martes, 14 de agosto de 2012

Al oponerse al Yo soy 132, “el Jefe Diego” nos recordó su silenciado autosecuestro


Pedro Echeverría V.

1. Diego Fernández de Cevallos, multimillonario abogado de derecha, opinó hace unas semanas que el movimiento estudiantil, #YoSoy132, se encuentra infiltrado. Dijo que las acciones que realizan estas “personas infiltradas” ocasionan que los miembros fundadores del movimiento se tengan que deslindar, pues no es parte de su ideología o forma de operar. “Es evidente –señala- que si entran todo tipo de inconformes a sus manifestaciones y luego los del #Yosoy 132 se deslindan de lo que dicen y hacen esos grupos. A mí me queda claro que están infiltrados, ¿quiénes son?, quién sabe, pero se les han metido hasta el otro lado, hasta la orilla”, dijo en referencia a las protestas que se dieron afuera del auditorio donde el gobernador de Querétaro, José Calzada, rendía su tercer Informe de gobierno.
2. No debe olvidarse que el PAN, desde que nació en 1939, fue como partido un instrumento de los hacendados terratenientes que se opusieron a la creación de ejidos colectivos, fue creación de los empresarios que se opusieron a la expropiación petrolera de Lázaro Cárdenas, fue instrumento de la iglesia que se opuso al laicismo educativo, así como de cualquier movimiento de jóvenes o de mujeres que buscaran su liberación. Por ello no es de extrañarse de la oposición o condena del PAN y su jefe Diego, contra los movimientos históricos de liberación de las mujeres y de los jóvenes. ¿Puede esperarse acaso que algún miembro del PAN, seguidor consciente de sus principios ideológicos, piense de otra manera? Ya los veremos los próximos días exigiendo al PRI la privatización de PEMEX y la aprobación de la reaccionaria Ley del trabajo.
3. En 2010, del 14 de mayo al 20 de diciembre, tras siete meses seis días de secuestro, apareció casi de la nada- sin dejar rastro alguno y, lo peor, sin que se investigue ni se informe de nada- Fernández de Cevallos; un político y abogado aristócrata, millonario y altísimo dirigente del PAN. La mayoría de los mexicanos interesados en la política clasificó esa desaparición pública como un autosecuestro, puesto que el grupo que se calificó como el autor, jamás volvió a aparecer o por lo menos a saberse algo de él. En esos días ese “grupo secuestrador” apareció y desapareció firmando un desplegado con posiciones políticas avanzadas, pero al parecer fue redactado por la misma inteligencia política o militar. ¿Qué pasó con el grupo?
4. Los mexicanos no han olvidado y se preguntan: ¿Fue un autosecuestro? ¿Fueron los clientes del abogado defensor de delincuentes? ¿Fueron poderosos personajes del mismo PAN-empresarial? ¿Fue realmente un grupo político que fue desaparecido de raíz por el gobierno y los militares? Los medios de información, encabezados por Televisa, han guardado absoluto silencio; incluso cuando el “Jefe Diego” estaba en cautiverio, esa misma empresa televisiva pidió que se guardara silencio para no entorpecer la investigaciones sobre ese personajote con ligas muy fuertes con toda la clase política y empresarial. Pero todo ha quedado en silencio a pesar de que fue más de siete meses la desaparición del personaje.
5. Fue tan sorpresivo aquel secuestro del Jefe panista que muchos pensaron que con ese acto se iniciaba la cábala revolucionaria en México que venía de 1810, 1910 y 2010, además del mes de septiembre. El 26 de julio se publicó que “aquellos plagiarios pertenecían a un grupo guerrillero extremista asentado en la zona del Bajío desde hace 20 años, que dependían del ERPI, que es el TDR-EP, Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo, encabezado por Constantino Alejandro Canseco Ruiz, alias El Comandante José Arturo o Hugo, y su pareja Blanca Estela, alias La Porta o Frida” (26 de julio Universal) Más tarde, el 13 de septiembre los presuntos secuestradores del panista, conocidos como los “Misteriosos Desaparecedores”, publicaron que familia y amigos lo han abandonado.
6. Escribieron que el “jefe Diego” parecía virrey de la Nueva España, por eso muchos querían verlo preso o, peor aún, muerto. “En la práctica fungió como vicepresidente de México y, tras aquella noche en que su pasado lo alcanzó, no faltó quien quiso que se pudriera en los infiernos; tampoco quienes lo alabaron por la doble hazaña, según, de ser un viejo güevudo y un cabrón bien hecho”. Dijeron que pudo haber sido objeto de venganza de algún grupo de poder o de particulares defraudados o ardidos, y se ignoraba si su misteriosa “desaparición” o “secuestro”, aparte de fines económicos, tuvo algún otro propósito, o si se trató de un intento de trueque del narcotráfico. Dijeron que fue un hombre intocable y poderoso, sembrador de vientos y cosechador de tempestades, pero no se supo si fue víctima de una banda del crimen organizado, o de algún grupo poderoso del gobierno, o de alguna organización guerrillera”.
7. Fernández de Cevallos todavía sigue siendo un personaje importante en el PAN y por sus declaraciones, muy representativo de la derecha mexicana. Odiado por la izquierda y por los trabajadores que lo conocen, pero un personaje para los gobiernos, empresarios y medios de información. Ha encabezado, junto con Salinas de Gortari, Vicente Fox y el PAN, acciones contra López Obrador a quien ha acusado de populista, izquierdista y partidario de Hugo Chávez. Sería importante profundizar la investigación sobre su autosecuestro, misma que fue bloqueada durante el gobierno panista de Calderón. ¿Puede entenderse acaso el motivo por el que Fernández de Cevallos ha apoyado ampliamente a Peña Nieto para evitar que López Obrador llegue a la Presidencia? (13/VIII/12)
pedroe@cablered.net.mx

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