viernes, 2 de agosto de 2013

Salinas de Gortari ¿El poder detrás de los Zetas ?

Rey por un sexenio o el poder detrás de los Zetas

Imagen del video que recuperó el Blog del Narco
(Adevertencia: el video fue retirado de Youtube, pero se agregó la imagen recuperada por el Blog del Narco y tratada por LA Press, con el único criterio de que se conozca fuera de México sobre la realidad de estas masacres).
Por Guadalupe Lizárraga
LOS ÁNGELES, California.-Ya analizaba Susan Sontag el espectáculo que era la muerte en las guerras. Pero ver un video sobre los cuerpos mutilados, escuchar la voz de la persona que graba tales atrocidades y distinguir las figuras grotescas ensangrentadas, apocalípticas, simplemente nos lleva a pensar que esa situación nada tiene que ver con lo humano. Reparar en que esa escena es también México, es nuestro presente, genera un vacío mental ante la pregunta ¿dónde nos perdimos? ¿Dónde soltamos la rienda de la razón y la moral?
Y es entonces que una chispa de luz aparece con una fecha y una época clave: 1994. ¿Cómo surgieron los Zetas, que ahora son el comodín del gobierno para su propia impunidad y la justificación irresponsable ante un estado fallido? ¿Cuáles son los orígenes de esos criminales? ¿De dónde surge este grupo de narcotraficantes desquiciados y con el poder de quién?
Los Zetas fueron creados por Carlos Salinas de Gortari, con el supuesto propósito de aplacar el levantamiento zapatista en Chiapas, en 1994. En ese entonces se trataba de un grupo de militares con asesoría y entrenamiento de elite por Estados Unidos, Israel y Francia. Según la información de la Procuraduría General de la República, 40 integrantes se escindieron del grupo y formaron la organización criminal, que ha ido creciendo y cobrando fuerza al recoger a militares y policías judiciales que por sus crímenes ya no pueden estar dentro de las fuerzas del Estado mexicano.
La información se ha ido actualizando y se especula que el reclutamiento de jóvenes y migrantes es cada vez más frecuente e intenso para enfrentar la disputa por los territorios del mercado de la droga, principalmente en Tamaulipas, Nuevo León y Coahuila. Pero también se dice que el cártel recluta civiles criminales que no tienen cabida ya en la sociedad, como es el conocido caso de Sergio Rafael Barraza Bocanegra, asesino confeso de la joven Rubí Marisol Freyre y de su madre Marisela Escobedo. Esta última fue asesinada con arma de fuego, pero su hija fue cortada en pedazos, como las imágenes del video. Barraza fue encontrado en Fresnillo, Zacatecas, por la propia Marisela Escobedo y denunciado ante las autoridades de Chihuahua. Sin embargo, ni la fiscal Rosa María Sandoval, quien recibió la denuncia directamente de Escobedo, ni los tres jueces del sistema de justicia penal chihuahuense lo encarcelaron, pese a su confesión, y hoy se le identifica como un Zeta líder de esa zona geográfica.
Pero ayer, 15 de mayo, aparecieron mantas de la supuesta autoría de los Zetas deslindándose de la masacre y pidiendo a las autoridades de Nuevo León que se pusieran a investigar. El video fue subido ayer mismo y retirado de Youtube a las pocas horas.
Protesta en 2005 por la liberación de Raúl Salinas del reclusorio Almoloya de Juárez Foto: Gustavo Graf /Proceso
Desandar las huellas de sangre
Desandar las huellas de sangre de todos estos años nos lleva a los hermanos Salinas de Gortari. El fallecido periodista Manuel Gutiérrez Oropeza, en su investigación publicada en 1995, bajo el sello editorial Travesía, Raúl Salinas, "El hermanísimo", sobre las andanzas de los hermanos Salinas de Gortari nos arroja luz para elaborar ciertas hipótesis con grados certeros de plausibilidad. En el capítulo seis titulado “Rey por un sexenio”, dice textual que las desmezuradas ansias de poder llevaron a Raúl Salinas de Gortari a entablar relaciones con los grandes capos de la droga.
Reproduzco el siguiente fragmento escrito por Gutiérrez Oropeza en 1994:
“La DEA, organismo norteamericano de la lucha contra el narcotráfico, lo ha ligado con Juan García Ábrego, el dirigente principal del Cártel del Golfo y contra quien se ha girado una encarnizada persecución estos días. Un excolaborador de la PGR, el periodista Eduardo Valle, “El Búho”, declaró que Raúl tuvo lazos directos con el jefe del narcotráfico en Chihuahua y Coahuila, con algún mando sobre Tamaulipas y Nuevo León, llamado Francisco Guerra Barrera.
