El senador Francisco Labastida Ochoa.
Foto: Germán Canseco.
Foto: Germán Canseco.
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Luego de que este viernes el cardenal Juan Sandoval Íñiguez revelara que sufrió dos intentos de envenenamiento en 1999, uno de ellos en la casa del entonces secretario de Gobernación, Francisco Labastida Ochoa, el priista consideró que toda esta historia sólo es producto de la imaginación del religioso.
El excandidato presidencial y actual senador consideró que es ilógico y absurdo que una persona invite a alguien a su casa para hacerle daño.
Agregó que él tiene como amigos a varios obispos, pero que la declaración de Sandoval Íñiguez es producto de su imaginación.
El cardenal dijo ayer que en 1999 lo intentaron envenenar durante una reunión social efectuada en la casa de Labastida Ochoa, quien, por cierto, aclaró, no estuvo presente en esa ocasión.
El envenenamiento, aseguró, le ocasionó una trombosis que estuvo a punto de costarle la vida.
Al respecto, Labastida señaló que si el prelado tuvo algún problema de salud, no ve la relación entre eso y la reunión efectuada en su casa en aquella ocasión.
El legislador aclaró, en una carta, que a esa cena asistieron 10 jerarcas católicos, entre ellos el cardenal Norberto Rivera, quienes no mostraron ningún problema de salud.
El excandidato presidencial y actual senador consideró que es ilógico y absurdo que una persona invite a alguien a su casa para hacerle daño.
Agregó que él tiene como amigos a varios obispos, pero que la declaración de Sandoval Íñiguez es producto de su imaginación.
El cardenal dijo ayer que en 1999 lo intentaron envenenar durante una reunión social efectuada en la casa de Labastida Ochoa, quien, por cierto, aclaró, no estuvo presente en esa ocasión.
El envenenamiento, aseguró, le ocasionó una trombosis que estuvo a punto de costarle la vida.
Al respecto, Labastida señaló que si el prelado tuvo algún problema de salud, no ve la relación entre eso y la reunión efectuada en su casa en aquella ocasión.
El legislador aclaró, en una carta, que a esa cena asistieron 10 jerarcas católicos, entre ellos el cardenal Norberto Rivera, quienes no mostraron ningún problema de salud.
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