jueves, 20 de octubre de 2011

López Obrador en la Cámara de la Industria de Radio y Televisión

 
-Honestidad, Empleo, Justicia y Seguridad, son los cuatro propósitos de las reformas que requiere el país.
 
-"Estamos preparados y decididos a resolver la actual crisis de inseguridad y de violencia. Lo haremos, no solo con criterios policiacos, como se ha hecho hasta ahora, con los resultados que todos conocemos, sino bajo el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia." - señaló.

Regeneracion,  México, 20 de octubre del 2011. Les presentamos las palabras de Andrés Manuel López Obrador en la 53 Semana Nacional de la Radio y Televisión, misma que organiza la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT); celebrada la Ciudad de México el dia 20 de octubre del presente año.

Amigas y amigos de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión:

Como es sabido, el Movimiento Regeneración Nacional, MORENA, integrado  por millones de mexicanos de todas las clases sociales y corrientes del pensamiento, tiene como objetivo fundamental la transformación de la vida pública de México.

En la pluralidad que caracteriza nuestro movimiento, nos une la convicción de que el país requiere un cambio de fondo y estamos decididos a llevarlo a cabo por la vía democrática y de manera pacífica.

Desde nuestro punto de vista, las reformas que requiere el país se pueden resumir en cuatro grandes propósitos: honestidad, empleo, justicia y seguridad.

I.    La honestidad es la mayor riqueza de las naciones y, en México, desgraciadamente, este imprescindible valor se ha venido perdiendo. La mayor responsabilidad en este proceso de degradación recae, sin duda, en la falta de integridad de las autoridades públicas. Nada ha dañado más a México que la deshonestidad de sus gobernantes. Por eso, nuestra propuesta consiste en elevar a rango supremo la honestidad, empezando por limpiar de corrupción al gobierno.

Lograr este propósito nos permitirá obtener recursos que, actualmente, se van por el caño de la corrupción y, al mismo tiempo, se tendrá la autoridad moral necesaria para eliminar el gasto superfluo destinado a la alta burocracia y aplicar una reforma fiscal progresiva como lo establece la Constitución General de la República.

Además de ser un imperativo ético, la honestidad implica combatir la corrupción, aplicar un plan de austeridad republicana y abolir los privilegios fiscales. Hemos hecho el análisis y se tienen los estudios necesarios para afirmar que con estas tres medidas, se podrían liberar hasta 800 mil millones de pesos para el desarrollo económico y el bienestar de la población; es decir, el 6 por ciento del Producto Interno Bruto.

II.    Hoy la falta de empleo, junto con la inseguridad, son los dos principales problemas de México. Ambos males se alimentan y nutren mutuamente: no se generan empleos y eso produce inseguridad, y la falta de ésta, ahuyenta la inversión e impide mantener y crear nuevas fuentes de trabajo. Baste ver lo que sucede con el turismo y la fuga de capitales de estados del norte por la emigración de pequeños y medianos inversionistas que se han visto obligados a refugiarse en ciudades fronterizas de los Estados Unidos.
Por eso, nos proponemos romper esta dualidad perversa, reactivando con urgencia la economía y creando empleos.

Debemos tomar en cuenta que, en los últimos 28 años, de 1983 a la fecha, el crecimiento del Producto Interno Bruto ha sido en promedio de 2.3 por ciento y, si consideramos el aumento de la población, el per cápita es de 0.4 por ciento anual, una de las tasas más bajas del continente americano y del mundo. Y, como es obvio, si no hay crecimiento económico, no puede haber empleos.

Por ejemplo, en los últimos 15 años, se han generado solamente 500 mil empleos formales en promedio por año, cuando se requieren alrededor de un millón 200 mil. En otras palabras, 700 mil mexicanos por año, sólo han tenido como opción la emigración o la economía informal.

Para frenar esta tendencia e iniciar el camino hacia el crecimiento económico, nos proponemos llevar a la práctica proyectos de desarrollo de alto impacto para la creación de empleos. Puntualmente planteamos:

1.    Rescatar al campo e impulsar la autosuficiencia alimentaria.

2.    Sembrar un millón de hectáreas de árboles maderables en el sureste del país, para crear empleos, detener el fenómeno migratorio y mejorar el medio ambiente.

3.    Integrar y utilizar al sector energético como palanca del desarrollo. En específico, construir cinco grandes refinerías que aumenten el valor agregado del petróleo crudo, generen empleos y sustituyan las importaciones de combustibles que hoy nos cuestan más de 20 mil millones de dólares por año.

