El compañero Luis Martín Angeles nos comparte la siguiente nota, cuya fuente original se encuentra aquí: 'Beauty and the Beast'
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Si las encuestas están correctas, yo estoy volando en un helicóptero con el próximo presidente de México. Enrique Peña Nieto, el gobernador del Estado de México desde 2005, está en camino de inaugurar un nuevo tramo de camino. Mientras volamos nuestro camino sobre los campos de maíz secos, divididos por una carretera que se extiende hasta el horizonte, Peña Nieto pone una barra de goma de mascar en su boca y aplica filtro solar en su rostro. 'Mi prioridad está en crear infraestructura para las inversiones que llegan', dice. En dos días, él tiene agendado cortar el listón de un paso elevado. 'El votante necesita comprender que estoy buscándolo'.
Debe ser por eso que el góber, como se conoce a Peña Nieto, ha empleado el año pasado inaugurando múltiples obras públicas cada semana. Miembros del Partido Revolucionario Institucional, el cual dirigió México por más de 70 años hasta el año 2000, se reunirán este otoño para decidir las reglas para nominar al candidato presidencial del partido. La campaña no comenzará hasta abril, y la elección propiamente no se llevará a cabo sino hasta el próximo julio. Pero el momentum de Peña Nieto —así como el retorno del PRI al poder— parece imparable. Las encuestas de julio lo muestran con 30 puntos de ventaja sobre su más cercano rival; él estuvo montado en la ola de una victoria priísta en las recientes elecciones estatales, que barrió el camino para ubicar a su sucesor designado en la oficina, con el relevo del cargo que ocurrirá el 16 de septiembre. Para un partido con un historial de corrupción, malversación y fraude electoral, la popularidad personal de Peña Nieto ofrece fácilmente la mejor oportunidad en una década, para recuperar la presidencia.
El atractivo presidencial de Peña Nieto tiene qué ver en parte con el enojo de los votantes ante la falla de la administración del presidente Felipe Calderón al refrenar el salvajismo de la guerra contra las drogas, y su sentimiento de que ellos podrían estar más seguros con el PRI, que se piensa que llega a acuerdos con los traficantes, más que combatirlos. Pero Peña Nieto también ha disfrutado enorme influencia desde su control del Estado de México, o Edomex, cuyo producto interno bruto es de 77 mil millones (de dólares) y cuya población de 15 millones (con un estimado de 10 millones de votantes) supera a cualquier otro estado mexicano. 'El Edomex', dice Jorge Castañeda, ex ministro de Relaciones Exteriores de México, 'es la enchilada completa'. Y el PRI, no le extraña, se asegurará de que cada uno obtenga su tajada. Como parte de su campaña gubernamental, Peña Nieto viajó a través de las 125 municipalidades del estado preguntando a los residentes qué obras públicas necesitaban. Antes de irse, podía sacar su pluma, firmar su lista de deseos y comprometerse a entregar lo que firmaba. Peña Nieto firmó más de 600 veces su nombre y llamó a las promesas "compromisos". El segmento de carretera sobre el que volamos es el Compromiso N° 496.
Pero en su ascenso al poder, Peña Nieto, que ahora tiene 45 años, ha tenido también otros atractivos, menos tangibles: la buena apariencia que ha inspirado a sus oponentes a apodarlo "el Barbie" (una Barbie masculina), o "El Beckham de la política del PRI"; y su asociación con Televisa, la compañía de medios de comunicación más grande de América Latina y, a través de sus populares telenovelas, creador de estrellas como Salma Hayek (de acuerdo con Jenaro Villamil, periodista de la revista liberal Proceso, Peña Nieto paga a Televisa aproximadamente 2.4 millones de dólares anuales por cobertura mediática).
En enero de 2007, en un giro que podría haber surgido de uno de los espectáculos de Televisa, el nuevo gobernador regresó a casa una tarde para hallar a su primera dama en casa, enferma. Horas más tarde, ella yacía muerta en el hospital, asesinada por un ataque de arritmia inducida. El gobernador de oro se convirtió en el viudo de oro, el soltero más codiciable de México, aprovechando cámaras donde quiera que iba. En los mítines políticos, las mujeres cantaban: Peña Nieto, bombón, te quiero en mi colchón. Y entonces, en un perfecto culebrón de final feliz, el gobernador se enamoró de una estrella de Televisa, nada menos: Angélica Rivera, conocida como "Gaviota", a raíz de su personaje en Destilando Amor, un drama en capítulos en el que una pobre campesina se enamora del vástago de un aristócrata hacendado y, eventualmente, viven felices para siempre. En un país donde la vida real parece más a una película snuff (donde primero se viola y luego se estrangula a una persona), su noviazgo —completo con un compromiso bendecido en el Vaticano— fue un bienvenido cuento de hadas.
