De la Redacción
Periódico La Jornada
Jueves 27 de septiembre de 2012, p. 5
El descontento de diputados priístas en torno a la reforma laboral no fue suficiente para incidir en la determinación de los representantes de ese partido en la comisión especial encargada de examinar esa iniciativa, quienes aprobaron en lo general el proyecto de dictamen que será votado en el salón de plenos.
Una muestra del rechazo al proyecto calderonista es una carta que envió el dirigente nacional del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Radio y Televisión (STIRT), Ricardo Acedo, a Carlos Aceves del Olmo, presidente del grupo de trabajo en San Lázaro.
En la misiva, el dirigente sindical apunta que más allá de ciertas bondades, la propuesta de iniciativa preferente enviada por Felipe Calderón a la Cámara de Diputados no sólo atentaría contra los fundamentos, la letra y el espíritu del artículo 123 constitucional y la actual Ley Federal del Trabajo (LFT), sino iría más allá y en los hechos abriría la puerta para desmontar todo el andamiaje constitucional que distingue al derecho social mexicano, del que forman parte los derechos laborales.
Acedo considera que la propuesta calderonista tiende a la precarización de todas las ramas y actividades del quehacer productivo, en una ruta que literalmente regresa al país a los debates de inicios del siglo pasado; es decir, al caldo de cultivo de las históricas huelgas de Cananea y Río Blanco, sin dejar fuera por supuesto la Revolución Mexicana y el legado del Constituyente de 1917.
La carta también considera que el país corre el riesgo de una regresión histórica bajo el ropaje modernizador, al convertir en virtud competitiva el abatimiento de los costos salariales que han prevalecido como clave de la política económica por décadas, pero yendo más allá al pretender legitimar y otorgarle carácter de ley al trabajo a destajo sin prestaciones, sin seguridad social y aun sin derechos frente al despido de los trabajadores.
La misiva señala que en la propuesta de Felipe Calderón nada se dice respecto de que el salario en tres décadas prácticamente ha perdido 80 por ciento de su poder de compra; nada se menciona, por supuesto, del crecimiento alarmante de la elusión y la evasión fiscal en lo relativo al pago de cuotas del IMSS y el Infonavit, que están en la base de la descapitalización crónica que vive de manera especial el Seguro Social.
Asimismo, el dirigente del STIRT reclama que en la propuesta calderonista se hace aparecer a los sindicatos y a las leyes laborales como rémoras y enclaves de premodernidad que es preciso remover o flexibilizar.
Le recuerda a Aceves del Olmo que “Felipe Calderón pretende olvidar en el texto que durante los gobiernos del PAN ha prevalecido no sólo la contención rígida de los salarios y la descapitalización de la política social y de sus instituciones, sino también la aplicación de una política antisindical abierta, descarnada y sin precedentes.
Es éste el transfondo del debate y, hay que decirlo, ese trasfondo se quiere escamotear extendiendo el descrédito mediático sobre el mundo sindical y ganar consenso de opinión pública para vulnerar la autonomía sindical, el derecho de huelga e introducir la transparencia y otras variables relativas para acotar, esterilizar y blanquear los derechos sindicales.
El líder de los trabajadores de la radio y la televisión, cuya organización sindical ha sido considerada afín a los intereses de los empresarios del sector, ahora advierte los riesgos que pesan sobre los obreros de todo el país: “Los trabajadores de esta industria no podemos permanecer al margen de este debate y de esta definición histórica del movimiento obrero y del país, ni nos acomoda situarnos en la zona de confort de suponer que nuestro contrato-ley y la pertenencia a una de las ramas más dinámicas y emblemáticas de la modernidad, nos inmuniza contra la precarización ante el sindicalismo estructural que ya se extiende en el país y que entronizaría con la propuesta en discusión…
“La ruta de esa reforma en sus términos actuales no nos lleva –como no ha llevado a la economía en su conjunto– a la reactivación del mercado interno, al crecimiento de la demanda y al mejoramiento de los salarios reales”.
Sobre el particular, el diputado del PRD Martí Batres expuso que el pragmatismo prevaleció en las filas del PRI, al aceptar este partido participar en la aprobación de todas las propuestas del Ejecutivo, y éste respondió, junto con su partido, el PAN, retirando los cambios propuestos en torno a la transparencia sindical.
El legislador del sol azteca, quien argumentó desde el inicio del debate que la iniciativa es un golpe bajo y profundoa los derechos de los trabajadores, anunció que su partido presentará un voto particular en contra de la reforma de Calderón.
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