domingo, 29 de junio de 2014

Anarquistas llevan su orgullo a marcha gay y vandalizan Hemiciclo a Juárez


La comunidad lésbico-gay anarquista también participó en la marcha. Foto: Sara Pantoja.
La comunidad lésbico-gay anarquista también participó en la marcha.
Foto: Sara Pantoja.
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- “Donde hay amor, hay familia”, se leyó en un letrero que dos mujeres de la comunidad gay de Durango tomadas de la mano y acompañadas de su hijo pequeño, trajeron hasta la Ciudad de México para levantar su bandera arcoíris y, entre miles, exigir el respeto jurídico y social a su manera de vivir.
Iban entre las más de 60 mil personas que participaron en la XXXVI Marcha del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual, Travesti, Transgénero, Intersexual (LGBTTTI) que recorrió el Paseo de la Reforma, Juárez y 5 de Mayo hasta llegar al Zócalo capitalino.
A los participantes se sumó un grupo que llevaba un mensaje para los panistas de Nuevo León: “Su sistema de creencias no debe estar por encima de la ley o de nuestros derechos, respeten la Constitución y nuestro derecho a decidir. No somos moda, somos humanos”.
También se alzaron mantas y carteles que exigieron la disolución de la Comisión de la Familia y el Desarrollo Humano, recién aprobada en el Senado de la República y presidida por el panista José María Martínez.
“No hay heterosexuales, no hay bisexuales, no hay homosexuales, sólo hay personas que aman a otras personas”, decía una manta llena de flores. Había una más que defendía el “Poliamor, porque amar puede ser asunto de más de dos”. Y los más que de viva voz, gritaban: “No que no, sí que sí, ya volvimos a salir”.
En la marcha gay, como mucha gente la conoce, hubo familias enteras que apoyaron la manera de ser de sus hijos e hijas. “Para la discriminación no hay razón, estoy orgullosa de ustedes. Mamá Coco”, decía la cartulina que traía una mujer ya entrada en años en la avenida Juárez. Su hija y su yerno fueron a apoyar a su nieto gay.
Para otra mujer, ver pasar a los hombres vestidos de ángeles, reinas, con maquillaje, pelucas y zapatillas, le hizo recordar a su hijo. “Él era de ellos, le gustaba, pero hace dos años me lo mataron”, dijo y continuó viendo el desfile acompañada de su hija, su esposo y sus dos nietos.
Al paso del contingente, hubo algunos carteles que repudiaban la discriminación y la violencia que a estas alturas del siglo aún persiste en contra de la comunidad LGBTTTI. Hubo otros que exigían el derecho al aborto “libre y gratuito en todo el país”.
En los discursos iniciales dieron el visto bueno a la iniciativa que ayer anunció el jefe de Gobierno del DF, Miguel Ángel Mancera, para facilitar el trámite administrativo del cambio de identidad de las personas transgénero.
La ¿fiesta?
Salieron al mediodía desde la Glorieta del Ángel de la Independencia. Con algunos carros alegóricos, los organizadores trataron de animar el contingente. Pero, a diferencia de los años anteriores, esta vez la fila multicolor lució poca alegría, poco baile, poca música, poco entusiasmo… y poca organización.
Incluso hubo algunas denuncias de que uno de los organizadores estaba cobrando cierta cuota para poder participar con carros alegóricos en el contingente, aun cuando días antes, el gobierno capitalino aclaró que todo el evento sería gratuito.
Las numerosas batucadas brillaron por su ausencia. Faltó la música, los silbatos, los cantos y el relajo característico de esta marcha que mucha gente y empleados salen a ver.
Un grupo de mujeres se quejó de que en las tiendas no les vendían alcohol “para la fiesta”. Otras más previsoras, llevaron sus botellas de whisky en sus mochilas que iban mezclando en botellas de refresco.
“¡Eeeeehhhh viejaaaasss!”, gritaba un contingente imitando a su modo las manos y el grito tan de moda en los partidos de futbol de la selección mexicana. Uno, dos, tres… ocho y echaban a correr en la calle 5 de Mayo con el griterío que retumbaba entre los edificios.
Al llegar al Zócalo, justo enfrente de la sede de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el máximo recinto de la justicia del país, se presentaron varios shows travestis con uno de los himnos ya conocidos de la comunidad LGBTTTI: “A quién le importa lo que yo haga…”
Bloque rosa    
Este año, la comunidad lésbico-gay anarquista también participó en la marcha. Con el rostro cubierto con máscaras y paliacates rosas y mujeres con el torso desnudo, arremetieron contra el edificio del Senado de la República. “¡Preparen, apunten, huevos!”, gritaban y aventaban globos con pintura rosa y morada. También prendieron algunos fuegos artificiales.
Eran representantes de al menos 11 organizaciones anarquistas como Bloque Rosa, Colectiva de Gafas Violetas, maricas Antiespecistas, Colectivo Anarcoqueerm y Puta Colectiva, entre otras. A su paso, algunos fueron pintando grafiti en los parabuses.
Al llegar al Hemiciclo a Juárez, a donde también aventaron pintura rosa que manchó a uno de los leones, leyeron un manifiesto en el que exigieron la aplicación de justicia en los homicidios de Edgar Sosa, defensor de los derechos sexuales, y de Agnes Torres, activista transexual en de Puebla, así como en el caso de Yakiri Rubio, procesada por asesinar a su agresor sexual.
A lo largo de la marcha gritaron consignas como “anarquía sexual, anal y vaginal”, “sin maricones, no hay revoluciones”, “a defender la anarquía y organizar la rabia” y “la jotería también es rebeldía”.
La marcha ocasionó cierres viales que desquiciaron el tránsito en la ciudad, y a muchos ciudadanos y turistas que no pudieron usar el transporte público.
Pero eso, a muchos de los participantes no les importó. Total, decían, “es nuestro día”.

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