El magnetismo de Peña Nieto está totalmente desplegado en la inauguración de una autopista elevada en las afueras de la Ciudad de México dos días después. En un sistema de sonido chillante, Maribel Guardia, una popular estrella de televisión, berreó canciones electro-rancheras en el escenario, girando en un brevísimo vestido con los colores del PRI, mientras la gente se movía a sus asientos. Cuando la inminente llegada del góber es anunciada, intento adentrarme en lo que se conoce como "la senda del abrazo". 'He estado aquí desde las 6 a.m.', me dice una mujer de cabello largo con maquillaje y una túnica multicolor. 'No puedes tapar mi vista, vine aquí para saludar al próximo presidente de México'. La mujer, Noelia Juárez, es parte de un grupo proveniente de Tlalnepantla de Baz, un bastión priísta. Le pregunto por qué desearía que Peña Nieto dirigiera su país. 'Él ha trabajado, él ha cumplido sus promesas. Él es muy humano, y está guapísimo', me dice.
El gobernador ha llegado. 'Pero no se apure', dice Juárez, 'le tomará una hora llegar desde la entrada hasta el templete. Las mujeres se abalanzan sobre él y no lo quieren dejar ir'.
Mientras Peña Nieto se acerca, las mujeres de Tlalnepantla se arremolinan frente a la cuerda, con sus brazos encima de los hombros de las otras y con cámaras y teléfonos celulares listos. Él se mueve lentamente, un grupo a la vez —un abrazo a todos los hombres y poses mejilla-con-mejilla con alguna fémina.
Repentinamente, mientras el gobernador pasa enfrente de Juárez y gira al otro lado de la senda, su cara pasa de la euforia a la palidez. El góber está dándole su abrazo a alguien que se le atraviesa. Ella lanza su torso a través de la cuerda, primero agitando su mano y luego su brazo completo, como si ella quisiera atravesar volando, y lo llama por su nombre. Peña Nieto da vuelta y regresa unos cuantos pasos. Juárez consigue su abrazo, su beso y su foto.
En el templete, el gobernador limpia el sudor de su frente y sorbe de una botella de agua. Se sienta al centro, como Jesús en la Última Cena. La alcaldesa de Cuautitlán Izcalli, una atractiva y joven mujer con una blusa rojo-PRI, llama al nuevo paso elevado un 'producto de esta nueva forma de gobernar, dando su vida al Estado de México'
Peña Nieto se levanta a hablar. Él es bueno al auto-borrarse: su gobernador, su sirviente, su amigo, le dice a la multitud, gracias por permitirme decirles lo que he hecho para ustedes. Él es bueno en el teatro de la política. Como Castañeda me dijo, 'Peña Nieto consigue hacer las cosas... pero no siempre se ve intelectualmente curioso, y a menudo se apega demasiado a su discurso'. Más temprano había hablado con Alejandro Almazán, un periodista investigador que cubrió la campaña de Peña Nieto cuando compitió para gobernador. 'Ellos exhiben aquellos pasos elevados', dijo. 'Pero muchos en el Edomex viven sin drenaje, electricidad o agua potable. Y lo que tú nunca escuchas es que el Estado de México tiene un índice muy alto de mujeres asesinadas —tan malo como Ciudad Juárez'. (Otros críticos de la autopromoción de Peña Nieto han apuntado que sus spots de obras públicas tienen a veces un costo mayor que las mismas obras públicas, como en el caso del nuevo alumbrado público en Tezoyuca).
Así que pregunto ¿por qué es probable que Peña Nieto sea el candidato del PRI? 'No porque sea el mejor', dice Almazán. 'Muchos en el PRI tienen mucha más experiencia que él. Pero él es el único que reportará en los votos'
'Antes', dice Peña Nieto a la adorada multitud, 'ustedes estaban atascados en el tráfico por dos horas y media. Después de hoy, les tomará 15 minutos reunirse con su familia después del trabajo'. El 'más gran estacionamiento del mundo', dice, se ha convertido en 22 kilómetros de vía rápida en movimiento, con un costo de 6 500 millones de pesos o aproximadamente 530 millones (de dólares). 'Lo que haces es lo que importa', concluye, enfatizando esas últimas palabras con su mano derecha. Entonces, él abandona el templete. El podium entero de personas muy importantes es retirado para dejar pasar a un convoy expectante de brillantes vehículos todoterreno (Vehículos Utilitarios Deportivos SUV) listos para ser el primero en rodar sobre el Compromiso N° 497.
Silvana Paternostro es una escritora colombiana radicada en la ciudad de Nueva York.
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