Luego de su proceso electoral, el Partido Acción Nacional quedó lastimado, fracturado, desunido. Gustavo Madero ganó la presidencia panista, aunque su triunfo –no tan holgado como hubiera querido– fue obra de operadores locales y regionales, destacadamente del mandatario poblano Rafael Moreno Valle. El coahuilense tiene una deuda con ellos, deuda que se paga con poder en la organización política. Pero si quiere que el PAN no acabe de desbaratarse tendrá que ceder espacios a sus rivales derrotados. He ahí su dilema.
El triunfo de Gustavo Madero sobre Ernesto Cordero en la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN) le ha resultado amargo: aunque sometió al grupo de Felipe Calderón con la fórmula del “haiga sido como haiga sido”, los principales integrantes del suyo fueron vencidos y quedó atrapado entre los gobernadores y caciques locales que lo hicieron ganar.
Y si no hubo impugnación tampoco hay reconciliación: Para la unidad, Madero enfrenta la disyuntiva de ceder a sus rivales candidaturas y espacios en los órganos del PAN –a costa de sus partidarios– o no cumplir y profundizar la división que no han resuelto los discursos.
Las pláticas iniciadas desde la noche del domingo 18 han sido estériles y en la conversación telefónica que tuvieron el miércoles 21, Cordero le hizo una advertencia a Madero: no se sentará con él hasta que haya un acuerdo en firme.
Cordero designó representante personal a Maximiliano Cortázar, quien coordinó su campaña, y Madero hizo lo propio con Juan Molinar, su asesor estratégico, quienes ya se reunieron sin definir acuerdos.
“Hasta el momento nada”, informó Cortázar al reportero la noche del jueves 22, día de la toma de posesión de Madero, desairada por las figuras que apoyaron a Cordero.
–¿Por qué no ha habido acuerdos? –preguntó el reportero a Molinar.
–Tú me conoces. Si los hubiera no te los diría.
El único avance, según Molinar, es una comisión negociadora integrada por tres representantes de cada equipo que buscará los acuerdos para garantizar la unidad que, por ahora, sólo está en el discurso.
Pero si con alguien Madero quedó comprometido es con el gobernador Rafael Moreno Valle, clave para el triunfo en Puebla –donde arrasó a Cordero con 75% de la votación– y en otros cinco estados ganados por sus operadores electorales.
Con este triunfo, que le dio a Madero 8 mil 206 votos por 2 mil 810 de Cordero, Moreno Valle avanzó en su proyecto de apoderarse del PAN nacional para catapultarse a la candidatura presidencial en 2018, advierte Ana Teresa Aranda, la más consistente opositora del gobernador.
Sin embargo, la representante de Cordero en el estado advierte que esta victoria de Moreno Valle –a quien llama “prinosaurio”– le será costosa: “Sí ganó, pero ahora en todo México, no sólo en Puebla, se conocen sus mañas y eso va a tener consecuencias”.
Denunciado penalmente por ella ante la Procuraduría General de la República (PGR) por el uso de recursos públicos para la campaña de Madero y de ejercer en Puebla un autoritarismo “peor” que el de Manuel Bartlett, Aranda afirma: “Se quiso vestir con sus mejores galas, pero le pasó lo que al del cuento: El monarca va desnudo”.
Y advierte: “Si Madero quiere rectificar, debe deshacerse de Moreno Valle. De lo contrario será su gran lastre. ¿Con qué credenciales vamos a ir a las elecciones contra el PRI en 2015?”
–Con las que ya son del PAN.
–El problema es que al cerdo blanco se le nota más la mancha del chiquero.
Pero Madero no sólo ha hecho ostensible la presencia de Moreno Valle en su entorno, como en el inicio nacional de su campaña, en la celebración del triunfo y en la comida posterior a su toma de posesión, el jueves 22, sino que lo defiende con enjundia.
En su primera conferencia de prensa tras retomar la presidencia del PAN, Madero se molestó cuando el reportero le preguntó cómo pagaría el apoyo a Moreno Valle y también descalificó las acusaciones ante el órgano electoral y la PGR.
“En ambos casos el dictamen fue negativo, fue improcedente y que no tenía ningún sustento. No es lo que digo yo, sino lo que dijeron los órganos ante los cuales fueron presentadas estas acusaciones.”
–¿Pero a Moreno Valle cómo le va a pagar?
–No, no –se ofuscó–. A todos les voy a tratar de reconocer en todos los espacios su liderazgo…
Ganan los caciques
Además de Moreno Valle, varios expriistas del PAN hicieron ganar a Madero. Uno es Miguel Ángel Yunes en Veracruz, donde se impuso a Cordero con 54% de los votos y fortaleció su proyecto a la gubernatura que se disputará en 2016.