4.    No permitir las prácticas monopólicas y establecer como  prioridad la libre competencia. Actualmente, por los monopolios se pagan precios exagerados que quitan a las familias entre 10 y 15 por ciento de sus ingresos y son un freno al crecimiento económico y al empleo.

5.    Dar prioridad al desarrollo de la pequeña y mediana empresas, con energéticos y créditos baratos, con protección ante precios exagerados de insumos, impuestos altos y burocratismo.

6.    Crear un corredor económico y comercial en el Istmo de Tehuantepec. Este proyecto se propone aprovechar la ubicación estratégica y la cercanía en esta franja del territorio nacional para unir al Pacífico con el Atlántico y, con ello, facilitar el transporte de mercancías entre los países de Asia y la costa este de los Estados Unidos.

Se trata de un corredor de 300 km, donde se construiría una línea ferroviaria para el transporte de contenedores, se ampliaría la carretera existente, se rehabilitarían los puertos de Salina Cruz y Coatzacoalcos y se instalarían plantas para ensamblar piezas y fabricar manufacturas.

La construcción de estas obras y las fábricas que se instalen, generarán un importante número de empleos, para evitar que los jóvenes de esta región sigan emigrando hacia el norte en busca de oportunidades de trabajo.

7.    Impulsar la industria de la construcción para reactivar pronto la economía y crear nuevos puestos de trabajo. En lo específico, se proponen los siguientes proyectos:

a)    un programa de un millón de acciones de mejoramiento, ampliación y construcción de vivienda en el medio urbano y rural, para generar 500 mil empleos;

b)    Obras y servicios públicos (introducción de agua potable, drenaje, construcción de pavimento, de escuelas, hospitales y  espacios para la recreación y deporte) en colonias populares del Valle de México, en ciudades fronterizas y en las periferias de las urbes más pobladas del país;

c) Nuevas carreteras, sobre todo, en el sur-sureste; así como un programa para atender a 362 municipios (15 por ciento de los 2,456 que existen) cuyos pueblos no cuentan con caminos pavimentados para trasladarse a sus cabeceras municipales. La construcción de estos caminos debe hacerse con el uso intensivo de mano de obra comunitaria para crear empleos y fortalecer la economía local.

d) Un nuevo aeropuerto internacional en Tizayuca, Hidalgo, con la operación de un tren moderno y rápido hacia la ciudad de México.

e) Trenes rápidos o de gran velocidad de la Ciudad de México hacia la frontera con Estados Unidos, así como el tren turístico y cultural de la ruta maya: Cancún-Chichén Itzá-Mérida-Campeche-Palenque.

Los proyectos enumerados representan inversiones anuales entre 266 mil  y 332 mil millones de pesos, o sea, del 2 y 2.5 del Producto Interno Bruto. Esto elevaría la tasa de inversión de la economía de 20 al 22.5 por ciento del PIB y con la participación social y privada, que es posible anticipar en estos proyectos, la inversión de la economía llegaría a 25 por ciento del PIB. Con ello, la tasa potencial de crecimiento económico se elevaría de 2.5 en la actualidad, a 5 o a 6 por ciento de forma sostenida. Con lo cual se podrían generar un millón 200 mil empleos que se requieren anualmente.

III.    También sostenemos que es indispensable reducir la enorme y monstruosa desigualdad que existe en nuestro país. No solo se trata de un asunto moral, sino del hecho de que sin justicia no hay garantía de seguridad ni de tranquilidad ni de paz social. Nadie, ni siquiera los más prósperos, por la lógica más elemental, podrían dejar de considerar esta lacerante y amarga realidad. La pobreza debe avergonzarnos, pero también debe preocuparnos a todos.
En consecuencia, se promoverá con decisión el desarrollo social en dos vertientes: por un lado –como ya se ha expresado— se impulsará el crecimiento económico y la creación de empleos para mejorar los ingresos de la gente y con ello se elevará la calidad de vida en general. Pero en tanto se alcanza ese nivel de desarrollo, y dada la situación de pobreza extrema en el país, es urgente sentar las bases del Estado de bienestar, que contemple cuando menos los siguientes apoyos: pensión universal para los adultos mayores y discapacitados; atención médica y medicamentos gratuitos para quienes no cuenten con seguridad social; apoyos a madres solteras y educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares. En este tema se contempla otorgar becas a estudiantes de escasos recursos, así como asegurar el cien por ciento de inscripción a todos los jóvenes que quieren ingresar en los niveles medio superior y universitario. No seguir rechazando a los jóvenes que quieren estudiar.