En octubre de 1990, versiones periodísticas en un diario regiomontano informaron, cuando fue detenido Juan Nepomuceno Guerra, capo del Cártel de Matamoros, que éste y Raúl fueron socios en la construcción de un parque industrial.
El diario norteamericano The Mexico Report también informó de acciones de narcotráfico ejecutadas por Raúl Salinas entre México y los Estados Unidos en la zona comprendida entre Piedras Negras, Coahuila y Eagle Pass, Texas. Pero éste siempre lo negó todo. Lo más que admitía era que usaba el nombre de su hermano Carlos para destacar. En una ocasión dijo al político de oposición Heberto Castillo:
–Reconozco que tengo un peso específico por la fortaleza que la figura presidencial representa en este país.
Y confesó:
–Muchas veces he tenido la debilidad de dejarme llevar por una cuestión vanidosa, de cierta presunción y he permitido qu eme den un trato especial por ser hermano del presidente.
En efecto, gracias a eso armó infinidad de negocios. Y una incalculable fortuna. Lo curioso es que, hasta ahora, la Procuraduría General de la República, no lo ha acusado de ningún acto de corrupción o fraude. Y eso que están documentados un sinfín de delitos.
Quizá la primera acusación pública que recibió Raúl Salinas, en México, corrió a cargo de la articulista Manú Dornbierer. La también escritora publicó en un diario capitalino en junio de 1991 que Raúl y Enrique –el primero y el penúltimo de los hermanos Salinas de Gortari– habrían obtenido el 50 por ciento de la concesión del Hipódromo de las Américas, por un lapso de 25 años. Raúl fue a ver a la escritora y, en forma amable y cometida, le dijo que no eran verdad los datos que ella dio a conocer. Aún así la periodista anunció que, por lo que restaba del sexenio, se retiraría de su actividad de articulista.
Sin embargo, Manú Dornbierer ha seguido con sus acusaciones y ahora ha denunciado que Raúl se asoció con los Hank (González y Rhon) en la empresa aérea Taesa. Pero Alberto Abed asegura que él es el único dueño.
La riqueza de Raúl se incrementó cuando invirtió en ganadería y en caballos finos, usando para ello fondos del erario. Cuando fungió como intermediario en la venta de paraestatales, en la privatización de los bancos y en la adjudicación de contratos de Petróleos Mexicanos, se dice que aprovechó esta circunstancia para erigirse como socio importante –a nombre de su hermano Carlos– en varias de las empresas estatales que puso en venta de la administración salinista, relacionadas con la telefonía, la televisión y la banca.
Se ha involucrado en diversas áreas de producción, lo mismo como socio de la planta Mercedes Benz en Nuevo León –junto con Jorge Hank Rhon– que fundador de la empresa Ardimex, con la cual hizo lucrativos negocios con presupuesto del Pronasol”.
Gutiérrez Oropeza concluye su capítulo con la narración pormenorizada de las propiedades y empresas adquiridas en Nuevo León por Raúl Salinas de Gortari, así como de su interés en llegar a la gubernatura de esa misma entidad, pero los empresarios regiomontanos se quejaron con su hermano presidente. ¿Qué pasaba con las investigaciones del narcotráfico?
El paso de la heroína proveniente de Colombia hacia los Estados Unidos por Tamaulipas, en 1995, fue sólo uno de los negocios turbios del hermano del expresidente. Y por ese mismo periodo, se dieron a conocer los bancos en Estados Unidos, propiedad de políticos mexicanos, como el Texas Comerce Bank of Houston y el Laredo Nacional Bank, éste último de Carlos Hank Rhon, también relacionado con el narcotráfico junto con su hermano el ex alcalde de Tijuana, Jorge Hank. Todo es información pública.
En El segundo disparo, la narcodemocracia mexicana, (Ed. Océano, 1995) un informe publicado por el fallecido Eduardo Valle, el Búho, dirigido a Jorge Carpizo, titular de la PGR, con fecha del 5 de abril de 1993, da cuenta “del crecimiento de grandes empresas binacionales como las de transporte pesado, propiedad de los García Cárdenas (familiares de Juan Nepomuceno Guerra y de Juan García Ábrego). Así como la actividad de empresas constructoras, entre éstas la propiedad de José Carretero Carva, propietario del diario El Bravo, beneficiado directamente de la elección de Tomás Yarrington como presidente municipal de Matamoros”.
