Videgaray y Peña. Encuentro con directivos de Banamex. Foto: Eduardo Miranda |
MÉXICO, D.F. (apro).- El conjunto de datos oficiales sobre el comportamiento de la economía nacional en enero de este año, no deja dudas:
México, al inicio de 2014, sigue en el bache económico: se desplomó la confianza del consumidor, cayeron las exportaciones y las manufacturas no levantan.
Apenas el miércoles pasado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) dio a conocer que las exportaciones totales del país en el primer mes de 2014 sumaron 27 mil 039 millones de dólares.
Parece mucho, pero en realidad son las ventas externas –petroleras y no petroleras– más bajas de los últimos 35 meses: desde febrero de 2011, cuando se exportaron bienes por un monto de 25 mil 772 millones de dólares, no se había registrado una disminución tan fuerte en las exportaciones del país.
En su reporte preliminar sobre la balanza comercial de mercancías de México durante enero de 2014, el Inegi revela que las exportaciones disminuyeron un -1% respecto de las registradas en el mismo mes de 2013.
Y si se consideran las importaciones que se hicieron en ese mismo mes, por 30 mil 234 millones de dólares, se tiene que en enero de 2014 hubo un déficit comercial de 3 mil 195 millones de dólares, que se compara desfavorablemente con el déficit de 2 mil 84 millones de dólares registrado en enero de 2013.
Las importaciones, en enero de 2014, crecieron 0.3%.
Es decir, el déficit comercial –importaciones mayores a las exportaciones– de enero de 2014 fue 12% superior al de enero de 2013.
Primera mala noticia, pues indica debilidad en el principal motor de la economía nacional, que son las exportaciones.
Sin embargo, el tamaño del déficit o del superávit, con todo y lo importante que es, es menos relevante que el ritmo de crecimiento de las exportaciones y, aun, de las importaciones.
Así, vale resaltar que si en términos anuales –enero 2014 contra enero 2013–, las exportaciones cayeron -1%, en términos desestacionalizados, es decir, comparando un mes contra el mes anterior –previo descuento de los efectos estacionales y de calendario–, se tiene que en enero de 2014, el monto monetario de las exportaciones de enero fue menor en 3.22% al de diciembre de 2013.
En términos anuales, en diciembre de 2013 se registraron exportaciones por 32 mil 086 millones de dólares; en enero de este año fueron de 27 mil 039 millones. Una diferencia de 5 mil 047 millones de dólares, o el 15.73% menos, nominales, en enero de 2014 que en 2013.
Si se desagregan los datos oficiales, la fotografía es peor: de las exportaciones totales, las exportaciones petroleras en enero de 2014 (3 mil 831 mdd) fueron 15.8% menores a las de enero de 2013. Las no petroleras –que son la punta de lanza de la economía nacional–, por 23 mil 208 millones de dólares, apenas crecieron un 2%.
Entonces, a la información sobre la balanza comercial –una caída significativa de las exportaciones–, es pertinente agregar los datos oficiales anteriores, sobre otros indicadores, para dar cuenta cabal de cómo va la economía al inicio del año.
A principios de este mes, también el INEGI dio cuenta de una de las caídas más fuertes (-15.55%) del Índice de Confianza del Consumidor, que se ubicó en los 84.5 puntos. Niveles sólo comparables con los meses más duros de la crisis financiera internacional, en 2008 y 2009.
De los registros alcanzados en enero de 2014, de cada uno de los componentes de dicho indicador –todos a la baja–, se desprende que en los hogares mexicanos se considera que su situación económica actual está peor que hace un año y que dentro de 12 meses será aún más mala.
Respecto a la situación de la economía del país, igual: creen que hoy está peor que hace un año, y que estará peor dentro de12 meses.
El componente del Índice de Confianza del Consumidor que prácticamente se desplomó es el que indaga entre los encuestados –en 2 mil 336 viviendas, en 32 ciudades, de todas las entidades federativas– si en el momento actual están en posibilidad de comprar bienes durables, como muebles, televisores y electrodomésticos, entre otros.
Ese subíndice cayó -22.94%, respecto a enero de 2013, para ubicarse en los 63.9 puntos, que es el nivel más bajo de los últimos 41 meses, es decir, desde julio de 2010, cuando se ubicó en los 63.2 puntos.
Es decir, la gente no está dispuesta a gastar en durables ahora porque no tiene dinero, y si lo tuviera, no lo gastaría, pues después de un año malo, viene otro peor, según su percepción.
Finalmente, respecto de las manufacturas, el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) dio cuenta, a principios de este mes, de que su “Indicador IMEF Manufacturero” –que permite anticipar la dirección de la actividad manufacturera del país– registró en enero una baja de 0.7 puntos respecto de diciembre, para ubicarse en 47.9 puntos, por abajo del umbral de 50 puntos.
Cuando el indicador está arriba de ese umbral, significa expansión; si está por debajo, es contracción.
En resumen: la caída en las exportaciones, el desplome de la confianza del consumidor y la debilidad de la industria manufacturera, dan cuenta de que la economía nacional, al inicio de 2014, sigue sin levantar.
Y uno de los efectos más visibles de ello, es la pérdida de empleos.
Si bien a nivel nacional la tasa de desocupación bajó de 5.42% de la Población Económicamente Activa (PEA) en enero de 2103 a 5.05% en enero de 2014, la tasa de desempleo urbano, que es un indicador más preciso del mercado laboral del país– subió de 6.37% de la PEA en enero de 2013 a 6.52% en enero de este año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario