miércoles, 18 de junio de 2014

Un Guarimbero asustado

El periodista Pedro Cuartilla, llegó temprano a la cita que le había hecho Ricky Machado, pero éste no había llegado, entonces observó para los cuatros costados del aquel sitio y no vio persona alguna por ahí. Se preocupó un poco y pensó: “Si no viene dentro de quince minutos, me marcho, pues este sitio no me gusta nada”. En eso estaba cuando escuchó una voz que le decía: “Epa amigo, venga y le digo; pero acompáñeme, porque no quiero estar por aquí cerca, porque sé que me andan siguiendo los pasos y yo lo que quiero es salirme de este berenjenal”.
El reportero, escuchó tranquilo, estrechó su mano y lo siguió hasta un carro, en el cual lo esperaba un chofer, quien les abrió las puertas, se montaron en el vehículo, se fueron a un apartamento y ahí luego de tomarse un trago de un fino escocés, Pedro Cuartilla, lanzó su artillería:
- ¿Quisiera saber por qué está tan asustado?- Sucede, amigo periodista, que yo vine contratado para hacer “bochinche” y actos vandálicos, y yo para eso soy bastante bueno, y por tal motivo cerré vías en varios sitios, bien fuera quemando cauchos, cortando árboles, tumbando postes, destruyendo aceras, cruzando guayas en la calle, incendiando instituciones públicas y hasta lanzando perros al fuego. Todo eso lo hice de acuerdo a lo que me ordenaron, pero en lo que quieren ahora, ahí si es verdad que no me meto y hasta ando asustado.
- ¿Qué quieren ahora? Interrogó rápidamente el periodista.
- ¡Ay, amigo!, que no quieren, como dicen. Ahora quieren lanzarse a una aventura sobre la cual no estoy de acuerdo por mucho que me recompensen, y eso es lo que da es miedo, pues no vaya a ser yo que pague unos platos, donde no me he comido ni siquiera una migaja de pan.
- ¿Pero de qué se trata?- De un magnicidio, amigo periodista, y ya eso para mí, son palabras mayores. Que se metan ellos, porque yo no caigo en eso.
- ¿Quiénes son ellos?Ricky Machado vio al periodista y le dijo: “No puedo contestar esa pregunta”. Entonces llamó al chofer y le dijo que se llevara al periodista, quien no le quedó otra que marcharse.

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