actitud más madura.
Su salud. AMLO ya sufrió un infarto y la política fatiga y exige demasiado. Con Morena institucionalizado, AMLO tendrá, por fuerza, que delegar decisiones y operaciones políticas a sus hombres de confianza. ¿Lo permitirá una personalidad tan fuerte como la de AMLO, o morirá en el intento?
Eso lo dirán los votos en 2018.
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