domingo, 13 de marzo de 2011

El Despertar Calderón, al máximo de su incompetencia José Agustín Ortiz Pinchetti


¿Recuerda usted el principio que acuñó Laurence Peter?: Todo aquel que se incorpore a una jerarquía tenderá a ascender hasta llegar a su nivel de incompetencia. El principio funciona en el Ejército, las órdenes religiosas, los deportes, la mafia en toda su jerarquía y, sobre todo, en la política.

Apliquemos ese principio a Felipe Calderón. Él empezó como un militante panista congruente con los ideales del viejo PAN: odio a la corrupción y al autoritarismo del PRI. Pudo haber seguido ahí hasta madurar y luego avanzar hacia adelante. Pero empezó a ascender el escalafón: saltó a la legislatura, a la coordinación de la bancada de diputados, fue candidato a gobernador de su estado, llegó a la jefatura del partido, fue director de una descentralizada y secretario de Estado. Entre más ascendió, se hizo peor su desempeño. Como el PAN no quería que Fox impusiera su candidato, designó a Felipe, quien hizo una campaña mediocre contaminada por todas las trampas posibles, incluido el fraude electoral. Así llegó a Presidente.

El autor del desaguisado fue la oligarquía. Horrorizada ante el cambio verdadero que proponía AMLO, prefirió a Felipe, a quien metió con calzador. Así, sindicalistas, dueños de monopolios, eclesiásticos, comunicadores rateros y luego el PRI pensaron que FCH era lo suficientemente débil para sacarle todo el jugo posible. Lo han hecho. Pero también han desangrado al país.

Calderón llegó a su máximo nivel de incompetencia como presidente. Como no estaba preparado para el puesto y tenía la mancha de ilegitimidad, lanzó al Ejército a una aventura sangrienta y lo llevó a su propio nivel de incompetencia. Como nada sabía de economía, se puso en manos de neoliberales dogmáticos que ya habían llegado a su nivel de incompetencia: cero crecimiento, ruina del mercado interno y aumento del desempleo. Como no sabe nada de política exterior, se puso en manos de unos hiperincompetentes y se dejó manipular por el PRI, que a su vez había llegado a su nivel máximo de incompetencia.

Dice Peter que cuando se llega al nivel máximo de incompetencia la víctima se descompone sicológicamente. Se enferma, se enfurece, pierde los estribos. Su conducta se vuelve contradictoria y luego caótica. Parece que FCH está en el síndrome de colocación final. Esto nos permite entender que está padeciendo y también lo que hará padecer a la nación en los próximos meses y años hasta el final de su mandato.

No hay comentarios: