Acosta debió haber sido juzgado por tortura, desaparición y otros delitos, señala
Andrea Becerril
Periódico La Jornada
Domingo 22 de abril de 2012, p. 3
Domingo 22 de abril de 2012, p. 3
La senadora Rosario Ibarra, dirigente del Comité Eureka, lamentó que, al igual que otros represores, el general Arturo Acosta Chaparro haya muerto en la impunidad, sin que se le juzgara por su participación en tortura, desaparición forzada y asesinato de cientos de luchadores sociales.
Afirmó que existen testimonios de familiares de desaparecidos acerca de la forma
brutalen que torturaba a maestros, estudiantes y campesinos guerrerenses, muchos de los cuales fueron lanzados al mar desde aviones.
Acosta Chaparro debió tener responsabilidad en un gran número de los más de 500 casos de desaparecidos políticos de las décadas de los 60 y 70, a los que no se logró recuperar, comentó la también presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Senado.
Durante los últimos 40 años, junto con otras madres y esposas de desaparecidos políticos agrupadas en el Comité Eureka, Rosario Ibarra no ha dejado de luchar por encontrarlos.
Tampoco cejará ahora, agrega, en exigir que se aplique la justicia, “así sea post mortem, para Acosta Chaparro, Miguel Nazar Haro y los demás militares y civiles que cometieron delitos de lesa humanidad, como es la desaparición forzada”.
Recalcó que ni ella ni las demás madres a las que arrebataron a sus hijos buscan venganza.
Lo que queremos es justicia. Ese señor Acosta Chaparro no podrá ya ir a la cárcel, pero que se sepa a cuántos torturó y mató; lo terrible es que él y los que cometieron tantas atrocidades vivan y mueran en la impunidad, aseveró.
La mayoría, agregó,
tranquilamente se van de esta vida, acompañados por los suyos. No es el caso de Acosta Chaparro, recalcó, ya que
a él lo mataron con la misma violencia que ejerció.
Rosario Ibarra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del SenadoFoto Pedro Pardo
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nadie ha sido castigado por las violaciones gravísimas de derechos cometidas desde finales de los años 60, cuando se utilizó el aparato represor del Estado en contra de luchadores sociales y opositores políticos.
Recordó que presentó una denuncia penal contra el ex presidente Luis Echeverría, la cual no ha prosperado.
Los gobiernos del PRI y el PAN han protegido a los responsables de la desaparición forzada de personas, a Nazar Haro, a Acosta Chaparro, a todos los que trabajaron en la Dirección Federal de Seguridad y en la Brigada Blanca, afirma.
Por testimonios de víctimas, de jóvenes que el Comité Eureka logró recuperar, al arrancarlos de cárceles clandestinas, se sabe que Acosta Chaparro perpetraba torturas de manera sistemática, añadió la legisladora.
–Hay versiones de que desde aviones tiraban al mar los cuerpos de campesinos guerrerenses a los que vinculaban con la guerrilla –se le planteó.
–Sí, y también otras más terribles, de que muchos estaban vivos cuando los lanzaban a altamar. Me lo han contado familiares de las víctimas –respondió.
La legisladora agrega que no le cabe duda de que Acosta estuvo vinculado con el crimen organizado.
Nosotros lo denunciamos por prácticas sistemáticas de tortura y desaparición forzada, pero desde el poder siempre estuvo protegido.
El museo de los desaparecidos –en proceso de integración–, expuso, va a mostrar esa memoria
que no se quiere recordar. Habrá fotos de jóvenes a quienes nunca más vieron sus familias, así como
testimonios sobre la tortura que padecieron a manos de Nazar Haro, de Quirós Hermosillo y de Acosta Chaparro.
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