viernes, 2 de mayo de 2014

Las falsedades de los mayores medios españoles en su cobertura de Ucrania


Estoy preocupado y francamente indignado con la cobertura mediática de la situación en Ucrania por parte de los mayores medios de comunicación españoles (incluyendo catalanes), que está alcanzando niveles dignos del Tea Party de EEUU. Sé que es una acusación fuerte, pero me baso en el siguiente hecho. Cada mañana, cuando me levanto, leo algunos de los mayores rotativos de EEUU y de Europa, y luego leo la prensa española. Además de ello, tengo amigos en Alemania y en el este de Europa que publican en sus blogs lo que está ocurriendo en aquellos países. Y creo que es muy preocupante el enorme sesgo que aparece tanto en la prensa más importante basada en Madrid como en la basada en Barcelona, en las que se está demonizando al Presidente Putin como el responsable de lo que ocurre en Ucrania, atribuyéndole unas ansias expansionistas y un intervencionismo en aquel país que es la causa de la gran crisis que podría abocar a una guerra entre los países de la OTAN y Rusia para parar este expansionismo, liderada por el primero para parar las ansias imperialistas del segundo. Una campaña idéntica aparece en la televisión. Por ejemplo, el otro día en TV3 el “economista de la casa” explicó las consecuencias económicas que creará en Europa el imperialismo del Sr. Putin.
 
En EEUU, los portavoces de la Guerra Fría, con la hipocresía que los caracteriza, y presentándose una vez más como defensores de la libertad, están intentando por todos los medios reavivar un complejo militar-industrial (contra el cual el Presidente Eisenhower alertó) que estaba de capa caída con la retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán. El senador republicano John McCain, máximo exponente de este complejo, y defensor de las intervenciones en Kosovo e Irak (las dos claramente violaciones del derecho internacional), ha exigido al Presidente Obama que ponga bases de misiles orientados hacia Rusia en Polonia y en la República Checa. Hoy hay un intento claro de crear, de nuevo, una histeria (y no hay otra manera de decirlo) colectiva, demonizando al Presidente Putin, al cual el “economista de la casa” de TV3 equiparó nada menos que con Hitler.
 
Ya indiqué en otro artículo que creo haber sido uno de los intelectuales que ha criticado más a la Unión Soviética, habiendo sido declarada persona non grata por el gobierno Breznev. Y también he escrito muy críticamente sobre lo que está ocurriendo en Rusia, que dista mucho de ser una sociedad democrática. Ahora bien, tiene que también denunciarse la enorme manipulación que está ocurriendo para justificar unas políticas que son, además de erróneas, profundamente peligrosas, y que nos pueden llevar a un auténtico desastre.
 
En esta demonización de Putin y el gobierno ruso se ignoran y ocultan hechos básicos (ver “Lo que no se está diciendo sobre Ucrania”, parte I y parte II, en Público), tales como que fueron EEUU y la UE los que estimularon el golpe contra un gobierno que había sido democráticamente elegido, siendo sustituido por un gobierno en el que los nazis (los herederos de aquellos que habían invadido la Unión Soviética durante la II Guerra Mundial) eran un fuerza dominante, eliminando el carácter oficial del idioma ruso en aquellas partes de Ucrania donde tenía carácter de oficial, iniciándose una persecución violenta de los ucranianos de cultura e idioma ruso, todo ello enmarcado en una hostilidad clara hacia Rusia. Todo esto no lo inició el gobierno ruso.
 
Y, para mayor ofensa a las autoridades rusas, estos hechos culminaban toda una serie de acciones tomadas por EEUU y por la UE para continuar la expansión de la OTAN (máximo organismo militar fruto de la Guerra Fría) hacia el Este, expansión que ha tenido como objetivo rodear a Rusia de bases militares y de misiles en contra suya. Como bien han señalado el unificador de Alemania, el cristianodemócrata Sr. Helmut Kohl, así como también el canciller socialdemócrata Helmut Schmidt, Rusia ha sido puesta en una situación insostenible, a la defensiva y acorralada. Rusia no podía tolerar que Ucrania se convirtiera ahora en otra base militar de la OTAN, de la misma manera que el gobierno Kennedy en EEUU no podía tolerar una base militar soviética en Cuba. En realidad, la hostilidad y expansionismo de la OTAN hacia el Este eran claramente provocadores. No ha sido Rusia la que se estaba expandiendo hacia el Oeste. Han sido EEUU y la UE los que se han estado expandiendo hacia el Este. Era totalmente predecible y lógico que Rusia apoyara el alzamiento de la población de Crimea, la mayoría rusófona, cuando mediante el referéndum se separó de Ucrania y pidió su anexión a Rusia.
 
Fue el ministro de Asuntos Exteriores ruso el que propuso la reunión de Ucrania, EEUU, la UE y Rusia, que alcanzaron un primer acuerdo sobre Ucrania. De nuevo, los medios españoles han informado de forma muy insuficiente sobre dicho acuerdo. La propuesta rusa recogía el establecimiento de una nueva Constitución ucraniana, de carácter federal, que respetaría la autonomía de las distintas regiones de Ucrania, y muy en especial de aquellas en las que la mayoría de la población sea rusófona. Dicha constitución restablecería el ruso como el segundo idioma oficial de toda Ucrania, y definiría el Estado de Ucrania como neutral, sin que perteneciera a ningún bloque militar. Y el gobierno ucraniano expulsaría a los nazis de su gobierno. Por parte rusa, el gobierno ruso reconocería al nuevo gobierno ucraniano, proveería de nuevo gas a precio reducido a Ucrania, reactivando las relaciones económicas con aquel país, desmovilizando a su vez sus tropas en las fronteras con Ucrania, y el ministro ruso de Asuntos Exteriores incluso abrió la posibilidad de que la nueva Crimea tuviera una relación especial con el Estado de Ucrania. Gran parte de estas propuestas fueron aceptadas en el acuerdo, que es un buen acuerdo, alcanzado en Ginebra entre Ucrania, EEUU, UE y Rusia.
 
Como era de esperar, los favorecedores de la Guerra Fría (que son muchos) ya han protestado que Occidente ha cedido a favor de  Rusia y que el tema central, el supuesto expansionismo del Presidente Putin, no se ha tocado. Y ahora se está ya indicando que Rusia no ha respetado los acuerdos, cuando los que fueron asesinados recientemente, después del acuerdo, fueron los ucranianos de habla rusa, es decir, los aliados de Rusia.
 
Pero mientras tanto el lector español ha estado sujeto a una avalancha ideológica en la que detalles como los que he indicado, tanto en los artículos anteriores como en este, apenas se conocen en España. Es un indicador más de que los mayores medios de información españoles tienen más la misión de persuadir que de informar. La ausencia de auténtica pluralidad en estos medios (que se está reduciendo todavía más) es uno de los mayores problemas que tiene la democracia española, y de ello, como es lógico y predecible, ni siquiera se habla en los medios.  
 
Vicenç Navarro  Catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra
 
 

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