Otro expriista es el exsenador Ulises Ramírez, del Estado de México, donde Madero ganó con 59%, si bien con el apoyo de otros grupos, como los de Santiago Creel y Luis Felipe Bravo Mena. El PAN mexiquense lo preside Óscar Sánchez, admirador confeso de Hitler.
Un expriista más que apoya a Madero es Mario López Valdés, gobernador de Sinaloa y quien, aunque no es panista, lo hizo triunfar con 54% de los votos. En esa entidad reside el diputado federal Jorge Villalobos Seáñez, el principal operador financiero del reelecto presidente y quien habría recibido dinero de Juan José Rojas Cardona, El Zar de los Casinos.
De los 19 estados que ganó Madero, Nuevo León fue donde obtuvo la más alta votación del país –casi 80%– y se impuso cuatro a uno a Cordero: 6 mil 758 votos por mil 736. Aquí los tres grupos del PAN se unieron, encabezados por la alcalde de Monterrey, Margarita Arellanes, inminente candidata a gobernadora.
En Sonora, se fortaleció para controlar la sucesión el gobernador Guillermo Padrés, quien hizo ganar a Madero con casi 76% –3 mil 607 por mil 152 de Cordero–, y en Baja California el gobernador Francisco Kiko Vega hizo ganar al chihuahuense con 75%: 3 mil 752 sufragios por mil 301.
En Jalisco, el estado con el más grande padrón de militantes, los hermanos Hernán e Isaías Cortés Berumen hicieron ganar a Madero, aunque con un porcentaje menor, 56%, semejante al nacional: Logró 8 mil 78 por 6 mil 300 de Cordero.
Si Madero está contento con Moreno Valle es porque también lo hizo ganar en los estados a donde éste envió a operadores de su confianza, aunque, según miembros del equipo de Cordero, también intervinieron los gobernadores priistas de Quintana Roo, Alberto Borge; y de Hidalgo, Francisco Olvera, así como el verde de Chiapas, Manuel Velasco.
A Chiapas el gobernador de Puebla envió a Néstor Gordillo, diputado federal y exsecretario de Desarrollo Social, y ganó Madero con 71%; en Hidalgo operó Jorge Aguilar Chedraui, diputado local y exsecretario de Salud, y sacó la elección con 68%.
También triunfó en Quintana Roo con 52%, donde Moreno Valle mandó a Ángel Trawitz, exsecretario de Turismo, y pasó lo mismo en Tlaxcala, con 56% de los votos, donde el operador de Moreno Valle fue el expriista Víctor Cánovas Moreno, consejero electoral de Puebla.
Cánovas Moreno, conocido entre políticos como La Sabandija, tuvo que renunciar al cargo de consejero electoral al ser sorprendido como organizador del arranque de la campaña nacional de Madero por órdenes de Moreno Valle.
Una grabación los exhibió a él y a su jefe: “El próximo día 23 de marzo viene Madero a Puebla, a una reunión regional, los invito. Me pidió el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, con el cual tengo el gusto de trabajar, que los invitara a todos a que nos acompañen para que le demos la bienvenida a Madero y le demos la fuerza que merece”.
El principal operador de Moreno Valle, Eukid Castañón –diputado local y exsecretario de la Contraloría estatal– fracasó en Oaxaca, donde Cordero ganó con 54%.
Caen los “maderistas”
Pero así como fracasó el principal operador de Moreno Valle también sucumbieron en sus estados los principales cuadros de Madero, quien, en dos casos, buscaba perfilar a su sucesor en el PAN en la elección del próximo año: Ricardo Anaya, secretario general, y Marko Cortés, su coordinador de campaña.
En Querétaro, Madero perdió y el senador corderista Francisco Domínguez Servín se perfila como prospecto a la gubernatura, a la que aspira también Anaya. En Michoacán, de donde es Cortés, ganó Cordero con 50.51%, con 62 votos de diferencia.
“En Michoacán es un empate técnico”, alega Cortés ante su derrota y minimiza también la de Anaya en Querétaro, porque ninguno de los dos hizo campaña, como sí la hicieron Luisa María Calderón y Domínguez Servín.
Madero también resultó perdedor en los estados de sus coordinadores parlamentarios: en Colima, entidad por la cual el senador Jorge Luis Preciado quiere ser candidato a gobernador el próximo año, ganó Cordero con 57%.
En Guanajuato el diputado federal Luis Alberto Villarreal –bajo sospecha de corrupción por el tema de los “moches”– operó para Madero y Cordero arrasó con 62%. Esa cifra es un revés en las aspiraciones de Villarreal para ser gobernador.
Pese a ello, su primera decisión como presidente fue ratificarlos a ambos como coordinadores. Apenas en enero de este año Cordero había tildado a Madero y a Villarreal de “pinches ladrones”, una acusación recurrente.