El Búho precisa detalles sobre las propiedades adquiridas por el narcotraficante y de su relación con los agentes aduanales más influyentes como Nicolás Alvarado, y sobre las ejecuciones múltiples que ya se intensificaban en Nuevo Laredo, Laredo, Río Bravo y Reynosa.
También señala en el reporte que el grupo de choque del cártel del Golfo, dirigido públicamente por García Ábrego, “es numeroso, extramadamente violento, impune y sirve para proteger las bodegas, pistas, transporte de estupefacientes y, también como gatilleros y asesinos”. Y abunda que el hermano del presidente Carlos Salinas de Gortari fue visto con el segundo jefe operativo del cártel, Francisco Guerra Barrera, el primero de agosto de 1994, según el testimonio escrito del sicario José Pérez de la Rosa, a quien le decían el "Amable". Y da copia de este reporte al expresidente Salinas de Gortari.
Sin embargo, mientras más investigaba Eduardo Valle, más sorpresas encontraba. Ya en su siguiente comunicación directa con Carlos Salinas de Gortari, le escribió sobre lo investigado y dice un fragmento textual (pag. 231):
“... Jorge Carpizo me llamó como su asesor personal y me encomendó investigar la organización criminal multinacional encabezada públicamente por Juan García Ábrego. Inicié mi trabajo el 28 de mayo y comencé actuar en el campo (Tamaulipas y Nuevo León) el 26 de junio de 1993.
Tres meses y medio después, estoy tocando las puertas de Linares y conozco sus negocios, pistas, ranchos, casas, nombre de su esposa y de sus amantes. La mayoría de sus vehículos personales (siete en una dirección, tres por la otra…).
Puedo intentar aprehender seriamente a García Ábrego. Lo puedo lograr. Pero en el trayecto me he encontrado con que esta organización disfruta de una inconcebible protección de altos funcionarios federales, estatales, municipales, jueces y periodistas. Y posee –al menos– tres teléfonos de la presidencia de la República (¡y lo sabe el gobierno de Estados Unidos!) a los que ha hablado Oscar Malherbe (sucedió a García Ábrego como líder del cárte) y de donde le han hablado al segundo hombre público de la organización criminal.”
En una segunda carta (página 233) el Búho señala directamente la responsabilidad de Carlos Salinas de Gortari por ocultar la información sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio y de mentir sobre los disparos. Y pone como prueba la fe ministerial del cadáver de Luis Donaldo Colosio. Se encuentra en la averiguación previa 739-94, firmada por el médico perito oficial Antonio Iván Muñoz Lara. Y el Búho escribe a Salinas:
“... Sí, don Carlos Salinas de Gortari: dos tiradores contra Luis Donaldo Colosio. Y usted lo sabía desde marzo de 1994. Usted cometió el delito, al menos, de obstrucción de la justicia; pues si bien ordenó investigar el crimen contra Luis Donaldo, y ése era su deber, ocultó sistemáticamente la prueba que demostraba la existencia de dos tiradores.
Usted, Carlos Salinas, capo di tutti capi, debe ser juzgado. Por ese delito, al menos, usted debe ser juzgado. Para comenzar a conocer las reales responsabilidades de los asesinatos políticos del año pasado. Uno, el de Luis Donaldo, esencialmente político. Y el otro, el de José Francisco Ruiz Massiue, en donde se mezclan la política, la narcopolítica y el dinero de Juan García Ábrego en Punta Diamante. Podría averiguarse el papel de Abraham Rubio Canales en este asunto.”
El Búho hace alusión a Rubio Canales porque es compadre del ex dirigente sindical petrolero Joaquín Hernández Galicia, La Quina, y consuegro de Raúl Valladares de Ángel, lugarteniente de Juan García Ábrego. En ese tiempo, el gobierno mexicano, representado por Carlos Salinas de Gortari puso precio a la cabeza de García Ábrego, Y y lo dio a conocer mediáticamente como el jefe del llamado cártel del Golfo, que controlaba el paso de la droga en el oeste mexicano. Aunque no incriminó a su hermano.
Los Zetas son la escisión efectivamente de este cártel, pero surgieron con los hermanos Salinas de Gortari, y con otros propósitos que claramente han sido manipulados por los medios, las autoridades de ambos países y los directamente responsables.
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