Un
Presidente ignorante
Por: Sanjuana Martínez - septiembre
23 de 2013
¿Son pifias, ignorancia o
enfermedad?… El recuento de las pifias de Enrique Peña Nieto nos revela que se
trata de un hombre con poca cultura y un déficit importante de atención. Los
especialistas sabrán evaluar si el inquilino de Los Pinos padece alguna
enfermedad, desorden o trastorno. Con la información que tenemos, podemos
señalar que Peña Nieto muestra un comportamiento limitado en sus capacidades
intelectuales. Los ejemplos abundan y no pueden seguir siendo tomados como
simples pifias o lapsus mentales. Es un problema de Estado. Un hombre que
dirige los destinos de un país está obligado a tener un alto nivel de
educación. No debemos conformarnos con alguien que demuestra una ínfima
preparación para realizar su encomienda. El último “lapsus” de Enrique Peña
Nieto sucedió en Monterrey. Estaba dando un mensaje durante la inauguración del
centro industrial Ternium y dijo: “Quiero saludar a los titulares de los
Poderes Legislativo y Judicial de esta entidad. Al señor Comandante de la
Región Militar aquí en el estado de Monterrey de esta región del norte del
país”.
¿Estado de Monterrey?… ante las
burlas en las redes sociales, la Presidencia de la República editó el discurso
para eliminar el error a pesar de que los discursos generalmente son subidos de
forma íntegra a la web de Presidencia. Estamos hablando de errores de educación
elemental. Las capitales de los estados son estudiadas desde la primaria. No es
el primer error de Peña Nieto en este rubro. El 3 de abril confundió la capital
de Veracruz durante la inauguración del Foro “México educación de calidad para
todos”, y cuando se refirió al alcalde de la ciudad de Boca del Río aseguró que
esa era la capital de Veracruz.
El 30 de mayo sucedió algo similar
durante la inauguración de la Expo Canitec 2013: “Vamos a trabajar precisamente
para que demos una atención pronta e inmediata y logremos que el 100 por ciento
de los habitantes del estado de Tijuana…”.
Dentro de sus errores recurrentes,
además de confundir las capitales de los estados o ignorarlos, se encuentra el
cambiar de nombre a las personas. Durante la Cumbre de la Celac en Santiago de
Chile, Peña Nieto rebautizó al Presidente Sebastián Piñera a quien llamó
Sebastián Piñeras y Sebastián Piñeiras.
Peña Nieto confunde incluso a los de
su grupo. El pasado 22 de enero, se reunió con los miembros del PRI y el PVEM
en el Senado de la República, y se equivocó al mencionar apellido del
coordinador de su partido, Emilio Gamboa Patrón, a quien llamó Emilio
Beltrones: “Me quedé en la anterior legislatura, vamos muy rápido, señor
senador”, dijo a modo de disculpa con su anfitrión Emilio Gamboa Patrón.
También le cambio el nombre al
presidente chino Xi Jinping. Durante la ceremonia oficial de recibimiento en el
Campo Militar Marte, dijo: “En nombre de los Estados Unidos Mexicanos es un
honor recibir hoy al Presidente de la República Popular China Juan Yin Juan
Yin”, fue el mensaje pronunciado por el gobernante mexicano, lo que a primera
instancia se interpretó como una confusión en el nombre de visitante. Ante las
burlas en redes sociales, Francisco Guzmán, coordinador de asesores de la
Presidencia, dijo que “Huānyíng, Huānyíng significa “Bienvenidos” en Mandarín”.
Los errores de Peña Nieto han pasado
a la antología de disparates de mandatarios como cuando el 16 de enero le
cambio el nombre al Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) y
Protección de Datos, durante la declaración pública de su patrimonio: “Con la
ampliación de facultades del instituto de información y de acceso… de
información y de acceso a la opinión publica de… toda la información disponible
para la ciudadanía desde el gobierno… el IFAI”. Un día después, el 17 de enero
se equivocó cuando mencionó el año de fundación de la estado de Hidalgo,
durante su conmemoración del 144 aniversario: dijo que fue en 1969, en lugar de
1869: “Desde esta plaza, erigida en memoria del Benemérito Juárez, del
Benemérito que fuera, justamente, quien en 1969 justamente, ayer se cumplieron
144 años de la erección del Estado de Hidalgo”. El Ejecutivo deja en vergüenza
a todos los mexicanos cuando viaja y exhibe su falta de preparación. En
Londres, durante una conferencia magistral organizada por la Chatam House, Peña
Nieto dijo ‘suscribido’ y ‘partenecer’: “México ha suscribido ya su interés por
partenecer también, o suscrito más bien su deseo de participar en un acuerdo de
similar alcance para el intercambio de información informática…”.
Y como olvidar sus intervenciones en
inglés. Allí está para la posteridad ese video en youtube subido el 15 de
diciembre del 2011 o cuando una periodista le hace una pregunta en inglés y el
dice: “Deje escuchar la traducción”, se pone el audífono y pide que le repitan
la pregunta y responde visiblemente nervioso: “Es una pregunta de carácter
financiero y técnico, yo tendría una respuesta de orden general en esta materia
que tiene que ver con los mercados financieros, con el tipo de cambio, política
monetaria de los que se ocupa los bancos centrales. Son temas en los que el
presidente y particularmente no va a opinar”. Tampoco sabemos si Peña Nieto
tiene problemas de dicción o sencillamente está medicado y no puede pronunciar
correctamente las palabras durante los discursos. La última ocasión durante su
informe que no pudo pronunciar bien las palabras: “frijol, forjar ni ingresos”.
Ante los errores, pifias o muestras de ignorancia de Peña Nieto, la Presidencia
de la República intenta ocultar el sol con un dedo, hace llamadas a los medios
de comunicación para intentar censurar las críticas o la exhibición de los
videos e incluso las crónicas que abordan las graves meteduras de pata del
mandatario. Incluso hay periodistas que han sido despedidos por informar al
respecto, como el caso de la periodista veracruzana Veronica Danell, quien fue
despedida de Mega Noticias por transmitir el video en el que Peña Nieto decía
que Boca del Río era la capital de Veracruz. La comunicadora fue despedida por
órdenes del Gobernador Javier Duarte a través de su polémica vocera Gina
Domínguez. Es imposible ocultar la falta de cultura, preparación y educación de
Enrique Peña Nieto. Sus problemas se convierten en asunto de Estado. La salud
mental del Presidente y su nivel de educación son cuestiones trascendentales y
deben ser públicos. El señor intenta justificarse diciendo que “el Presidente
de la República a veces se equivoca”. Pero desde que confesó en la Feria
Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) no saber los títulos ni los
autores de tres libros, Peña Nieto no da una. Ya lo dijo Carlos Fuentes:
Enrique Peña nieto puede leer o no, “pero a lo que no tiene derecho es a ser
Presidente de México a partir de la ignorancia. Los problemas exigen un hombre
que pueda conversar como par con Barack Obama, Angela Merkel o Nicolas Sarkozy,
y no es este el hombre capaz de hacerlo”. Qué razón tenía nuestro gran escritor
Carlos Fuentes. Este señor no es capaz de hacerlo. Los errores de Enrique Peña
Nieto son cada día más comunes y no hay poder absoluto ni autoritario que pueda
censurarlos. Su falta de capacidad es dominio público. La cuestión aquí es
saber si los mexicanos queremos un Presidente con o sin inteligencia.
@SanjuanaMtz Facebook: Sanjuana Martinez www.websanjuanamartinez.com.mx
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/23-09-2013/17660. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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