domingo, 2 de junio de 2013

Con Mancera o a pesar de Mancera




Jaime Avilés



Miguel Angel Mancera, encargado de despacho del Gobierno del Distrito Federal, tendrá hoy una dura jornada de trabajo... en Tijuana y Ensenada, donde apoyará a los candidatos del PAN-PRD-PANAL-PEBC (Partido Estatal de Baja California) a las alcaldías de ambos municipios. 

    Mientra realiza esta vergonzosa gira, acatando las instrucciones de su jefe supremo, el ínclito Marcelo Ebrard Casaubón, la ciudad de México empieza a descubrir las terribles consecuencias de las políticas en materia de seguridad que el propio Ebrard aplicó, primero como titular de la policía capitalina durante el sexenio de AMLO, y después, como sucesor de éste al frente del GDF. Es decir, la irrupción de poderosos cárteles que hasta ahora habían actuado fuera de la capital del país.

    Que ya estén aquí, tal como lo dice inequívocamente el levantón de una docena de jóvenes de Tepito el domingo pasado en la Zona Rosa, es algo que debemos agradecerle a Ebrard antes y después que a nadie

    Con el aparentemente “noble” propósito de combatir la prostitución callejera, para beneficiarse en realidad de la especulación inmobiliaria en el Centro Histórico, Ebrard y su prusiano jefe policíaco, Manuel Mondragón y Kalb –hoy empleado de Peña Nieto-- destruyeron las organizaciones autogestivas de sexoservidoras y travestis que había en la Merced y la calzada de Tlalpan, creando, a sabiendas o por ineptitud, un vacío de poder que de inmediato fue llenado por fuerzas exógenas.

    Bajo el falso y puritano concepto de que el mercado del comercio carnal puede y debe ser suprimido para evitar la esclavitud de mujeres y niños, Ebrard y Mondragón y Kalb declararon la guerra a grupos que promovían la salud sexual y reproductiva mediante cursos y distribución masiva de condones, y al mismo tiempo luchaban contra la trata fomentando la conciencia de clase entre quienes, como millones de personas en otros rubros, se ganan la vida con su cuerpo.

    Pese a lo que digan nuestras conspícuas feministas –que a la hora de la hora sacan el cobre para apoyar a mujeres tan corruptas como Esther Orozco, la fatídica ex rectora de la UACM-- en el ámbito del trabajo sexual forman amplia mayoría las personas que se dedican a estas actividades por vocación, por voluntad propia, por tradición familiar, o porque no tienen alternativas para sacar adelante a sus hijos, pero que invariablemente caen en las garras de explotadores que se enriquecen a sus costas.

    Que el auge del crimen organizado haya incrementado exponencialmente los secuestros de niñas y jovencitas obligadas a prostituirse, no es sino otro de los horribles productos de un complejo y ya bien conocido diseño, elaborado en Washington y desarrollado aquí, para consumar el desmantelamiento del Estado nacional y la reconversión del país en territorio al servicio de los intereses militares estratégicos del Pentágono.

    Pero ante un hecho consumado como éste, las propuestas de las organizaciones que buscan la liberación personal y colectiva de sexoservidores de ambos géneros, deberían ser adoptadas como parte de una política de salud pública. En otras palabras, los agentes del orden deberían perseguir a padrotes y madrotas, no a sus víctimas, y mucho menos a quienes intentan ayudarles a entender que el producto de su trabajo les pertenece íntegramente.

    Así las cosas, mientras aumentan los negocios del Centro Histórico que pagan derecho de piso, o cierran sus puertas, y se multiplican los atracos a mano armada y las balaceras en la vía pública –eso que deseó con toda su alma Felipe Calderón para justificar la militarización de nuestras calles-- la figura de Miguel Angel Mancera se derrumba ante los errores que comete a diario, su falta de reflejos para reaccionar con prontitud y su carencia de autoridad sobre un gabinete de gobierno que no nombró y que actúa en su contra, para beneficiar al PRI y desde luego a Ebrard.

    Pero recapitulemos. El primero de diciembre pasado, Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, el secretario de Seguridad Pública, nada menos que Mondragón y Kalb que ese día saltó sorpresivamente del GDF a Los Pinos, así como el mismísimo Ebrard que seguía siendo (bueno, aún sigue siendo) titular del gobierno capitalino, montaron una provocación mayúscula que a todos nos tomó por sorpresa.