IV.    Tenemos claro que, sin garantizar la tranquilidad y la seguridad pública, resulta ociosa cualquier nueva propuesta de nación. Y les comparto que estamos preparados y decididos a resolver la actual crisis de inseguridad y de violencia. Lo haremos, no solo con criterios policiacos, como se ha hecho hasta ahora, con los resultados que todos conocemos, sino bajo el principio de que la paz y la tranquilidad son frutos de la justicia. La solución de fondo, la más eficaz y la más humana, pasa por combatir el desempleo, la pobreza, la desintegración familiar, la pérdida de valores y la ausencia de alternativas para los jóvenes. La violencia no debe enfrentarse con violencia, sino combatiendo las causas que la provocan, atendiendo a los jóvenes y ofreciendo mejores condiciones de vida y de trabajo.

Lo primero será crear una atmósfera de progreso y justicia. Por ejemplo, se pondrá en marcha un programa para incorporar a los jóvenes al trabajo y al estudio. Algo parecido a lo que hizo el presidente Roosevelt de Estados Unidos, cuando ocurrió la gran depresión en 1929. Entre otras medidas, creó las condiciones para hacer realidad el derecho de todos al empleo, le llamó empleo pleno: en nueve semanas puso a laborar a 4 millones de personas, la mayoría jóvenes.

El programa nuestro se llamará Jóvenes Construyendo el Futuro y se irá casa por casa apuntando, incorporando a los jóvenes al trabajo. En poco tiempo, se atenderá a 7 millones de muchachas y muchachos que actualmente no tienen oportunidad ni de estudio ni de empleo.

Esta nueva política será complementada con las siguientes medidas: no se perseguirá a una banda para proteger a otra, se aplicará la ley por parejo; se acabará con la incierta impartición de justicia; todas las dependencias y niveles de gobierno trabajarán coordinadamente, el Presidente de la República tendrá reuniones diarias con el gabinete de seguridad; se va a desterrar la corrupción de los cuerpos policiacos, profesionalizando y mejorando los ingresos de los agentes de todas las corporaciones; se protegerán los derechos humanos; se le seguirá la pista al dinero y se solicitará, con firmeza, al gobierno estadounidense que se prohíba la venta de armas destinadas a nuestro país.

En el caso de la relación con Estados Unidos, estamos por una cooperación para el desarrollo. En vez de que nos envíen helicópteros militares, lo que queremos es que haya cooperación para echar a andar la economía en nuestro país y crear empleos, porque es la mejor forma de enfrentar el flagelo de la violencia y también de atemperar el fenómeno migratorio.

Amigas y amigos:


La transformación de México requiere de la participación de todas y de todos, y ustedes son actores fundamentales, entre otras cosas, porque los medios de comunicación deben cumplir con su función social y deben garantizar el derecho del pueblo a la información. Asunto, que en honor a la verdad, no se ha podido concretar debido a que prevalecen en los medios de comunicación intereses económicos y políticos que se sitúan por encima del interés general, aunque hay, desde luego, honrosas excepciones.

Por eso creemos que es indispensable democratizar los medios de comunicación. Esto lo lograremos sin expropiar  empresas o quitar concesiones, con respeto a la legalidad, buscando siempre convencer y persuadir con argumentos, y enfrentando las prácticas monopólicas con la más amplia competencia. Lo he dicho en otras ocasiones y lo repito ahora a manera de ejemplo: si Carlos Slim, como cualquier otro ciudadano desea tener un canal de televisión, no tendrá ninguna limitación. De igual forma, si Emilio Azcárraga, Ricardo Salinas Pliego o cualquier otro ciudadano desean invertir en la telefonía, también podrán hacerlo.

No va a haber monopolios. Ustedes saben que todos los monopolios son dañinos, sobre todo el monopolio del poder. La democracia es competencia, que el ciudadano pueda elegir entre varias opciones.

En cuanto a la libertad de expresión, es un derecho que nada ni nadie debe impedir o condicionar. Nada de censura, es preferible el exceso de libertad que el autoritarismo.

Ojalá –lo digo de manera sincera— que en estos tiempos definitorios para la vida pública de México, los medios de comunicación estén a la altura de las circunstancias.
Ojalá que se aleje la tentación de algunos medios, en especial de una televisora, que por respeto no voy a decir su nombre, de querer imponer al próximo Presidente de México, mediante la falta de equidad, la mercadotecnia y la promoción descarada de solo uno de los aspirantes.

Ojalá, ningún medio, nadie, por más poder que detente, se proponga querer suplantar el derecho del pueblo a elegir libremente a sus autoridades.

Termino diciendo que nuestro movimiento no se guiará nunca por el afán de venganza, no nos mueve el odio, sino el amor al prójimo. Tenemos un objetivo superior y sublime: la transformación de México.

Muchas gracias.

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