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| Antonio Solá, experto en guerra sucia y Belaunzarán. |
La línea editorial de La Razón era poco plural, donde los temas dominantes eran los ataques al diario La Jornada y ya casi parecía una campaña de desprestigio contra ese medio de comunicación.
Leí con atención la replica que hizo el diputado Fernando Belaunzarán a Federico Arreola sobre la polémica en relación a la directora del diario La Jornada, Carmen Lira, a la que acusan varios periodistas y el mismo diputado de ser ella la que presionó al dueño del rotativo para que se despidiera a Pablo Hiriart de la dirección del diario La Razón.
La réplica de Belaunzarán, según dice, es en respuesta a lo que él llama “descalificaciones sobre su persona” por parte de Federico Arreola, que en su columna publicada en SDPNoticias el pasado 22 de marzo llamó mentiroso al legislador.
El diputado, en su réplica, argumentó a Federico Arreola lo siguiente:
“Usted afirma que he sido ‘terriblemente injusto’ con dos diarios, La Jornada y La Razón, por comentarios que al respecto he hecho y que a su modo de ver son en ‘términos morales e intelectuales de un nivel muy bajos’. Pero olvidó hacer algo que el mínimo rigor, pudor y profesionalismo periodístico obligan. No cita cuáles son esos tuits supuestamente ‘terribles’, ‘injustos” y ‘bajos’ de los que habla y, por tanto, no permite que los lectores constaten sus juicios de valor. Solicito tenga a bien darlos a conocer y poder discutir sobre el contenido de los mismos y no sobre lo que usted dice e interpreta que dicen.
No niego que en twitter he hablado sobre lo dicho por el ex director de La Razón, Pablo Hiriart,respecto a las presiones que la directora de La Jornada, Carmen Lira, hiciera sobre el dueño de La Razón, Ramiro Garza Cantú, de acuerdo a su versión de los hechos que lo llevaron a renunciar, misma que coincide con la de importantes columnistas de dicho diario que decidieron acompañarlo y que también fue asumida por prestigiadas plumas de otros medios como Ciro Gómez Leyva, José Cárdenas, Ricardo Alemán y Jorge Castañeda”.
La mala memoria del diputado es evidente. Es cuestión de ver sus tuits para darnos cuenta de que él hace muchas acusaciones de las que no tiene ninguna prueba. La afirmación de Belaunzarán, respecto a que Carmen Lira presionó al dueño de La Razón, Ramiro Garza Cantú, para despedir a Pablo Hiriart, se basa en una afirmación del periodista cesado del rotativo y de varios editorialistas más que también renunciaron a ese mismo diario, además de que escribieron sobre el tema algunos columnistas. Perdón, esto no son pruebas.
El señor Ramiro Garza Cantú es un empresario exitoso, con muchos negocios productivos, pero el diario La Razón, que era dirigido por Hiriart, no ha respondido a las expectativas que había trazado el dueño del rotativo, ni en la presentación impresa, ni en su versión en internet. Tampoco fue lo que se espera sobre su influencia en la opinión pública. Esto debe de haber influido en la decisión del hombre de negocios para hacer cambios en su empresa.
La línea editorial de La Razón era poco plural, donde los temas dominantes eran los ataques al diario La Jornada y ya casi parecía una campaña de desprestigio contra ese medio de comunicación, así como el mostrar repetidamente la fobia contra el ex candidato a la presidencia de la república y su movimiento político, la revuelta estudiantil en Venezuela y el rechazo al presidente de ese país, Nicolás Maduro. Esta forma de hacer periodismo no parece gustarle a la mayoría de los lectores, lo que ocasionó la baja circulación del diario.
El diario La Jornada, que dirige Carmen Lira, es una cooperativa muy exitosa, donde los empleados y cooperativistas ganan bastante bien, tienen una gran circulación y es bien recibido por la opinión pública del país. Hasta Enrique Krauze, en una reciente entrevista con la periodista Carmen Aristegui, habló muy positivamente de ese medio de comunicación.