Justamente el primer compromiso de Madero es actuar “con contundencia” contra la corrupción, aunque sólo la que se pueda comprobar: “Es uno de los temas que abordaremos de inmediato para poder establecer un diagnóstico real y objetivo de cuáles son los señalamientos que tienen alguna materia, alguna información objetiva y vinculante y cuáles (son) aquellos que han sido trascendidos mediáticos”.
Sin embargo, Madero no honró su compromiso: Cuando este reportero le preguntó por qué no se han hechos públicos los resultados de la investigación que en 2013 hizo la comisión sobre el financiamiento de casinos a panistas, incluido él mismo, pretextó no saber y sólo prometió indagar.
“No tengo información de que se haya encontrado nada que haya sugerido una actuación o una sanción, pero déjame revisarlo y lo hacemos público en el momento que sea concluida esta investigación, si es que ya se hizo“, respondió.
Otros allegados a Madero también fueron derrotados: en San Luis Potosí, de donde es Alejandro Zapata Perogordo, negociador en el Pacto por México, Madero perdió con 44%. Y en Aguascalientes, de donde es el diputado Rubén Camarillo, allegado a Madero, Cordero se impuso con casi 57%.
La derrota en Aguascalientes es mayor, porque Madero integró a su planilla para el Comité Ejecutivo Nacional a una diputada federal de ese estado, Teresa Jiménez Esquivel, quien supuestamente tenía el apoyo de los alcaldes que gobiernan los tres principales municipios, incluida la capital.
Otra maderista derrotada es la diputada federal Beatriz Zavala Peniche, de Yucatán, entidad donde Cordero ganó con 54%.
Creel, no Margarita
De los principales allegados a Madero sólo ganaron Marco Antonio Adame Castillo, el exgobernador de Morelos y jefe político de la ultraderechista Organización Nacional del Yunque, y Santiago Creel, quien, además de ya ser parte del CEN, se perfila para ser diputado federal y coordinador de la bancada.
Aunque Marko Cortés perdió en Michoacán, quien fue el coordinador de su segunda precampaña presidencial en 2012, Creel acomodó a varios de sus colaboradores en el entorno de Madero: el exsubsecretario Jorge Álvarez Hoth, el exalcalde de Naucalpan José Luis Durán Reveles, el diputado mexiquense Enrique Vargas del Villar y el exdiputado local Guillermo Huerta Ling.
Negociador del Pacto por México, Creel ha sido uno de los interlocutores con el equipo de Cordero desde la noche del domingo 18. “Él hizo una labor muy importante para que se lograra un proceso de aceptación del resultado”, dice Cortés.
–¿A cambio de qué?
–Del mismo partido. Hacer lo contrario hubiera afectado la imagen del PAN. Hoy podemos sentirnos tranquilos y orgullosos de que el PAN sabe procesar sus procesos internos, no de forma tan tersa, pero sí civilizada y respetuosa de las reglas y en apego a los resultados.
“Por eso se le reconoce a Ernesto. Hay que saber perder con mucho orgullo y con mucha altura y hay que saber ganar con mucha humildad, reconociendo a todos. Eso fue lo que pasó.”
Por eso, dice, habrá inclusión a través de candidaturas a diputados federales y a gobernadores: “La inclusión se verá en las elecciones de 2015, ahí es donde deben estar los equipos presentes, para que todo mundo aporte su esfuerzo, sus votos y salgamos unidos a ganar”.
–En candidaturas.
–En candidaturas, en espacios, en las mismas áreas que tiene el equipo, en comisiones. Tiene que haber inclusión y suma. Partimos de que los necesitamos a todos, como dice Madero.
Se prevé que, como parte de las negociaciones para la unidad se ofrezca una diputación plurinominal a Margarita Zavala, esposa del expresidente Calderón, pero no será coordinadora; la decisión recaerá en el propio Madero, quien preferiría a Creel, si no es que él mismo decide ser también diputado federal.
Tras la derrota de Cordero, Calderón guardó silencio y Zavala emitió un frío mensaje en su cuenta de Twitter: “Felicidades a los panistas. Confío en que la nueva dirigencia de Gustavo Madero buscará con hechos la unidad y rumbo en Acción Nacional”.
Creel fue también puente con Josefina Vázquez Mota, quien reapareció en el PAN la noche del triunfo de Madero luego de desaparecer desde antes de iniciar la campaña. Ella, quien también quiere ser diputada, encabezará un proyecto de “150 mujeres candidatas”.
Creel sería, además, el contrapeso de Moreno Valle, si es que Madero decide tomar distancia de él, como pide Ana Teresa Aranda.
“A Madero, con todo lo que lo ha apoyado, ya lo hizo creer que es el prócer de la democracia. Entonces cuando la gente se crece así, se vuelven respondones.”
–¿Quién sería el respondón?
–Madero se va a volver respondón porque se la empieza a creer. A Moreno Valle le esperan sorpresas. Por eso digo que perdió ganando: Eso lo vamos a ver muy pronto…
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