    Halcones disfrazados de “anarquistas” se desprendieron de las murallas de policías antimotines desplegadas en torno del Palacio Legislativo, y comenzaron a lanzar bombas molotov, piedras y otros proyectiles contra ellos, para que los gorilas cargaran contra miles de jóvenes que protestaban pacíficamente. 

    Mancera asumió (simbólicamente) cuatro días después. En ese lapso, el presidente del Tribunal Superior de Justicia del DF, Edgar Elías Azar –un guerrerense adscrito al cacicazgo de Rubén Figueroa-- movió sus hilos en las tinieblas de los juzgados penales para fincarle toda clase de delitos a muchas personas inocentes que cayeron presas en el Centro Histórico cuando Ebrard ordenó a la policía: “agarren a todos los que puedan”.

    Así, no lo olvidemos, con todo en contra, Mancera utilizó los recursos a su alcance y al mes y pico de los disturbios no quedó un solo detenido en la cárcel. En forma simultánea se hizo cargo de la crisis en la UACM y con suavidad, apoyándose en los estudiantes y maestros que constituyen el nuevo Consejo de la institución, favoreció el ascenso del doctor Enrique Dussel a la Rectoría en lugar de la bruja Escaldufa. Y ahora la UACM va muy bien. 

    Estas son las dos palomitas que se ha anotado, y muy merecidamente, nuestro inexperto encargado de despacho, pero que se han diluido frente al bosque de taches que marcan sus pifias, su falta de autoridad y de carácter. ¿Sabrá Mancera que ahora las patrullas de la policía circulan de noche con las luces apagadas y en sentido contrario? ¿Sabrá que numerosos ciclistas han sido detenidos, extorsionados y liberados por agentes del Centro Histórico, que amenazan con llevárselos presos si amarran su bicicleta a un poste?

    ¿Sabrá Mancera que en la avenida Miguel Angel de Quevedo, unos vecinos colgaron una manta de protesta contra el delegado Mauricio Toledo y fueron detenidos por “vandalismo”? ¿Sabrá Mancera el nombre de su “aliado” que durante la presentación de un Concejo de no sé qué, introdujo en el salón a Marta Sahagún de Fox sin avisarle? ¿Se preguntará Mancera por qué en ese momento no tuvo los reflejos para mandar detener a la señora, como sospechosa de los múltiples crímenes que se le atribuyen? ¿Habrá despedido Mancera al inepto que anteayer, durante una reunión pública, olvidó reservar asientos en el presidium para 10 jefes delegacionales?

    ¿Se dará cuenta Mancera de la trascendencia negativa que puede llegar a tener su fracaso como jefe de gobierno? ¿Será capaz de convocar al pueblo del Distrito Federal al Zócalo para anunciar la destitución de su gabinete, la ratificación o el nombramiento de los cuadros leales a él y pedir un voto de confianza para sacudirse el yugo de Ebrard y si es necesario acusarlo penalmente por motivos que sobran y abundan?
    En pocas palabras, ¿poseerá Mancerá la capacidad de emular a don Lázaro Cárdenas cuando envió a Marcelo Elías Azar, perdón, a Plutarco Elías Calles, al destierro? Porque si no se siente capaz de actuar a la altura de las circunstancias, es mejor que renuncie: si lo hace ahora todavía podríamos celebrar nuevas elecciones y llevar a la jefatura del GDF a quien pueda salvar a la ciudad. 
    Bien lo sabemos. Si el fascismo que ya se adueñó del resto del país se apodera del DF, México estará condenado a convertirse inevitablemente en protectorado de Estados Unidos. Aquí, en la capital de la República Mexicana (mayúsculas retóricas porque nuestra república de hecho nunca existió como tal), mantenemos en pie el último bastión de la esperanza organizada y debemos defenderlo al costo que sea. Con Mancera, sin Mancera o a pesar de Mancera. 
     Por lo pronto, listo para la #MarchaSolemnePorLos49 niños que murieron quemados en la guardería ABC y que sacudirá al país el miércoles próximo, estaré en Twitter, en @Desfiladero132, por si ocupan. 

No hay comentarios:

Escándalos de Luis Mendoza Acevedo