Escribe: José Antonio Lara Peinado
.Ante el inminente debate que está por venir valdría la pena preguntarnos acerca de aquello que simbólicamente representa el Petróleo para los Mexicanos, considero que la discusión no solo parte de lo Neoliberal-Político, propongo analizarlo desde lo emocional-simbólico.
El mundo actual ha roto el sentido de humanidad del hombre, es el dinero, los bienes materiales, la posesión y el consumismo los nuevos valores impuestos por el Neoliberalismo al Ser, los representantes de este Neoliberalismo, llámense empresarios, gobernantes y políticos, han adoptado discursos hipócritas para engañar y vender, es decir, sus discursos parecen sostenerse desde presupuestos de buena voluntad, (que les sirven para ofertar) aunque en el fondo lo prioritario es el dinero, que convertido en su nuevo dios, los vuelve cínicos y mercenarios.
Con más de 50 millones de pobres en este país (derivado de esta política económica) se plantea una reforma energética, aunque comprobado está que privatizar, vender y comercializar los bienes de la nación no ha hecho sino más ricos a los ricos y a los pobres más pobres.
En medio de esta cruda realidad, ¿Alguien se ha preguntado qué representa psíquicamente el Petróleo para los Mexicanos?, ¿Qué tiene que ver esto con la autoestima y la identidad? Me permito dos respuestas y una conclusión.
1.- El Mexicano tiene una larga cadena de pérdidas; a manos de Españoles los pueblos originarios perdieron identidad, lenguaje, cultura, el genocidio no solo derivo en saqueo, esclavismo y violaciones, también derivó en la construcción psíquica de que se nos puede arrebatar, robar, ultrajar, en la triste idea de que el Mexicano solo sirve para servir, para obedecer, la independencia dejó otro vacio, los indígenas, el pueblo en general siguió viviendo en las mismas condiciones, la revolución nuevamente dejó ver una ilusión, pero otra vez los pobres siguieron siendo pobres, en esta larga cadena de duelos (que en el aquí y ahora nos pesan emocionalmente), aparece Cárdenas con la expropiación petrolera, por primera vez en el inconsciente del Mexicano se construye una idea que permite pelear con los fantasmas del pasado, el Mexicano le arrebata a los extranjeros lo que de sí le pertenece, el Mexicano por primera vez gana, no una batalla, o un partido de futbol, el Mexicano gana ese oro negro, con el cual se identifica, simbólicamente el Petróleo aparece como una revancha del Mexicano, por eso la gente salió a la calle, por eso llevó gallinas, dinero, lo que fuera, porque lo trascendental no era lo económico, era y es simbólicamente, el cobrarnos una deuda emocional, después de tantas muertes, saqueos, robos y violaciones.
La expropiación petrolera se convierte pues en un mito, y como tal, permite una cohesión entre el psiquismo y la realidad, es decir, permite explicar y justificar algo del sufrimiento del Mexicano.
Lamentablemente el síndrome de chingado y conquistado, aparece en los directivos, dirigentes sindicales y gobiernos en turno, que convertidos en los nuevos saqueadores del pueblo, roban, y llevan a la quiebra a PEMEX, de manera por demás patológica utilizan esa aparente quiebra que ellos provocaron para justificar nuevamente la intervención extranjera, estos sujetos que carecen de figura materna no les importa en lo más mínimo lo que representa simbólicamente el Petróleo, bien por el contrario, estos genocidas modernos no tienen patria ni identidad, su madre es transnacional y su padre Neoliberal.
2.- En torno a la segunda pregunta, los pueblos requieren elementos simbólicos que les permitan cohesionarse para construir identidad, esa identidad tiene que ver con la autoestima y el bienestar social, el amor a nosotros mismos no pasa solamente por lo que nuestros padres introyectaron en nuestra psique, también pasa por lo que históricamente sabemos de nosotros, de la comunidad y del país en donde nacimos, en México se han encargado durante décadas (los mismos que ahora proponen la reforma energética) a contarnos la historia de los vencedores, de los saqueadores, es decir, llevamos más de quinientos años escuchando una historia en donde siempre perdemos, eso golpea directamente a nuestra autoestima como personas y como pueblo, ahora nos vienen a decir, que son los extranjeros los que van a venir a salvarnos, los que nos van hacer competitivos, estos discursos no hacen sino reforzar la idea de que el Mexicano es incapaz de crear, producir, construir tecnología y desarrollo, lo que no dicen es que el aparente atraso de la industria petrolera en este país no es por culpa del pueblo, es por culpa de los directores, secretarios generales del sindicato, gobiernos en turno, que son los directamente responsables de lo que le pasa a la empresa.
Conclusiones.
El tema del Petróleo no debe de discutirse únicamente desde lo económico-político, es pertinente abrir la discusión también desde lo psíquico –afectivo, nos queda claro que para los nuevos conquistadores de los mercados emergentes, hablar de nacionalismo, identidad, afectos, es algo fuera de moda, caduco e intrascendente, sin embargo dadas las circunstancias actuales del país eso que para ellos es intrascendente, es lo único que puede sacar a México del atraso en el cual los nuevos genocidas del pueblo nos han metido.
La huella psíquica que representó en los Mexicanos la expropiación petrolera, no es algo que haya que echar por la borda, es tiempo de apostarle a los jóvenes, pueblo e investigadores nacionales, la esperanza de construir el futuro con el oro negro, el Mexicano es capaz, trabajador, a diferencia de los políticos en turno, que son corruptos y cínicos, el pueblo, los pobres, han demostrado que es posible salir adelante, desechar lo que simbólicamente le permite al Mexicano construir su autoestima social, no solo provocará una sociedad deprimida, provocará una sociedad que desquite con sus semejantes la frustración de saberse otra vez robados por los extranjeros y políticos que como Porfirio Díaz se sienten de cualquier otro país menos de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario