martes, 19 de febrero de 2013

El sino de Orozco #UACM




Revocación en estudio
Ya debe muchas
Miguel Ángel Velázquez
E
l proceso para destituir a la señora Esther Orozco del cargo que ostenta hasta ahora como rectora de la UACM continúa, pese a sus dichos y los afanes de sus correligionarios, que buscan invalidar, desde antes de que se decida, la muy probable revocación del mandato que le confirió el Consejo Universitario.
Y al final de esta historia nadie será culpable de lo sucedido, sino la propia Esther Orozco, que se negó a aceptar la muy respetable idea con que se fundó la Universidad Autónoma de la Ciudad de México y pretendió hacer de ella una sucursal del pensamiento neoliberal.
Hoy las cosas no pintan nada bien para la rectora. El consejo que ella impuso, que fue el principal motivo de su debacle porque tampoco reconoció que sus aliados habían perdido la elección, quiere protegerla en justa retribución al obsequio que la señora Orozco trató de hacerles, pero lo malo es que ese grupo impuesto carece no sólo de reconocimiento en la UACM, tampoco es representativo de la comunidad universitaria para las autoridades del gobierno de la ciudad, ni para la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal.
Además es investigada por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal por haber cometido cuando menos un par de delitos calificados, de los que ya se ha hablado suficiente. Pero en respuesta, la señora Orozco culpa al gobierno de la ciudad de violentar la autonomía universitaria, que si no es un delito sí lastima profundamente la autoridad moral de los gobernantes.
Pero eso es tan falso como el título de licenciatura que la rectora decía tener colgado en una pared de la casa de sus padres en Chihuahua; en cambio, debe agradecerse que las autoridades no hayan actuado de otra manera que no sea su postura verbal frente al conflicto y su preocupación por el bienestar de la UACM.
Y es que, si alguien ha violado la autonomía universitaria es la propia Orozco. ¿De qué otra manera se podría interpretar que esta funcionaria hubiera incumplido con los requisitos que impone la casa de estudios para otorgar el mando de la rectoría? La señora Orozco engañó a la comunidad universitaria, y no sólo eso, hizo, según la denuncia ante la Procuraduría General de Justicia del DF, mal uso de los fondos que tiene la institución para subsistir.
Es mucha porquería la que carga esta señora sobre sus espaldas. El Consejo Universitario, que es reconocido por las autoridades que se encargan de otorgar el presupuesto a la UACM, muy probablemente la destituya. ¿Y luego qué? ¿Esther Orozco pretenderá acuartelarse en la casa de estudios? Quienes hablan de su manera de actuar casi juran que así será, porque no tiene límites y buscará que sea con otros métodos con los que la saquen de la UACM para hacerse víctima frente a una sociedad que hoy le da la espalda.
La señora Orozco ha mentido no sólo a los estudiantes y a las autoridades, también a la comunidad científica que confió en ella, lo quiera entender o no, y brindarle su apoyo sería tanto como convertirse en cómplices del engaño que se cometió en contra de quienes sólo quieren tener la oportunidad de estudiar para cambiar el rumbo de sus vidas.
El próximo miércoles, el Consejo Universitario legalmente constituido habrá de decidir si revoca o no el mandato a Orozco, pero aunque la decisión fuera en favor de la rectora, la pregunta es: ¿de qué manera podrá gobernar esa casa de estudios quien ha defraudado la confianza de toda la comunidad? Ya veremos.
De pasadita
Parece cosa de locos. Mientras miles de personas sufren por la falta de agua en la delegación Iztapalapa, bajo sus pies un mar de agua lista para su consumo humano espera a que el director del Sistema de Aguas de la Ciudad de México cumpla su palabra y la haga surgir de las entrañas de la delegación para ponerla en la tubería de las casas de aquellos lugares. ¿O será que Ramón Aguirre sólo soñó con ese mar que se ha convertido en pesadilla?

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