Las quejas de Fernando Belaunzarán también se refieren a que el columnista de La Jornada, Enrique Galván Ochoa, puso palabras en su boca que nunca pronunció y que la fracción de su partido había apoyado la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto. Esto es verdad, la fracción parlamentaria del PRD no apoyó estos cambios a la política energética del país, pero lo que no recuerda el legislador es que el Partido de la Revolución Democrática sí favoreció la reforma cuando estaban en el Pacto por México.
Por otro lado me gustaría saber por qué el PRD votó a favor del seguro del desempleo en deterioro del ahorro para la vivienda de los trabajadores.
El legislador Belaunzarán es un calumniador y un mentiroso y para su desgracia, cuento con pruebas que avalan mi dicho. A mediados del 2011 empecé a tener intercambios, por twitter con el ahora legislador, cuando en ese entonces mi nombre en esa red social era @CharritodeTicul. Me impresionaba mucho la virulencia que tenían los tuits del militante del PRD contra Andrés Manuel López Obrador, que había sido el candidato de ese partido a la presidencia.
Traté de saber el porqué de sus difamaciones, calumnias y fobias contra un compañero de su propio partido. Le envié un tuit donde le comentaba que en la campaña de López Obrador no había dinero del gobierno de Chávez, pero que sí había recursos provenientes de empresas españolas en la campaña a la presidencia de Felipe Calderón; esto lo descalificó el legislador y dijo que no era cierto. Le envié una entrevista de Carmen Aristegui con el periodista catalán Oriol Mayó, que escribió un libro de nombre El Cártel de España donde se explica perfectamente bien por qué no les convenía a las compañías hispanas la llegada AMLO a la presidencia de México y cómo presionaron para que no pasara este cambio en el país.
Este libro no le agradó al hoy diputado y minimizó su importancia de mala forma. Por esos días también me llegó por twitter una foto de SDPNoticias donde sale el militante de izquierda con el publicista español, Antonio Sola, que creó la campaña de odio del PAN contra el candidato de izquierda (“López Obrador, un peligro para México”). Esto realmente me molestó y le envié la foto y le reclamé el porqué de su amistad con ese impresentable mercenario.
La respuesta de Fernando fueron dos mensajes directos. Estos mensajes eran groseros, calumniosos y de odio contra mí. Realmente me sorprendieron mucho, por lo que le pedí una explicación, pero su indiferencia fue evidente. Por lo que decidí escanear estos mensajes y darlos a conocer en la red social. Aquí los muestro:
Los tuits de Fernando Belaunzarán generaron indignación entre muchos tuiteros, lo que le acarreó algunos reclamos. La contestación del legislador fue que me había contestado de esa manera porque yo había insultado a su maestro Adolfo Sánchez Vázquez; que había muerto por esas fechas. Le pedí que me demostrara eso. ¿Dónde estaban los tuits donde yo insultaba a su maestro? (por cierto guardo una legítima admiración y respeto por Adolfo Sánchez Vázquez) pero su respuesta fue bloquearme. Esto habla del carácter y lo poco confiable que es este militante de la izquierda mexicana.
El diputado Belaunzarán, al igual que Alfredo Jalife Rahme, ha sido citado por la Comisión de Derechos Humanos por sus comentarios en twitter y sus insultos a los seguidores de López Obrador a los que despectivamente llama Jihad Pejista, y se burla de ellos junto tuiteros simpatizantes del Partido Acción Nacional, que aderezan estos comentarios del legislador con chistes clasistas, sin gracia y de muy mal gusto que ahonda la división entre los mexicanos.
Por último, si el diputado piensa que él y Pablo Hiriart son iguales a Enrique Krauze, está muy equivocado. Krauze es un caballero y un intelectual de primerísima línea, que se podrá estar de acuerdo o no con su forma de pensar, pero siempre responde con respeto. Mientras que el diputado está muy lejos de eso y su preparación y educación deja mucho qué desear.
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