lunes, 9 de septiembre de 2013

El Pinochet mexicano





María Teresa Jardí

“Jamás hubo semejante posibilidad de conocimiento y semejante probabilidad de oscurantismo”
Boris Ryback

Peña regresa de la reunión de G20 a obedecer al amo de manera apresurada por lo que toca también a la reforma fiscal, que va a permitir hasta los desahucios a las personas dueñas de casas y departamentos por parte de los bancos. Como se ha hecho en España desde la llegada de Rajoy produciendo una ola de suicidios.
Entre otros males, como el aumento del IVA en medicinas y alimentos, lo que viene con la apresurada, también, reforma fiscal, es el otorgamiento “legal” a los bancos para que recuperen, sin pasar ni siquiera ante un juez donde el afectado pueda defenderse, las casas en el caso de lugares como Yucatán y los departamentos en casos como el Distrito Federal. Para que recuperen los bancos los bienes inmuebles comprados a crédito, en particular los de interés social, lo que se va a aprobar es el despojo por parte de los banqueros rescatados aquí por los mismos a los que se les quitará el único lugar que tienen para sobrevivir.
Los que coleccionan inmuebles no son los pobres. Los ricos, aliados a los banqueros, son los que los coleccionan como si se necesitara más de un lugar para vivir y como si nunca fueran a morirse ni los humanos a desaparecer, a pesar de los esfuerzos depredadores que hacen los mimos impresentables en agravio de un planeta generoso que no merece a los seres que a pesar del apelativo de humano se han convertido en inhumanos, incluso en contra de los de su misma especie. Ni los más fieros animales se comen entre ellos. Pero a los humanos actuales lo anterior se va convirtiendo también en característica del oscurantismo que curiosamente se apodera del mundo, como dice Ryback, en el momento en que las posibilidades de conocimiento, merced a la tecnología, son inmensas. Pero tecnología también manipulada por las mafias que se han adueñado del poder a lo largo y ancho del planeta ya casi por completo.
El negocio inmobiliario ya se sabe que es también un gran negocio y al primer mes en que por no tener trabajo no pueda abonar la renta a los usureros de cuello blanco que son los banqueros les quitarán sus casas. Usureros que son parte del sistema y a los que mantienen los pobres futuros desahuciados a la mexicana. A pesar de que a costillas del pueblo, o más bien de los pueblos, viven y defecan sus caras comidas, porque la mayor parte de los bancos incluso son transnacionales y los banqueros de cualquier nacionalidad: multimillonarios.
Regresa Peña del G20 a cobrar venganza en contra de los mexicanos pobres también por el repudio público infligido por Obama obligándolo a sostener una conversación telefónica estando ambos en el mismo sitio. En el supuesto de que así haya sido. Porque también puede ser que ni la conversación se haya dado entre Peña y el presidente gringo. A pesar de haber sido espiado por ese, también, impresentable individuo, que a pesar de ser el primer presidente negro de los Estados Unidos de Norteamérica, se ha conformado con jugar solamente el triste papel de policía de mundo.
Regresa Peña a reprimir y ahí está Guerrero como ejemplo.
Regresa a continuar cobrando venganza incluso de lo que se puede decir que se ha hecho el mismo. Porque siendo indignante que se te espíe en tu vida privada, quien no tiene nada que ocultar, como en el pasado decían los abogados defensores de presos políticos de la década de los setenta, no tiene porqué temer el ser escuchado, añadiendo que había siempre que recordar que los delincuentes eran ellos, no nosotros. No pasamos pocas horas Carmen Merino y yo hablando en catalán de chorradas y riendo a carcajadas al pensar que si nos escuchaban, para empezar, necesitarían un traductor adecuado y además no entenderían nada de nada.
Me sumo, como Manú Dornbierer, al rechazo del INAH a la propaganda goebbeliana del PRI.
Hoy todos a la marcha convocada por AMLO contra las reformas del Pinochet mexicano

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